capitulo 4.

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Celo
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(el título da mala espina skdjsk)

El celo de un omega era algo peligroso si no estaba marcado, su olor podía atraer a cualquier alfa y podría verse ultrajado gracias a la debilidad y la sensación del momento que les dificultaba estar en sus cinco sentidos.

Eso Akaashi lo sabía bien, por lo que se aseguraba de contar bien los días de su celo y cargar con los supresores suficientes para evitar problemas, aunque díganos que generalmente se quedaba en la comodidad de su casa en esos días.

Así que cuando el desastre comenzó, no tenía ni la menor idea de por qué estaba pasando en primer lugar.

Era una tarde fresca, la primavera cada vez se acercaba más y las lluvias dejaban de ser constantes, ese día el entrenamiento había acabado, pero Akaashi se había quedado con Bokuto a practicar pases.

Entonces, llegó el momento.

Su vista empezó a nublarse de la nada, se sentía desorientado y bastante confundido, sus piernas fallaron en el instante que armó el último balón para el alfa y cayó de golpe al piso sin poder contenerse, estaba sonrojado y con los ojos llorosos, unos pequeños jadeos salían de su boca e inmediatamente trató de reprimirlos con su mano.

Su cuerpo llamaba a un alfa y tenía a uno justo en frente. Pero Akaashi no entendía nada, pues recordaba que para su celo todavía faltaba una semana o dos.

Su olor a albaricoque y cereza se volvió pesado y abundante, inundando la habitación de golpe, llamando desesperado al alfa. Bokuto llegó a su lado preocupado, lo había visto caer y en ese momento todos sus sentidos se vieron ahogados con el aroma en celo del omega.

El mayor se acercó lo suficiente como para olfatearlo y entonces cayó en cuenta. Akaashi estaba teniendo su celo frente a él.

A-Alfa... — gimió despacito, sometiéndose al delirio.

Casi le contestó, pero su lobo quedó callado después de escuchar su propia conciencia.

« No ».

Se veía indefenso y necesitado de atención y mimos fuera de ella raya de inocencia, pero Bokuto no hizo caso a sus instintos que le exigían devorar al omega, porque por más que lo deseara, no sería capaz.

Así que con el tal de protegerlo, cubrió su nariz con su brazo y se concentró en su propio olor para calmarse un poco y tocó el hombro del contrario que no dejaba de temblar y llamarlo entre jadeos, el contacto quemó para ambos, era tan deleitoso que le permitió a Akaashi retorcerse con las mejillas rojas a más no poder.

Alfa...

El peliblanco arrugó el ceño y negó varias veces, no.

— ¡Yo te cuido, Akagsheee! ¡Espera un poco! — Bokuto salió corriendo a los vestidores preocupándose de no ir más lejos, no podía dejar desprotegido a Akaashi porque podría llegar cualquier alfa en busca del omega con intensiones indecentes y no se permitiría eso.

Al llegar tomó su teléfono y las cosas de Akaashi y volvió a donde estaba para mantener al omega bajo vigilancia, llamó a la mánager de segundo, Yukie Shirofuku, una beta de carácter duro que no dudaría en romperle la cara a cualquier alfa que tratase de acercarse a sus búhos.

Erarealmente sobreprotectora -y eso que se veía muy pacífica- que sentía cierta responsabilidad por el equipo de volley del Fukurodani.

Yukie no tardó ni dos minutos en llegar al gimnasio y abrió las puertas de par en par, encontrándose con Akaashi en el punto del delirio llamando a Bokuto entre jadeos, en cambio, Bokuto se encontraba a una buena distancia del omega, pegado a una pared del recinto, tratando de no sucumbir a sus instintos mientras se tapaba la nariz y pensaba en otra cosa.

Perfect | BokuAka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora