capítulo 9.

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aviso importante al final.

Nerviosismo.
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Nuevamente, habían cosas que Bokuto no comprendía muy bien, así que suponía que lo hacía por instinto o algo por el estilo, pero él era curioso y algo torpe, así que no podía evitar preguntarse qué estaba haciendo.

Había pasado una semana desde la fiesta en el antro donde se besó hasta el cansancio con Akaashi y hasta la fecha recordaba la sensación electrizante que habían dejado y la atesoraría por el resto de su vida, pero ese no era el problema ni mucho menos. Su verdera inquietud era el camino que estaba tomando su relación con Akaashi y hasta el momento no se había preocupado de eso.

Toda esa semana habían estado repartiendo toques, se buscaban mutuamente, encerrándose en una burbuja mientras se besaban  y para Bokuto eso era maravilloso, podía recordar como las manos de Akaashi recorrían su torso hasta llegar a las solapas de su uniforme y atraerlo a sus labios para compartir un toque dulce que no se comparaba con ningún otro postre que haya probado en su vida.

Todavía recuerda como se sentía su piel contra sus labios, como era ir bajando de su mejilla por su cuello hasta llegar a ese hueco que expedía un dulzón olor a cereza y albaricoque que le volvía loco y tenía grabado en su cabeza como Akaashi se estremeció cuando dejó un beso seco, deleitándose del ruidito que salió de su labios por la ansiedad y la felicidad del momento.

Alfa y omega chillaban rebosantes de emoción.

Recientemente se volvió su actividad favorita, mirarle directamente, abrazarlo y después bajar levemente su cabeza para besarse todo el recreo detrás del gimnasio. Escudriñar sus ojos era como ver directamente su alma, los sentimientos eran tan palpable que se atosigaba y las feromonas salían disparadas cuando se veían y lo envolvían haciéndole saber al resto que estaban juntos.

Y el problema de todo esto es que entre ellos no existía una relación definida verbalmente y él era un poco lento, así que cuando Yukie le preguntó si él y Akaashi ya estaban saliendo, entró en una especie de bucle.

¿¡Cómo no lo había pensado antes!?

En ese momento Bokuto se sintió un idiota, se agarró el pelo con ambas manos y se lo tiró hacia abajo un poco -muy- estresado mientras Yukie abría los ojos en grande y trataba de alejar sus manos se su cabello para que dejara de hacerse daño, en eso llegaron Konoha y Komi a ver el rollo que se estaba montando el as de Fukurodani.

No fue hasta que Akinori le pegó un rodillazo en las caderas que finalmente se calmó.

El alfa -Akinori- y el beta -Haruki- miraron a Bokuto totalmente extrañados, la verdad estaban acostumbrados como el resto del equipo a los ataques de pánico de su capitán y no le daban mucha relevancia, pero en ese minuto Akaashi no estaba cerca como para liderar un plan para hacerlo volver a la normalidad, así que debían conformarse con sus propias acciones para mantener estable a Bokuto.

O dejarlo arrancarse todo el cabello y verlo meterse en una canasta mientras se deprimía, pero no tenían ánimos de ordenar el gimnasio antes de la práctica. Así que como ninguno de los dos quería eso y mucho menos Yukie, le preguntaron a la mánager que le pasaba.

Y Konoha se echó a reír. Primero porque encontraba estúpida su preocupación, pues todos sabían que Akaashi no se alertaría por algo como eso, y después siguió riendo porque parecían pareja hace mucho y recién se venían a dar cuenta.

Bokuto no dijo nada, pero los ánimos se le subieron cuando Komi le insinuó que todavía no era tarde y Yukie le dijo que podía invitarlo a salir y pedírselo. Y ni flojo o perezoso, cuando sintió el distintivo armoma que Akaashi tenía, se abalanzó sobre él en el momento que cruzó la puerta del gimnasio, abrazándolo rápido y fuertemente dándole pocos segundos para reaccionar y corresponder con un tacto suave y protector, embriagado hasta la mechas de su olor a fresas y nuez moscada.

Perfect | BokuAka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora