Parte 5

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- ¿qué si tienes cigarrillos? - La voz de la mujer retumbo en el cerebro de Tenzo

Se limitó a mover su cabeza lentamente de lado a lado, después de ver que su boca no podía articular ni una palabra. Su cuerpo se entumió, las manos que tenía en el cabello plateado cayeron con lentitud a los costados de sus caderas, casi muertas. El terror se apodero de su ser, sus manos comenzaron a sudar frío, a temblar incontrolablemente, su respiración era errática y su corazón estaba a mil por hora. Quería apartar al hombre que estaba frente a él, pero su cuerpo no le pertenecía.

Kakashi se levantó del suelo, se bajó el pantalón y la ropa interior hasta las rodillas, besando simultáneamente el cuello de Tenzo

cuando llego su oído le dijo – ella solo nos verá ¿está bien?, lo beso nuevamente- Mis condiciones ¿recuerdas? -

-noooooooo- pensó el castaño intentado hablar, pero no lo lograba, parecía que tenia de adorno la jodida boca, no pudo responder, su silencio podría ser entendido como consentimiento. –¿qué les pasa? -

Sus ojos no dejaban de mirar a la mujer, incluso cuando Kakashi lo tomo de la cintura y comenzó a girar su cuerpo para dejar su rostro contra la pared del pasillo, ella tampoco dejaba de mirarlo con interés, su mirada era serena pero triste, igual que la suya ... estaba rota. De esas miradas que regalas como si fuera agua, de esas que acarician mientras cortan, de esas besan mientras matan, si de esas que muestran que ya no vales ni mierda.

- Lo lastimarás- hablo la castaña nuevamente, devolviéndose por donde vino

Escuchar su voz nuevamente lo saco del trance, sin haberse dado cuenta Kakashi ya tenía el pene rozado su ano, con la advertencia lo retiró, pero ahora sintió un dedo en la entrada, su pecho enloqueció, le costaba respirar, su visión comenzó a nublarse.

-calma, respira, calma, habla, calma, muévete, calma- pensó –si no haces algo tu primera vez será un desastre- - ¿qué? Sino haces algo sufrirás como un maldito cerdo- gritaba Tenzo para sí mismo

Ella volvió a entrar en su rango de visión, esta vez se recargó contra la misma pared en la que su cuerpo reposaba a tan solo un metro de él, el olor a nicotina lleno sus fosas nasales, pudo ver como extendió uno de sus brazos, pensó que lo tocaría, pero no, ella le entrego algo al peliplateado y mantuvo su posición. Segundos después sintió humedad y tibieza en su ano, y nuevamente un dedo tocando el borde

Una sensación de incomodidad lo invadió -mierda, un dedo adentro- su respiración enloqueció, sus manos comenzaron a hormiguear-, un gruñido salió de su boca, ¡por fin un avance!, intento hablar, pero fue imposible, sus manos comenzaron a responderle, logro levantar la derecha hasta llegar al rostro de la joven, toco su mejilla.

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Rin no pudo evitar pensar que el hombre que había traído su "compañero" era realmente guapo, pero no solo fue su físico lo que le llamo su atención, era su semblante, era diferente a las personas que llevaba usualmente, él le transmitía confianza, a pesar de que su rostro le mostraba incertidumbre.

Cuando el toco su rostro, sintió un gran corrientazo, no sabía si se debía a los tragos que traía encima o era otro tipo de conexión, su mano estaba helada y húmeda, se concentró en el sentir su mano, sintió el temblor en esta, definitivamente estaba nervioso. Coloco su mano sobre la que el hombre tenía en su rostro, intentado darle un poco de calma, no estaba funcionando, llevo su vista hasta el peliplateado buscando alguna señal de furia en sus actos, lo había visto antes, destellos de bestia salvaje, demonio carnal y violento, que se olvida de la persona que tiene al frente, pensaba que era un maldito egoísta, nunca se esforzaba en hacer que su pareja temporal sintiera placer, no le importaba, y a ellos tampoco, aunque nunca repetía acompañante, los veía realmente complacidos por la presencia de este ¡que idiotas! Siempre intervenía, trayendo un poco de conciencia al hombre, la miraba con deseos de matarla, pero terminaba cediendo. Esta vez no fue necesario, lo besaba con ansiedad, pero aún estaba en sus cabales, estaba usando el lubricante que ella le había entregado y sus dedos entraban lentamente.

DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora