capítulo 13.

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Omega
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Akaashi era un ser humano y omega como cualquiera, comía, respiraba y sentía como el resto, y como cualquier persona normal, habían cosas que con el pasar del tiempo se volvían necesarias o realmente deseadas.

Tal y como otros omegas con pareja, algo dentro de Akaashi le exigía ser marcado por Bokuto. Era algo que venía callando desde hace mucho tiempo, específicamente desde la graduación de el alfa y conforme los días pasaban cada vez era más evidente que algo se guardaba, como era obvio, Bokuto terminó dándose cuenta, le conocía muy bien como para pasar eso por alto.

Pero había algo que Akaashi sabía, muy, pero muy bien. Bokuto era demasiado resistente a sus sentidos y  alfa interno, se lo había demostrado en múltiples ocasiones ignorando que esté a pocos días de su celo o en la vez que estuvo en su celo ¡Y se resistió, incluso le ayudó! Un alfa normal era incapaz de hacer eso.

Esa era una de las cualidades que más destacaban de Bokuto: tenía la habilidad de ignorar completamente sus instintos si podían dañar a alguien. Y ahora, Akaashi no sabía si agradecerla o maldecirla.

¡Tenía casi dieciocho años, por amor de dios! Era un adolescente con un sistema hormonal normal y funcional, necesitaba  aunque sea un poco atención, pero como bien sabe, Bokuto es un poco -muy- lento para descubrir ese tipo de cosas si no se las explicaban antes.

Así que Akaashi tenía un plan. Era algo noño titularlo así porque ni siquiera estaba seguro de llevarlo acabo, pero después de todo la idea estaba ahí.

Seducir a Bokuto.

La primera vez que lo pensó sintió vergüenza de si mismo, se puso totalmente rojo y desechó la idea de inmediato, pero esa misma noche, mientras miraba el techo de su habitación escuchando el tik tak del reloj sin cesar, esa misma idea dejó de ser tan bizarra y empezó a agradarle.

¿Y consiguió algo con eso?

No, nada, absolutamente negativo, Bokuto no sabe captar indirectas.

Pero Akaashi no se rindió, si las palabras con significados ocultos no funcionaban las acciones debían hacerlo.

¿Y eso funcionó?

Pues tampoco, Bokuto siempre encontraba la forma de bajar los humos al ambiente y terminar todo de manera dulce con una sonrisa y decirle "te amo".

Y aunque Akaashi respondía "Yo también te amo" lo que realmente quería decir era algo como « Sí, sí, yo también, pero quiero coger ». Y no está desesperado -bueno, sí un poquito-, es solo que en la edad en la que está las hormonas fluyen con más rapidez y su cuerpo se lo exige, no había celo en  que no lo pensara y deseara sentirlo, así que eventualmente fue deseándolo fuera de sus instintos y se quedó como algo que no podía ser solamente una fantasía.

Entonces, casi rendido y después de haber intentado un montón de cosas más que obviamente no funcionaron porque seguía siendo muy virgen, recordó una cosa evidente.

Bokuto era lento para ese tipo de cosas y necesitaba que alguien se lo diga sin pelos en la lengua para entender.

« ¡Eureka! » fue lo que pensó Akaashi, era bueno para decir las cosas a la cara así que esa idea no se presentaba como una dificultad para su meta. Lo haría, esta vez lo lograría. Y como Akaashi era habilidoso, además de decírselo directamente esperaría a que faltase poco para el celo del alfa, así la cantidad de feromonas afectaría su ciclo y no habría espacio para errores.

Todo estaba fríamente calculado.

Así que prontamente el día llegó, Akaashi se había equipado -porque sin gorrito no hay fiesta, sin sombrero no hay vaquero, etcétera, etcétera- para la situación y tenía todo bajo control, Kuroo había ido a visitar a Kenma o algo así, por lo que el departamento lo tenían solamente para ellos dos, perfecto, demasiado para ser real.

Perfect | BokuAka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora