Miró el reloj una vez más, comprobando la hora. Su turno había empezado un par de horas atrás, pero ese día apenas había intervenciones programadas. Rondaba por los pasillos del hospital sin un destino fijo. Llevaba encima su teléfono, el del trabajo, en caso de que la necesitasen en urgencias. Cuando la noche caía, las personas se desinhibían. No sabía cuántas veces podía llegar a tener que cuidar a una persona que había provocado un accidente de coche. Las primeras veces fueron las peores. No le gustaba el papeleo que todo eso implicaba, tampoco que la policía rondase por su lugar de trabajo.
- ¡Ryujin! - exclamó una voz detrás de ella.
Se giró con una mueca de disgusto. El día había empezado a dar lugar a la noche, por lo que muchos enfermos habían iniciado su descanso nocturno. Como trabajadores del lugar, debían dar un ejemplo de conducta; señalar con sus acciones el comportamiento que se esperaba de ellos.
- No son horas de gritar - reprendió sin delicadeza. El puchero en el gesto contrario se asentó con rapidez, como una respuesta inmediata -. ¿En Canadá no os preocupaba perturbar a los pacientes?
Sus mejillas se sonrojaron ante la vergüenza. Le había hecho tanta ilusión ver a su superior que se había olvidado del lugar en el que estaban.
- Perdón. Por un momento lo he olvidado.
- No deberías olvidar que trabajas en un hospital - se quejó Ryujin -. Nunca. Ellos están por encima de ti - habló mientras señalaba las habitaciones.
- Creo que voy a aprender mucho de ti - susurró, mientras se acercaba a la contraria.
Ryujin la observó detenidamente, analizando esa cercanía que cada vez se acentuaba más. No sabía cuáles eran las intenciones de la nueva adquisición del hospital, pero tampoco estaba segura de querer quedarse allí a averiguarlas. Ni siquiera había visto en ella ese potencial del que todos hablaban. No dudada que fuera una buena médico, pero no sobresalía en ello. Su mentor, por ejemplo, nunca la hubiera seleccionado. Ella tampoco. De haber tenido la posibilidad de rechazarla, lo habría hecho. No le hubiera temblado la mano, tampoco hubiera tenido segundos pensamientos.
No creía que Lia tuviera lo que debía tener.
- ¿Por qué estás en este hospital? - preguntó, incapaz de mantener la pregunta para sí misma.
- Porque me reclutaron - explicó confundida, parando todos sus movimientos -. ¿No te lo dijeron?
- Sí, me lo dijeron. Pero esa no es la pregunta. ¿Por qué aceptaste venir?
- Había algo aquí que me interesaba.
Su sonrisa creció en su rostro, bajo la atenta mirada de Ryujin. Siempre se le había dado ben descifrar a las personas. Se le daba bien leer entre líneas y conseguir ver más allá de lo que una persona decía. A veces, los gestos hablaban más que las palabras.
No obstante, Lia era un caso excepcional para Ryujin. Ni siquiera había tenido tantos problemas para leer a Yeji. Sabían que su novia y su practicante eran muy diferentes. Yeji había sido críptica al principio debido a sus traumas, a sus miedos y a su pasado. Ella había construido barreras a su alrededor para asegurarse que nadie volvía a dañarla. Mientras que Lia... Ella sólo parecía disfrutar de conocer la situación mejor que la otra persona.
- ¿Qué estás insinuando? - preguntó.
Lia le guiñó un ojo antes de seguir su camino; aunque se detuvo apenas unos segundos a su lado.
- Lo descubrirás pronto, Ryujinah. Todavía no estás preparada.
Siguió su camino sin más, mientras que la de cabellos cortos se quedaba allí, parada. No era capaz de mirar hacia atrás y ver si la otra seguía allí. Aquellas palabras... Lia se había sentido como una leona, tanteando el terreno antes de lanzarse a su presa. No le había gustado la sensación que le había dado.

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good, good woman [SooHua]
Fanfiction------CANCELADA------ [ellas tenían un pasado en común, ahora, ella se había convertido en una buena mujer ahora, ella tenía alguien de quien cuidar, alguien por quien mejorar... ...