good, good woman [SooHua]

[19]

Releyó de nuevo ese mensaje que se sabía de memoria. Su pecho dolía, pero su mente seguía fría. Sabía que estaba haciendo lo correcto. Se acomodó con cuidado en la silla, con su vista clavada en su teléfono. Sabía que ese debate interno sobraba; estaba haciendo lo correcto, lo mejor para todos. Pero había algo en ese mensaje que no lo dejaba seguir con su vida, con sus planes. Había verdad en esas palabras.

- ¿Hola? ¿Estás ocupado? - preguntó una voz suave, tranquila.

Alzó la vista observando a la mujer frente a él. Su rostro tenía un aspecto juvenil, acorde con su edad. Apenas había pasado la mayoría de edad. Pero ya había logrado hacerse un nombre en todo el continente asiático y gran parte de América.

- Un poco - contestó un poco tosco -. ¿Pasa algo?

- Solo quería hablar.

- Preferiría hacerlo luego, ahora tengo otras cosas que hacer - contestó él. Su mirada clavada en las tantas hojas que estaban esparcidas sobre su escritorio. Llevaba días encerrado prácticamente en aquel lugar -. Si me disculpas.

- Necesitamos hablar - bufó ella -. No te puedes seguir escondiendo en tu despacho. ¿Crees que así todo será más fácil? - se burló ella -. Puede que tú quieras esta mierda de vida y este horrible plan. Pero voy a terminar con todo esto lo antes posible.

- Tenemos un contrato - le recordó él.

La chica alzó las manos como si fuera a replicar. Él podría ser unos años mayor que ella, pero lo detestaba. Era un déspota y un ambicioso. Solo podía ver a favor de su beneficio personal y de sus deseos. Odiaba a la gente así. Sin embargo, convivía con ella a diario a causa de su nivel social y económico. Nadie se acercaba a ella con un interés real en su persona.

La gente solo veía una cara bonita y unos padres ricos. Ella quería alejarse de ello, hacerse un nombre por sí misma. Renunciar a todos los principios que sus padres habían intentado inculcarle. Pero era difícil. Ella era solo una pequeña niña en un mundo lleno de pirañas, y la única heredera.

Iba a tener que casarse con alguien a quien no amaba, una persona que solo planeaba usarla. ¿Con qué fin? ¿Qué ganaba ella? Una vida llena de desdicha y amargura.

- Quiero que entiendas una cosa - susurró ella, su voz volviéndose mucho más seria que de costumbre -. No estoy dispuesta a pasar mi vida al lado de un desgraciado como tú. No te amo, no te amaré, y no voy a mantener esa farsa por mucho tiempo - una sonrisa cínica cruzó su rostro -. Voy a encontrar la forma de que todo termine pronto y reza, pequeño Xiao, porque pienso arrasar con todo lo que se ponga en mi camino.

Ella también podía ser egoísta si quería. Aunque prefería ver su idea como amor propio. Sus padres querían que se casase con ese sujeto. Lo haría. Sería la boda del año, fingiría ante las cámaras. Haría lo que hiciera falta. Pero pensaba leerse cada una de las clausulas. Y por supuesto, se iba a preocupar de que su prometido fallase todas y cada una de ellas.

No se había casado y ya estaba maquinando un plan. Se lamentó por su marido. Pero él había decidido hacer todo más difícil, tratándola como una niña tonta. Iba a arder toda China de ser necesario.

Despertó gracias a unos lejanos murmullos. Aspiró con fuerza, llenándose de un rico olor dulce. Restregó su cara contra las sábanas. El olor no venía de ese lugar. Intentó agudizar su oído, quizás reconocer las voces que escuchaba, o algo que le diera alguna pista. Pero nada. Apenas podía distinguir palabras, y lo máximo que pudo conocer era que la persona que más hablaba era un hombre. Frunció el ceño. ¿Un hombre?

Se levantó asustado mirando a su alrededor. No reconoció aquel dormitorio. Sus recuerdos estaban difusos, pero creía haber ido a buscar a su amiga Shuhua, pero ella no tenía esa voz. De repente, la conversación terminó y en su lugar, el desconocido comenzó a cantar. Su voz era suave y tranquila. Se sentía envuelto por aquel sonido y resguardado, como si lo estuviera acariciando. Una sonrisa se escapó de entre sus labios. Ni en sus mejores sueños, habría podido imaginar una voz tan hermosa. Tampoco creía haber escuchado nunca nada igual.