Capítulo Uno

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Si, si... eso era una sirena lo que sonaba a dos, no..., tres cuadras, de ambulancia para ser más exactos, cuando escuchas el mismo sonido por mucho tiempo es imposible que no lo reconozcas, ojalá pudiera estar allí y no sentada en el incómodo sillón de mi madre, bebiendo un terrible té de sabrá que hierba milagrosa-cura malestares-salva vidas-junta parejas, que según mi madre era el mejor. Con tal de irme de este lugar era capaz de tirarme todo el té caliente en las piernas, demasiado tentador si no supiera el dolor y lo difícil que es cuidarse una herida de quemadura. De perdida una de segundo grado si se aventaba.

- Verdad, ¿Isabel?

- Eh?, perdón no te entendí -Dios!, ¿como me pude quedar tan ida?, eso es malo, malo, malo, malo- ¿De que hablaban? - la ingenuidad siempre funciona.

- Ya vez te lo dije mamá, no estaba escuchando nada de lo que le estaba diciendo- se miran entre ellas mientras me reprochan todo con solo una mirada, sip el agua hirviendo me habla.

- Tu hermana te estaba comentado sobre su boda, cada vez está más y más cerca, ¿no estas emocionada?

¿Emocionada?, si ajá. Lo más emocionada que puedo estar que mi bella y dulce hermana mayor se valla a casar con mi ex-prometido, si si si muy emocionada madre, aún que viendo lo desde mi perspectiva me hizo un favor enorme, después de que ellos se comprometieron era tanta la culpa de Miranda que convenció, a mamá y papá que me dejarán hacer lo que yo quisiera, esas fueron las palabras mágicas que yo necesita, en cuanto pude tome mis tres garitas de ropa que tenía, salí por la enorme puerta de madera, la misma que en estos momentos me llama a gritos que la utilice para salir de aquí, pero ese fue el trato con mis padres, yo venía una vez cada dos semanas para dar señales de vida, ah y los eventos familiares que eran tan importantes para ellos y su impecable apariencia, a cambio de que me dejaran hacer lo que yo quisiera con mi vida, así fue como logre mi carrera de Paramédico, amo mi trabajo sé que no es uno de los mejores pagados dentro el circulo de emergencia pero es bueno para mí.

- Si, madre muy emocionada, claro que si- nótese mi sarcasmo-  ¿y que es lo que falta para la boda? -lo trato de decir más calmada

- Bueno ya tengo todo listo, solo falta que Armando ponga fecha y es todo.

- Espera ¿que?, ¿el todavía no pone fecha? y entonces por qué dicen que la boda está cerca - dos años, Miranda lleva dos años con solo un anillo en su mano - Miranda no puede ser, no crees que ya paso algo de tiempo, digo soy solo yo o es mi imaginación.

Armando y Miranda iniciaron su relación justo a las dos semanas de terminar mi relación con el, después de que los encontré juntos, no entiendo por qué esto les toma tanto, si él me fue infiel con mi hermana en un parpadeo no creo que esto le tome dos años.

- Bueno Armando, quiere que nuestra boda sea perfecta y todo el año pasado hizo un clima terrible, si no era mucho calor era mucho frío y en primavera el polen no lo deja en paz.

- Y que ¿en otoño llueve mucho? -excusas, las mismas que me ponía a mí, supongo que en su momento debí lucir justo como Miranda luce ahora, ingenua y enamorada, si me engaño a mí no dudo que lo haga con ella.

Siempre lo supe, quiero pensarlo de esa forma, pero la ilusión de pasar el resto de tu vida con la persona que más amas te ciega totalmente, y más si el cariño de mis padres estaba en medio, por primera vez había hecho algo que los llenaba de orgullo, por fin yo y no Miranda, ella era la hija favorita una dama bien educada, que tomaba té, que sabe cocinar todo un pavo, cariñosa y dedicada al hogar, en cambio yo era rara, friki, una niña que le gustaba jugar rudo y corría al lugar más peligroso que pudiera encontrar, un caso perdido para la educación que mi madre quería para mí, así que cuando llegue a casa con un flamante novio y después prometido, pensé que al fin había logrado algo bueno, que poco valor me tenía ¿verdad?, pero estos años fuera del ojo familiar, termino de romper mi burbuja, crecí.

- Pues sí, ¿no?

- Isabel ya basta - mi madre como siempre sale a defenderla- el tendrá sus motivos.

- Si los mismos que me decía a mí, que casualidad.

- ¿Isabel que insinúas? -Como quisiera decirlo en su cara, como no se da cuenta Miranda, pero si lo digo yo, sería la venenosa. De todos modos, si lo hiciera no me creería y a lo mejor ella no quiere creerme.

- Que no es obv- mi madre fue más rápida que un trueno para callarme 

- Miranda no hagas caso de tu hermana, que ella no supiera como mantener un hombre a su lado significa que contigo sea igual, Quizás eras tú a la que siempre busco.

Golpe bajo.

- Tienes razón, no fui lo suficientemente sumisa y ciega, perdón- eso es todo, no más dosis de esta familia hasta nuevo aviso, tomo mis cosas y me dirijo a mi carro- lo que me faltaba

Quiero tomar hasta borrar los últimos minutos de esa conversación, en definitiva, esto me superaba. Es jueves no podía contar con mis compañeros para esta hazaña, pero conocía a quien si me ayudaría

Sin duda tener un amigo de dudosa fama era muy bueno es estos casos.

- Rene dime que hoy no estas ocupado por favor -  no puedo ocultar mi tono angustiante con gotas de desesperación 

- Isabel todo bien?

- Si todo bien, ¿solo que ya sabes no?, lo mismo de siempre - dejo escapar el suspiro que tengo atorado desde que entre al auto, de seguro sueno como una drama Queen cuando hay problemas peores en el mundo

- Oh, ¿tan mal fue la visita con tu mamá?

- Fue horrible, me volví a sentir tan fracasada enfrente de mi madre -Rene sabía todo mi drama con mi hermana y Armando, sobre la ridícula educación y pensamiento neandertal de mi familia.

- Bueno querida lamento escuchar eso, pero ya sé porque me llamas, y por ti y solo por ti hare lo que pueda y tratare de limpiar mi agenda, ¿sí?

- Eso suena perfecto

- Pero que quieres en especial chica, ¿hombres? ¿tragos?, ejem...¿drogas?, porque déjame decirte de una vez que yo no te las pue.

- No no no no - lo corto de inmediato- tragos y baile me conformo con eso por hoy

- No se digas más, ¿te parece en el Nuts a las 9?

- Bien, por cierto, ¿Rene?

- ¿Sí?

- Gracias - Rene siempre es el mejor para estos casos, es como tener una amiga y un amigo en una sola persona.

- De nada, ah por cierto quiero verte puesto El vestido, ¿ok?, es el momento y lugar perfecto para que lo uses.

Es lo último que escuche después de que cortara la llamada, ¿El vestido?, ¿cuál de todos los que tengo, pero... no o sí?, hablara del vestido con el que se me ve hasta el alma?, claro es muy hermoso y para ser un trozo de tela colgando de mi cuerpo es muy caro, pero bueno Nuts es club no para toda clase de personas, así que creo que estaré bien si lo llevo, no creo que sea de su gusto. Pero estaba lista para olvidar todo este día, no importaba que mañana no me pudiera levantar para trabajar, necesito disfrutar lo que queda de mi día de descanso.





Llamado de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora