Capítulo 9

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Vamos para casi tres meses que tengo compañía en mi casa. He de admitir que me encariñé mucho con este niño.

El semestre ya casi acaba y a Jungkook y a mí nos va muy bien. Él es un chico bastante listo.

Descubrí nuevas cosas de él, y una de esas es de que no le gusta la azúcar, igual que a mí, cosa que me alegró bastante, no sé por qué. Al menos me salva un poco de no tener que comprar azúcar, simplemente en eso ahorraba, teníamos en mi casa sustituto de azúcar.

Agarró bastante confianza con mis amigos, y eso me alegra, salimos muy seguido y me alegra verlo sonreír y reír. Simplemente... adoro tenerlo a mi lado.

Durante un tiempo que vivo sola, eso me ponía algo triste y a veces me sentía en que no podía contarle a alguien mis problemas, o con quién platicar todas las mañanas, con quién tener compañía siempre, etc.

Me gustaba tenerlo a mi lado, es como mi pequeño sol que ilumina todas mis mañanas con su hermosa sonrisa y con su simple presencia.
Lo he pensado bastante, y es de que ya no lo quiero apartar de mi lado, me encariñé mucho con él. Quiero que vivamos juntos por siempre, pero simplemente no lo puedo obligar ni decir nada, él es mayor y sabrá qué hacer con su vida, aparte de que mi estúpida timidez no me deja pedírselo que se quede a mi lado. No puedo; nunca fui del rogar, aunque me alegra no tener que decírselo porque se ve que está muy cómodo aquí.

Algo muy curioso de él es de que me ayuda mucho aquí en la casa, desde que gana dinero -cosa que por cierto, gana muy bien- me ha ayudado en gastos de la casa, y eso me aliviana mucho. Incluso es muy educado, él siempre se ofrece a hacer el desayuno, yo hago la comida y ambos la cena, chistoso, ¿no? Nos turnamos para limpiar la casa y él siempre se ofrece para sacar la basura, nunca me lo deja a mí, cosa muy curiosa y chistosa.

Simplemente me encariñé mucho con él, y si soy sincera, me hizo empezar a ver que sentía algo extraño y bonito a la vez por él. Ya sé, qué loco.

Cerré la llave de la regadera y asomé mi mano fuera de la cortina para encontrar mi toalla y secarme.

Igual que siempre, hice mi rutina de asearme, perfumarme y cambiarme. Hice mi mochila y luego bajé, encontrándome con un Jungkook cocinando sonriente. Yo le llegué de sorpresa por detrás y me atreví a ponerme de puntitas y de besarle su mejilla.

-Buen día, Conejito. -"Conejito" hace unas semanas le había puesto ese ápodo y pareció gustarle que le dijera así. -¿Ahora qué sorpresa me tienes en el desayuno? -

-Buen día, linda. -"Linda" ese ápodo me acabó de poner, cosa que me hizo sonreír como boba. -Delicioso arroz con verduras, huevos revueltos y tocino. -me dedicó una sonrisa y se agachó a mi altura para poder devolverme el beso en la mejilla.

-Suena bastante delicioso, y huele. -reímos a mi comentario. -¿Ocupas ayuda? -

-Acabo de terminar, igual gracias. -sonrió y apagó todo en la estufa. -Si quieres, en poner la mesa. -

-Claro. -

🦋

Jungkook y yo estábamos en nuestros casilleros agarrando nuestras cosas y guardando las que no necesitábamos de momento.

-Hey, Ha In. -escuché una voz ajena masculina. Jungkook y yo de curiosos volteamos a ver de quien se trataba. Carajo, era el chico del otro día del supermercado. ¿Enserio estudiaba también aquí?

-¿Qué quieres, chico raro? -pregunté mientras cerraba mi casillero. Jungkook seguía detrás de mí.

-En primera, no me llamo así, me llamo Baekhyun. -

[You'll Be In My Heart] JJK;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora