DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)

Parte 4

7 y 30 pm

Mientras subía las escaleras del edificio sintió el olor a cigarrillo, cigarrillo barato, no pudo evitar sonreír, la encontró sentada en las escaleras continuas a su departamento, está vez no pudo evitar mirar sus piernas, iba en falda, una de jean negro con medias veladas del mismo color, además de su abrigo vinotinto habitual y sus botas negras; ella notó su mirada y se levantó con lentitud del suelo, notó los golpes en su rostro, pero esos detalles eran bastantes normales en él, los ignoro como siempre. Lo saludó con un movimiento de cabeza y el hizo lo mismo. Mientras introducía la llave en la puerta le dijo -eres muy puntual- , -siempre es mejor llegar antes- dijo ella apagando el cigarrillo contra el suelo y su bota.
Entraron al departamento, era uno pequeño, tenía una distribución similar a una T, con un pasillo que lo conectaba todo, a la derecha la "cocina" espacio donde guardaba cervezas, ron, happy brownies y cualquier otra sustancia de mierda que alterara sus sentidos; sobre ese mismo costado, el baño y por último la habitación, no tenía puerta, la entrada se veía desde la entrada principal del departamento, pero desde allí solo se lograba ver una alfombra blanca en el suelo. A la derecha de la habitación estaba la cama con sus dos mesas de noche, en ellas guardaba todo lo necesario, para sus instantes de gloria. El centro era ocupado por una alfombra y a la izquierda estaba el sofá verde con otra mesa, donde estaba el estéreo, al espaldar de este se encontraba la única ventana de todo el departamento, ocupaba ¾ de la pared. En su totalidad el lugar estaba pintado de blanco, sin ningún detalle que hiciera de este un espacio cálido, pero era fastidiosamente pulcro, el blanco de las paredes y techos era inmaculado.

Tenían algo así como un protocolo, algo tácito, ella abría las ventanas y ponía el cenicero en la mesa junto al sofá y el simultáneamente, ponía música en su estéreo, ambos notaron que tenían el mismo gusto musical desde la primera vez que se conocieron.

Twenty one pilots- cut my lip fue la primera canción de la noche

Ella se sentó en el sofá como siempre, subió la pierna derecha y la abrazó, nunca había tocado otra parte, ni siquiera había entrado al baño, medito sobre esto y rompió el silencio preguntándole al hombre de pelo plateado quien le daba la espalda - ¿sabes cuantas veces hemos hecho esto? El giro su rostro y dijo directamente -32- volvió a la posición anterior, termino de guardar los libros que tenía sobre la cama dentro de los cajones de las mesas de noche, -hoy serán 33-

Él se alejó, fue a la cocina, al regresar vio que ya había iniciado otro cigarrillo, extendió su brazo y le ofreció una cerveza, ella la recibió y le devolvió el gesto invitándolo a fumar de sus cigarrillos, lo recibió junto al encendedor, se sentó junto a ella y lo encendió. Pasaron 40 minutos en silencio, 2 sixpacks y 10 cigarrillos.

8 y 15 pm

-¿nos dejaron plantados?- Dijo ella con una risa infantil, -en realidad creo que me dejaron plantado - respondió él acentuando en "me",    -no te mencione-   devolviéndole la sonrisa. Una estruendosa carcajada fue lo que se escuchó en la habitación, parecía la de una bruja, cuando la pelicastaña logró controlar su ataque de risa y limpio las lágrimas de su rostro, le dijo –¿solo esperas que no huya cuando me vea? ahora él fue quien hecho a reírse, nunca lo habían hecho, reírse juntos, gran parte de este momento se lo debían a las cervezas, -eso siempre funciona- respondió escurriendo en su boca el ultimo sorbo de la cerveza. –démosle 10 minutos más- dijo él, ella asintió.

Se les habían acabado los cigarrillos y las cervezas, ella revisó todos sus bolsillos y él abrió su nevera esperando que mágicamente apareciera algo que no había comprado, no había nada. Se giró resignado y mostró un brownie del tamaño de su mano, ella lo miro con desconfianza, pero termino asintiendo, cuando se sentaron en el sofá con intención de comerlo tocaron a la puerta, una sonrisa cómplice y borracha se dibujó en ambos.

8 y 30 pm

Se abrió la puerta y ahí estaba el hombre con el que había cogido 2 semanas atrás, con su pelo ridículamente plateado, una chaqueta de jean negra con los codos gastados, una camisa blanca debajo de esta, un jean negro y botas verde militar, lo más notorio de su aspecto era su rostro golpeado, pero ligeramente ¿sonrojado? y una sonrisa, maldita sea, una encantadora.

Tenzo recibió una mirada de arriba abajo, iba con una sudadera, una camisa negra y una chaqueta de jean encima, el barrido de la mirada del otro se detuvo en sus ojos, estaban rojos, tan rojos que parecía que su corazón saldría por allí, pero fue necesario, necesito un poco de ayuda del THC para tener la valentía de ir, en realidad a eso se debía su retraso.

Tenzo quedó pasmado por un segundo, esperando a que lo invitara a entrar, Kakashi notó su error y le dio espacio para que siguiera, no cruzaron palabras solo gestos. Con la puerta cerrada, esperó a que su anfitrión le diera permiso para continuar, esto no paso. Kakashi lo arrinconó contra la puerta del pasillo, y comenzó a besarlo, dejó caer su maleta al piso  -vaya, es directo- pensó, disfrutaba del beso salvaje y crudo que se estaban dando, escuchaba música al fondo del departamento, siguió con el juego del otro y le quito con destreza la chaqueta, también se quitó la suya, continuo con la camisa y le desabotono el pantalón. En cuestión de segundos, su miembro estaba duro, Kakashi le bajo el pantalón y ropa interior en un solo movimiento, cayeron a la altura de sus tobillos   - ¿planeas hacerlo aquí? ¿en el pasillo?- le dijo el castaño con la respiración entre cortada, solo recibió un si por respuesta. Escucho un ruido al fondo del apartamento, como si alguien se aclarara la garganta, esto robo su atención, girando la cabeza hacia esa dirección, Kakashi tomo con fuerza su rostro para llevarlo a su boca nuevamente, continuaron el beso.

Tenzo intentaba quitarse los tenis subiendo un pie encima del otro, lo logró, con la misma técnica termino de quitar su pantalón y ropa interior, ya estaba completamente desnudo. Quiso hacer lo mismo con Kakashi, pero este lo detuvo, él se arrodillo rápidamente, y se lo trago todo, esto sacó un gran gemido por parte de Tenzo, tomo con sus manos el cabello plateado y lo apretó con fuerza. Ver al hombre hacer esto, verlo con la boca llena y la comisura de los labios húmeda, poder ver como lo veía directamente a los ojos, ver el movimiento de la lengua en su glande, la belleza de su rostro, la perfección de sus dientes mordiendo con suavidad, la seguridad con la que llevaba su miembro hasta el fondo, si el cielo existe debe estar lleno de seres que la chupen así de bien, quisiera vivir ahí.

- ¿tienes cigarrillos?-

Esa pregunta bajo a Tenzo del paraíso, levantó su cabeza y recostada en el marco de la habitación había una mujer, quedo en blanco.

- ¿Qué si tienes cigarrillos? Repitió ella con calma