El timbre que anunciaba el final de la jornada inundó el edificio. Soojin observó como todos sus alumnos comenzaban a guardar sus cosas con grandes sonrisas. Odiaba que su asignatura fuera una de las más odiadas, pero no podía hacer nada. El mundo de las letras era desconocido e infravalorado, nadie parecía mostrar interés por él, como si no se renovase nunca y no mereciera la pena detenerse en ello.
A Soojin siempre le había apasionado. Desde pequeña se había criado rodeada de libros. Recordaba como su hermano mayor le leía bastantes libros cuando ella aún no manejaba bien la lengua. Le gustaba disfrutar de ese sentimiento de feliz nostalgia. Se sentía abrazada por aquellos cálidos recuerdos. Ahora apenas tenía tiempo para leer.
- La clase que viene pasaremos a hablar de Yoko Ogawa - anunció -. Pueden retirarse.
Todos los alumnos hicieron una reverencia antes de ir abandonando la clase, uniéndose al bullicio de los pasillos. Soojin observó con cuidado el ejemplar de El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith. La tapa estaba un poco arrugada y casi podía sentir el paso de los años con solo tocarlo. Había leído aquella saga tantas veces que parecía sabérsela de memoria. Sonrió. Jennie, la esposa de su hermano, había sido quien le había presentado a los primeros autores americanos y británicos que leyó, entre los que se hallaba la propia Patricia Highsmith.
Le estaría siempre agradecida.
- Profesora Seo - la llamó una voz conocida.
Alzó su mirada y observó a Maya. La chica llevaba un vestido rosa a cuadros con una camiseta blanca debajo. Se veía hermosa, como lo haría cualquier chica normal. Pero aquellas mangas tapaban su sufrimiento y el leve maquillaje, característico de su cultura, escondía todas aquellas noches sin dormir, llorando.
- Admiro mucho a Yoko Ogawa - anunció Maya -. Mi padre era un gran fan de ella, y supongo que heredé el placer por leer sus libros - confesó -. Me preguntaría de qué libros hablaremos.
- La residencia de estudiantes, sin duda será uno de ellos. El año pasado no nos dio tiempo. Tengo que pensar si los otros serán dos novelas cortas o una sola larga - comentó.
Maya asintió con una sonrisa. Pero pronto, esta abandonó sus labios. Se había emocionado tanto al escuchar que hablarían de una de sus autoras favoritas, que se había olvidado de las palabras que su madre le había dicho aquella mañana. Suspiró, tratando de perder un poco los nervios que tanto la perseguían.
- Mi madre quiere hablar con usted.
La observó durante unos segundos. Desde aquel día, no había vuelto a hablar con Solar. Había intentado postergar el nuevo encuentro lo máximo posible. No quería revivir el pasado, no le gustaba pensar en ello demasiado. No podría ver su vida igual si no dejaba atrás aquellos momentos.
No podría trabajar al lado de Sungjae si todo el tiempo pensase que podrían volver a aparecer esos comentarios maliciosos. Tampoco podría pasar tiempo con Yves y Chuu, por Yves más que por su amiga. Yves era un recuerdo constante que había aprendido a aceptar. Toda historia tiene dos puntos de vistas. Aunque quizás, eso lo supo demasiado tarde. Le hubiera gustado poder ayudar a Yves antes de que acabase tan rota.
Pero ahora le estaban pidiendo que contase su historia. La historia de una adolescente que no quería usar el apellido de sus padres, que no quería tener poder sobre los demás. Su familia era una de las más poderosas de Asia, pero ella no había querido que el resto lo supiera. Había querido una vida aparte, por sí misma. Sin máscaras ni sonrisas fingidas. Y definitivamente, la había tenido. No obstante, lejos de ser un camino de rosas, había resultado ser una condena.
- ¿Vamos?
- Profesora Seo - la llamó, deteniendo su movimiento -, no quiero que se vea obligada a hacerlo. Estoy segura que puedo con esto. Mi madre está siendo solo sobreprotectora. No es para tanto. Mucha gente sufre esto y cosas peores. Todos los días. No tiene que participar en esto. De hecho - jugó con sus dedos ligeramente -, podría convencer a mi madre para...

ESTÁS LEYENDO
good, good woman [SooHua]
Fanfiction------CANCELADA------ [ellas tenían un pasado en común, ahora, ella se había convertido en una buena mujer ahora, ella tenía alguien de quien cuidar, alguien por quien mejorar... ...