capitulo 3.

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Cine
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En el momento exacto en que entró a esa sala, supo que era un error traerlo ahí.

Bokuto había insistido durante una semana completa en llevar a Akaashi al cine, y después de mucho traqueteó y palabrería de aquí a allá, lo había logrado con la única condición de ver una película del género favorito del menor.

Horror.

Akaashi era un gran fan de las películas de terror y como era uno de esos datos especiales que pocos sabían sobre él, decidió compartirlo con Bokuto, que ni temeroso ni arrepentido aceptó ir al cine con esa condición. Sin embargo, apenas pusieron un pie en la sala de pantalla grande, empezó a temblar y no de frío.

Bokuto odiaba a muerte las películas de terror, pues se asustaba realmente fácil, pero si era por Akaashi, lo haría. Una parte recóndita de él le exigía cumplir con ciertos aspectos, específicamente con Akaashi.

Protegerlo, mimarlo y tocarlo.

Lo protegía cuando lo acompañaba a todas partes, alejaba al resto de los alfas cachondos y a los omegas envidiosos con su olor picoso a nuez moscada, lo dejaba en su casa cada tarde, lo interceptada a medio camino en la mañana y lo buscaba cada recreo para pasar el rato juntos jugando volley.

Lo mimaba cuando le cedía el postre especial de la cafetería los jueves, lo acompañaba a hacer cosas importantes, seguía sus órdenes y le daba todo su cariño.

Lo tocaba, prácticamente, todo el tiempo. Ya sea en el hombro, en la cabeza, la cara, el cuello, o simplemente para mover sus lentes cuando se le caían un poco. Según Bokuto, Akaashi era muy abrazable, por lo que de vez en cuando se colgaba de sus hombros o su brazo y apretaba con fuerza para sentir como segregada ese olorcito a albaricoque y cereza que tanto le gustaba, era simplemente adictivo y hasta creía que empezaba a ser dependiente de él.

Sin darse cuenta Akaashi estaba envuelto en el olor de Bokuto, pero no le molestaba.

Era tan cálido y gratificante que se estremecía cada mañana en la que Bokuto llegaba y se lanzaba a sus hombros para soltar todo su aroma y así tenerlo todo el día encima, sacándole una pequeñita sonrisa al sentirlo tan cerca.

Lo estaba cortejando y Bokuto no tenía ni idea, y Akaashi menos.

Literalmente todos lo sabían, menos ellos.

Y era por esa razón por la que Akaashi se arrepentía profundamente de estar apunto de ver una película de terror con un alfa miedoso pero terco que no daría brazo a torcer con la película, solamente, porque le gustaba a Akaashi.

Bokuto hacía todo por él.

Así que Bokuto no se dejó tirar devuelta y se sentó en su butaca correspondiente, era tarde y quizá llovía de madrugada, por lo que poca gente estaba en el cine a esa hora, así que compartían sala con otros diez sujetos más y sería.

Las cosas terminaron así: Bokuto estaba sentado en su butaca al lado de Akaashi, con la cabeza recostada en su hombro y el bowl con palomitas abrazado en su regazo, con la vista fija en la pantalla, a su lado, Akaashi estaba recto, una que otra vez agarraba de las palomitas que tenía Bokuto y al igual que él miraba fijamente la pantalla, así que cada vez que venía una parte sangrienta o sentía que venía un buen susto, le tapaba los ojos al mayor.

Akaashi podría ser el menor de los dos, pero ese instinto de protección que nació en él, era más fuerte que cualquier cosa. Bokuto era su niño y debía proteger su inocencia, se veía en la situación casi obligatoria de cuidar su felicidad.

Noventa minutos más tarde salieron del cine. Akaashi se mantenía calmado mientras veía como Bokuto miraba a todos con paranoia, el mayor lo rodeaba incansablemente alejando a cualquier que ponga un pie a menos de tres metros de él, era como si marcara un círculo de protección que era impenetrable.

Las calles estaban oscuras y la casa de Akaashi no se encontraba precisamente cerca, el frío se hacía mayor conforme avanzaban los minutos y Bokuto ya llevaba un buen rato dando vueltas y vueltas a su alrededor, paranoico. La fuerte ventisca abrazó su cuerpo haciéndole estremecerse y entre todo el numerito que hacía Bokuto, había dado una pausa cuando le vio temblar.

— ¡AKAGSHEEEE, ESTÁS TEMBLANDO! — gritó. Inmediatamente corrió a su lado casi tirándose encima de él , pensó en abrazarlo, pero si lo abrazaba se acortaba su radio de protección.

Así que como último recurso se sacó la chaqueta -que por cierto, venía mejor abrigado que Akaashi, por insistencia de sus padres- y envolvió a Akaashi con ella. El menor se sorprendió con tal repentino acto y le ofreció una sonrisa al mayor.

«Hermoso, hermoso, hermoso hermoso» Pensaba éste. Cuando Akaashi sonreía se le achinaban los ojos y soltaba un aroma tibio y abrazador. El mejor aroma que podría oler en su vida.

Se detuvo unos segundos a apreciar su sonrisa y después siguió vigilando el perímetro, pero lo único que encontró fue un par de gatos maullando de una ventana a otra cerca de un callejón.

Todavía faltaba mucho para llegar a casa de Akaashi y si hablábamos de hora, faltaría poco para ser media noche, así que en un movimiento rápido y dudoso tomó la mano de Bokuto quien se sobresaltó al sentirlo.

— Calmese, Bokuto-san. — Bokuto quedó quieto, esperando instrucciones. — Vayamos a su casa, está más cerca, prometo irme temprano para no molestar.

Él asintió y se dejó jalar por Akaashi, que a sabiendas de donde estaba su casa por las veces que Bokuto lo había mencionado, caminó tranquilo con su mano enlazada con la del contrario, bajo las luces parpadeantes de las calles, las estrellas y una luna llena con la sensación de comodidad plasmada en el aire y el aroma a albaricoque y cereza mezclándose una vez más con el de nuez moscada y fresa.

Esa noche llamó a su madre Mikoto para avisarle que volvería al día siguiente, y al llegar a la recidencia del alfa, pudo comprobar que Bokuto era casi una fotocopia de sus padres, pues los tres era igual de cariñosos, ruidosos, altos y protectores.

Esa también fue la primera noche en la que durmió en la misma habitación que un alfa que no sea de su sangre.

Fue perfecto.

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Holiwi~ ¿Cómo están?

Hace unos segundos casi se me sale el alma del cuerpo porque iba a publicar el capítulo 5, en serio, vi mi vida pasar frente a mis ojos TuT.


Si se duplica el cap me avisan, wattpad es puto

Eso es todo, nos vemos, baibai~

- martes 15 de septiembre.
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Perfect | BokuAka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora