DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)

Parte 25

Dramas... putos dramas y el puto dolor que causaban. Incontables veces había visto situaciones de mierda llenas de caos y dolor, aunque si era honesto ninguna como las del último mes, ninguna como a una mujer con su amado en coma o la desesperación de un hombre por ser incapaz de ayudar a su amiga.

Si seguía siendo honesto, lo que él había vivido no era tan grave, era muy consciente de eso, siempre se lo reprochaba. Entonces ¿Por qué le dolía tanto? ¿Por qué sentía que se le paraba el corazón? ¿Por qué las ganas de vomitar se apoderaban de él? ... ¿Por qué sentía que se iba a morir?

Se sentía ridículo, miserable y fracasado ... nuevamente. Esos sentimientos eran muy conocidos por él, eran una constante, a veces estaban adormilados, pero siempre presentes.

Corrió, corrió y corrió. Sus piernas le dolerían infernamente el siguiente día, se detuvo cuando su respiración no le permitió continuar, miro alrededor y se encontraba solo en una calle desconocida...perdido

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-dejó su celular aquí- decía Rin señalando el objeto que se encontraba en el suelo -separémonos y nos vemos en 30 minutos aquí-

-no, mantengamos juntos- dijo el peliplateado

-sabes que será más rápido si nos separamos-

La mujer pensó que el hombre vacilaría o se volvería a quejar debido a su propuesta, pero fue todo lo opuesto, él salió primero del lugar, pero se detuvo en seco y la tomó de la muñeca, como buscando algo en su mano

- ¿Dónde está? – preguntó Kakashi

- ¿Qué cosa? -

-Me prometiste no salir sin eso del departamento y menos si sales sola-

Ella asintió, era una promesa que le había hecho hacer, así que regresó sobre sus pasos, escudriño su maleta y metió el taser que compró al vender su auto en su abrigo vino tinto. Al llegar a la primera planta del conjunto residencial, se miraron, asintieron y corrieron en direcciones opuestas.

Como si sus pensamientos estuvieran conectados, ambos creían que el castaño cometería alguna locura. Ya saben una grande

Rin apenas y entendía el tema de las pastillas ¿Era un adicto? Y, por otro lado, Kakashi aún asimilaba el hecho de que una expareja de Yamato se casaría y tenía el descaro de invitarlo al evento ¿Quién putas haría algo así?

Kakashi no había salido del lugar desde su llegada, por la ventana del taxi solo conoció la ruta desde el hospital hasta el conjunto. Así que, en resumen, salir corriendo por un sector desconocido fue tan estúpido cómo haber bailado y brincando recién se quitó el yeso... Impulsivo.

Hay cosas que por más que intentes nunca lograras borrar de tu ser. Somos como árboles creciendo, mutando, evolucionando o involucionando, nos construimos o nos destruimos, pero solo hay una cosa que permanece inamovible... Nuestras raíces, están ahí, invisibles, inmutables, silenciosas y permanentes. Esos detalles que nos hacen únicos, puede ser el desorden, la impaciencia, el egoísmo, la envidia y también la calma, la empatía. En el caso del peli plateado uno de estas era la impulsividad, si esa que hace a Kakashi, Kakashi.

Paralelamente la castaña luchaba contra el dolor en sus pulmones, respirar mientras corría era casi tortuoso -putos cigarrillos, deliciosa nicotina- peleaba contra la molestia solo porque sabía que si se detenía perdería tiempo valioso para encontrar a Yamato. Los taxis que pasaban por su lado tocaban el claxon en señal de que podían llevarla, se acercó al primero que lo hizo, pero antes de tocar la puerta del auto recordó que llevaba ni una mísera moneda, se detuvo en seco y continuó.