capitulo 21

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Una noticia
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La gasa descansa en su cuello cubriendo la cicatriz indolora mientras sus dedos teclean la computadora casi de manera automática, siente los ojos cansados, pero sigue trabajando diligente y dedicado como solo él sabe. Después de terminar debe llamar al escritor y notificarle que leyó, corrigió y editó la cantidad correspondiente de capítulos y se encuentran en disposición de ser publicados con una revisión de su superior en jefe. Suspiro, terminó la última línea y se estiró sobre la silla.

Cómo si su novio le leyera la mente, una tasa de café aterriza a su costado e instintivamente inclina el cuello para recibir un beso de Bokuto en la extremidad. La manera íntima en la que sucede la secuencia le hace desear que esto se ejecute todos los días llenándole de paz el corazón.

Han pasado cinco meses desde que se mudaron juntos y un par de semanas en los que pasaron sus celos en compañía y decidieron que era hora de marcarse, ahora, el departamento rebozaba de sus feromonas combinadas y su habitación era un nido de amor, su relación disfrutaba de años de empeño, cariño y fidelidad, las cosas ahora son mucho más claras de lo que fueron alguna vez en el pasado.

Akaashi y Bokuto querían estar juntos para toda la vida, puede que sean jóvenes todavía para decidir pero no podían esperar más, se conocieron, se quisieron y se amaron dándose el tiempo de saber cada detalle del contrario. Actualmente no se podía decir con certeza si existían o no las almas gemelas, pero ambos podían decir que jamás encontrarían a alguien que los hiciera tan feliz como lo hacen ellos.

Se habían hecho paso en el mundo, con veinticinco años Akaashi Keiji había conocido mucha gente buena, tuvo suerte y también dedicó parte de su esfuerzo a conseguir lo que tiene ahora, una vida feliz junto a la persona que más ama.

Los días son amenos, siguen adaptándose a vivir juntos pero lo llevan con naturalidad, se conocen hace toda una vida, Dios, han pasado diez años desde que se conocieron, ocho y un poco más desde que eran pareja. No existe persona que Akaashi ame más que a Bokuto, es un amor romántico imposible de igualar.

Las cosas van bien, los ex alumnos del Fukurodani pertenecientes al club de voley estaban hablando de reencontrarse, incluso también el resto de los colegios que asistieron al campamento como el Nekoma habían hablando de asistir para revivir los buenos tiempos. El pelinegro no jugaba vóleibol hace algún tiempo, pero eso no evitaba que siguiera gozando de la habilidad y también del entusiasmo de volver a jugar armando para Bokuto. Ama a lo que se dedica, pero nada le quita el gusto de volver a disfrutar un pasatiempo de su adolescencia con el que inició su historia de amor.

De todos modos, si la dichosa reunión se llevaba pronto dudaba poder ir, estaba enfermo y cansado con una jaqueca inmensa, nauseas y sueño y creía que para lo único que podía respirar era para para trabajar y comer el sexto paquete de galletas del día.

A este punto, el conjunto de síntomas empezaba a alertar un obvio final. Es por eso que cuando Bokuto se va para ir a entrenar Akaashi se dirige a la habitación y se viste para salir.

Quince minutos después está en la farmacia enfrente de las pruebas de embarazo, nervioso abrazándose así mismo mira con cautela y rápidamente agarra un par de pruebas y se va al mostrador a pagarlas. Se tarda menos en llegar a casa de lo que esperó y se encierra en el baño mirando las pruebas de embarazo cerradas.

Es un momento de incertidumbre cuando hace la primera, y la segunda, y la tercera hasta que las pruebas se acaban y lo único que le queda es suspirar.

Ah, tendrá que pedir una licencia por maternidad en unos meses más.

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Acaba de cortar con su madre por teléfono después de contarle sobre la noticia, supone que tiene al rededor de cinco o seis semanas y ya no soporta el olor de las verduras hervidas para este punto. Es preciso el momento cuando la puerta hace el característico click de que Bokuto encontró la llave correcta y pudo abrir el cerrojo, Akaashi corre al baño y tira al tacho las pruebas de embarazo quedándose en mano solo la primera.

No tiene idea de porque está nervioso. Sin embargo, apenas Bokuto pasa el umbral Akaashi salta sobre él y lo envuelve en un abrazo por sobre los hombros con la prueba de embarazo positiva bien agarrada en la mano y la emoción colándose en cada fibra de su cuerpo.

Bokuto le devuelve el abrazo con un solo brazo y con el otro cierra la puerta y termina de envolver a su novio entre sus extremidades. Cuando ambos terminan su ritual de bienvenida, hablan al mismo tiempo.

- Tengo que decirte algo.

Los dos se sorprenden, pero eso no quita la impaciencia de Akaashi por decirle a Bokuto de la reciente noticia, por lo cual se apresura a sacar su mano con la prueba positiva a un lugar mas visible. Justo frente a los ojos de Bokuto.

Casi le da un infarto.

Un buen infarto y dulce infarto.

No puede evitar que la emoción crezca enormemente y su sonrisa se agranda tanto como es humanamente posible mientras enrolla a Akaashi en besos y abrazos contundentes y no para hasta que la sorpresa baja y solo se quedan en un abrazo tranquilo cerca de la puerta.

- Te amo. - Bokuto se agacha lentamente a depositar un beso en la mejilla de su novio y suspira un poco frustrado. - Pero creí que el de la sorpresa iba a ser yo.

Su mano palpa lentamente su bolsillo y saca una caja aterciopelada, Akaashi apenas la ve abre los ojos inmensamente y siente que la emoción vuelve a dominar sus sentidos. Es mucho para un solo día. Cuando la caja se abre, un anillo de plata con una joya azul marino incrustada en medio es la protagonista de la escena.

- Cásate conmigo. - No hace mas que sacarlo de la caja cuando Akaashi encesta desesperadamente su dedo en el anillo y observa lo bien que encaja. - Hazme el honor de pasar toda y todas nuestras vidas juntos, déjame hacerte feliz y darte todo de mi, quédate conmigo como yo me quiero quedar contigo, Keiji. Te amo como nunca amaré a nadie más.

Para ese momento, los ojos petróleo de Akaashi desbordan un brillo inigualable con las lágrimas corriendo sobre sus mejillas, ambos se miran con el corazón en la garganta cono si el otro fuese la estrella más hermosa del universo. Entonces, Akaashi aprieta más fuerte las manos entre las suyas y sonríe con el corazón palpitando acelerado.

- En todas mis vidas te diría que sí.

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Hola :]

me desaparecí durante un par d añitos pero me dio pena dejar esta cosa horrorosa tirada, asi q subiré este y el último cap que tengo escritos para cerrar ciclos y acabar perfect de una vez aunque siento que ya no es lo mismo :"1

Gracias x leer :3
Domingo 7 de mayo.

Perfect | BokuAka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora