Y ahí estaba el, en medio de un lugar colmado de gente, con tanto ruido, con tanto calor, bailando solo, eso en realidad no le importaba, siempre había disfrutado la sensación de libertad que le daba menear el culo al ritmo de la música, sin necesidad de un acompañante, bailaba con lágrimas en los ojos y los brazos arriba, bailaba con el alma rota y los pies ligeros, bailaba con dolor en el corazón y los ojos cerrados.
Esa noche había ido con su mejor amigo, quien llevaba meses insistiéndole que salieran, a rastras llegó al lugar; se alegró al recordar lo mucho que disfrutaba bailar, podría hacerlo toda la noche, podría huir de sus miedos, olvidar temporalmente la sensación de fracaso y la necesidad permanente de no vivir, pero fue interrumpido por el abrazo de un desconocido, quien posó sus manos en su cintura, simplemente se dejó llevar, siguió restregándose contra el desconocido, después de unos segundos dio vuelta para quedar frente a este y poder ver su rostro, -mierda, no está nada mal, nada mal- pensó mientras esté lo miraba directo con sus ¿ojos negros? No dejaron de bailar, no cruzaron palabras, se tomaron de los cuellos y juntaron sus frentes, se besaron por minutos, las bocas ardían, la ropa sobraba y la gente estorbaba.Hace meses no tenía ningún acercamiento sexual con alguien, ese beso estimulo cada poro de su piel, mientras bailaban sintió como su pene comenzaba a endurecerse, -mierda, esto no terminará bien- pensó mientras el desconocido de cabello color plata lo tomaba de la cintura y la juntaba con la suya; había tenido solo un encuentro casual en todos sus malditos 24 años, y al día siguiente se sintió peor que estropeado, usado y desechado, ella había sido bastante clara, solo quería sexo y él había aceptado, ¿Por qué entonces le dolió tanto el alma? Volvió al presente y dejo sus recuerdos atrás -debo detenerlo-pensaba cada vez que el desconocido baja la mano por su espalda, pero ¿por qué? Tener sexo se le antojaba esta noche, además ya no podría caer más hondo.
Acerco su rostro al oído del desconocido, para decirle - ¿quiero estar contigo?, el desconocido acerco ahora sus labios a los odios del hombre que acaba de ofrecerse, -pensé que nunca lo pedirías-, lo tomo de la mano y lo empezó a arrastrar en medio de la multitud, llegaron a los baños del bar, el joven de la cicatriz en el ojo saco de su bolsillo un billete y lo entrego al encargado del baño, este lo recibió y se alejó, entraron a un cubículo, continuaron besándose, tocándose por encima de la ropa, desabotonaron sus pantalones, se miraron con duda intentando deducir quien se daría la vuelta, ninguno lo había meditado con anterioridad.
El desconocido saco de su bolsillo unos condones y dijo - ¿qué te parece si esta vez... yo me doy la vuelta, pero la próxima vez que nos veamos, tú serás quien lo haga? Y aceptarás las condiciones que yo coloque -
¿Qué? ¿próxima vez? - pensó, sin dudarlo mucho asintió y dijo –trato-, recibió el paquete de condones y se rió para sus adentros –no habrá próxima vez-
El hombre en frente suyo se giró, bajo sus pantalones y ropa interior con una mano, con la otra se apoyaba en la pared del cubículo, mientras el otro abría los ojos de par en par, - ¡que culo!, por dios, no es posible que esta noche termine tan bien- pensó, beso el cuello de la persona que tenía en frente con ahínco, casi hipnotizado por el olor de su cuerpo, llevo dos de sus dedos a su propia boca, escupió, los llevo a la entrada, comenzó a empujarlos escuchando un gruñido, -entraron- dijo con alivio, sin darle tiempo de acostumbrarse comenzó a moverlos, los sacaba y metía, repitió esto unos segundos más, el hombre al frente suyo llevo su mano derecha al miembro del otro, obligándose a voltear su brazo de manera incomoda comenzó a masturbarlo, retiro la mano del otro estaba estorbandóle y coloco el condón con rapidez, se notaba su urgencia, no era la primera vez que entraba en un hombre, pero -mierda, estas muy apretado-dijo con ansiedad mordiendo sus labios, intentaba entrar pero con dificultad, le estaba costando.
El hombre de cabello plateado vio su impaciencia, él quería sentirlo dentro pero ya estaba tardando demasiado, no tuvo remedio, apoyo sus manos en la pared del cubículo y se empujó hacia atrás con todas sus fuerzas, él era ligeramente más alto, sin esperar esta reacción el otro se dejó caer su espalda sobre la pared
-entró- dijo el castaño entre un gemido y una chispa de entusiasmo, quien estaba en frente suyo comenzó a moverse, a él le era difícil moverse el esa posición, se resignó por un instante a ver el espectáculo que provocaba el movimiento de cadera del hombre, los sujeto por las caderas y en una pelea por ver quien tenía el control, lo empujo al frente para que volviera a la posición inicial, siguió entrando y saliendo, continuo haciéndolo al ritmo de la música que se escuchaba al fondo del bar ¿eran Sean Paul con Dua lipa?, sujeto el pene del otro comenzó a masturbarlo, era bastante grande, quizás más que el suyo, el otro puso su mano encima indicándole el ritmo adecuado, esto solo lo excito más, termino dentro del hombre, mientras alaba su cabello hacia atrás, para recostar su cabeza en su hombro
-¿así que te gusta duro? Preguntó el más alto con malicia mientras seguía moviendo las manos sobre su propio pene, el otro no contesto estaba muy agitado para poder organizar una respuesta, no dejaba de pensar en que era posiblemente el mejor polvo que se había echado en la vida.
Escucharon golpes en la puerta, debían salir ya, se vistieron y salieron de ahí con mucha normalidad
-¿podrías prestarme tu celular un momento? Dijo el peli plata
-eeeh sí, claro- lo entrego y este anoto su número telefónico y lo devolvió
-Por cierto, soy Kakashi-
y con una sonrisa ligera respondió –mucho gusto, soy Tenzo, adiós- extendió su mano despidiéndose y alejándose en medio de la multitud.
Kakashi pensó –a ella le encantará este-
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DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)
Fanfiction¿Buscan una historia de amor normal? pasen de esta mierda entonces -realidad eso encontrarán. El amor el complejo, doloroso y divergente como esta historia- -¿qué te pasa Kakashi? ¿estas loco pedazo de imbécil? ¡Sueltalo ya! -gritó Rin, mientras lo...