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Hola. Hace mucho tiempo desde la última vez que publiqué, ¿no creen? Para los que no supieran, he estado con problemas grandes de salud y de hecho, tengo una nueva operación programada para finales de este mes porque la anterior no terminó de ir bien. Lamento mucho esta espera, he estado todo el rato pensando en esta historia. ¡Y ustedes me han dejado tantos lindos comentarios! Me siento muy en deuda con vosotros, así que, voy a intentar hacer un capítulo largo y bonito. ¡Espero estar a la altura! Muchas gracias por todo su apoyo y cariño. Estaba deseando volver.








Acariciaba su pelo con cuidado. Habían tenido una pequeña discusión antes de que la menor se quedase dormida sobre su pecho. Sabía que en algún momento, una situación así llegaría. Hijos. Ya estaban cerca de los treinta años y, siendo realistas, todos sus amigos empezaban a formar sus propias familias. Las únicas que se habían mantenido ajenas a esa idea habían sido Soojin y Chaewon. Pero Soojin tenía a sus pequeñas sobrinas y Chaewon, bueno, ella era una celebridad, no podía permitirse desaparecer tan pronto. Sobre todo con lo que había luchado por nunca verse opacada por Hyunjin y Felix, que solían llamar más la atención que ella.

- ¿Me puedes perdonar? - le susurró. Sabía que no la escucharía, pero necesitaba decirlo, desahogarse - No soy suficiente para ti, pequeña - continuó con su pequeño monólogo -. Nunca lo he sido, ¿verdad? He perdido tantas cosas. Creí que te había perdido a ti para siempre, luego lo perdía a él... bueno, o a ella - hizo una mueca -. No sé si voy a ser capaz de tener hijos. No cuando ya he perdido a uno.

Sabía que no estaba siendo justa con Chuu, quien no tenía la culpa de nada. Tampoco lo estaba siendo consigo misma. Se torturaba con la idea de aquel pequeño feto que crecía en su vientre. El que pudo ser su hijo, pero el que también había sido producto de una violación, de un constante abuso. Perderlo solo había sido la guinda del pastel, lo que le dio la capacidad para salir de aquella tortura a la que se estaba sometiendo.

No podía traer a ese niño al mundo. Era joven e insensata. Sabía que de no haberlo perdido, lo hubiera abortado. Pero... el vacío seguía ahí, acompañándola diariamente. No se sentía capaz de cuidar a un ser más pequeño.

- Sooyoung - balbuceó la menor restregándose contra el hombro de la contraria, buscando una posición más cómoda -. No te hagas daño de esa manera.

Su voz sonaba ronca, estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural por no caer dormida en ese mismo instante. Pero sabía que su pareja la necesitaba.

Yves y Chuu habían tenido historias muy similares, desde siempre. Las familias de ambas eran algo parecidas, a su manera. Solo que Chuu parecía contagiar de felicidad a todo aquel que se acercaba a ella, mientras que Yves tenía un aire más misterioso y serio. Pero ambas, a fin de cuenta, habían pasado por su propia condena. Yves por no ser lo suficientemente fuerte, y Chuu por querer serlo.

- Ese bebé - murmuró mientras ponía la mano en el vientre contrario -, ese bebé no lo perdiste tú. Te hicieron perderlo. ¿Cómo se supone que comes cuando no dejas de vomitar? ¿Cómo se supone que cuidas de él cuando estás demasiado adolorida como para siquiera levantarte y cuidar de ti misma? Te estaban golpeando, te estaban destruyendo - elevó un poquito la cabeza, mirando directamente a los ojos de la contraria -. ¿Por qué te condenas cuando eres solo una víctima más?

Se quedó en silencio. Todo se resumió a ellas. Ni siquiera podías ver la pequeña sala de estar en la que estaban. Su universo se había reducido a los ojos contrarios. Chuu la miraba con decisión e indulgencia. Necesitaba que su novia abriese los ojos, aceptase la realidad. Pero sabía que era difícil. Se lo dijo el propio psicólogo que atendía a la mayor. Sin embargo, no se veía capaz de sentarse ahí, con los ojos cerrados, ignorando la pena y la culpa que consumían a su novia.

good, good woman [SooHua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora