Parte 17

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Entro corriendo con la respiración entrecortada y el corazón a mil por hora, las miradas de los cinco hombres la incomodaron ¿cinco hombres? Dio uno pasos hacia atrás mientras buscaba en la bolsa negra de basura el taser eléctrico que compro minutos antes, lo encontró sin dificultad y lo apuntó al hombre de cabello negro y largo.

-tranquila, él no es como ellos- le dijo Kakashi con voz serena

- ¿están bien? - dijo Rin mirando a Kakashi y a Yamato, su respiración aún era errática, pero verlos tan calmados le dio paz, esperaban sin duda encontrarse con una escena más demencial, más sangrienta...más dolorosa. Así que, bajo la mano y guardo el taser en el bolsillo de su abrigo vinotinto.

Ambos asintieron, el hombre que aún no conocía, no dejaba de mirar su rostro, nadie en su sano juicio dejaría de hacerlo, estaba sudada con los ojos rojos y sangre seca a medio remover por todo su rostro. Tan hecha mierda.

-llegaste a tiempo, aún tenías 5 minutos más- extendió su mano para saludarla – soy Itachi y ¿tu? -

-no necesitas saber sus nombres- lo interrumpió Kakashi, que los otros dos idiotas los escucharan seria problemático para el futuro –hagamos esto rápido ¿lo tienes? - dijo mirando a la mujer

-si- dejo caer la bolsa de basura al piso y de allí saco una maleta que se puso en la espalda – aquí esta, lo correspondiente al 5% de la deuda- la llevó al centro de la habitación, el lugar donde había visto en incontables ocasiones las escenas más eróticas y sensuales, ahora estaba lleno de sangre, miedo y zozobra.

Yamato casi se va hacia atrás cuando vio el montón de billetes en la bolsa – ¿eso es el 5% del total? – miró a Kakashi buscando una respuesta, solo recibió una mirada altiva que gritaba –púdrete y no me jodas- el castaño giró su cabeza evitando el contacto con él –ya está de vuelta el idiota que conocí- pensó aliviado. Aún mantenía el arma apuntando al gordo, quería salir de ahí lo más pronto posible, ellos dos necesitaban ver con urgencia a un doctor –¿porque putas no se apresuran? – dijo casi sin pensarlo, todos lo miraron, pero fue efectivo e Itachi alzó con un brazo la bolsa, la movió de arriba a bajo en varias ocasiones, y dijo -está bien-

-no, cuéntala- dijo Rin acercándose a Kakashi para limpiar su rostro con una servilleta, ignorando por completo al hombre que aún le apuntaba –aguanta un poco más- la sangre estaba seca y comenzaba a desprender un olor desagradable

-confió en ustedes- deben ir a un hospital rápido dijo el pelinegro

-yo me quedare y vayan ustedes- dijo Yamato –solo atemos a ese idiota para que no tengamos líos –apresúrense-

-no, saldremos los tres- dijo el peliplateado, acomodándose mejor en el suelo –estoy bien-

Los dos castaños se miraron con duda, pero asintieron, que cualquiera se quedará sería peligroso

Itachi comenzó a contar el dinero y Yamato le pidió a Rin que sostuviera el arma contra el gordo, así lo hizo, fue a la cocina por un vaso de agua y se acercó a Kakashi, se arrodillo frente a él y le dijo casi en susurro –tómalas, te sentirás mejor- el peliplateado no dudo mucho y recibió las pastillas que le ofrecía, vio que después de que él lo hiciera Yamato saco otras y las tomó también. El sabor amargo y el agua bajando por su garganta le recordaron la dualidad de la vida... dolor y placer, caos y calma, odio y amor, traición y confianza, soledad y amistad ¿amistad?

Pasaron tan solo unos minutos cuando su cuerpo comenzó a sentirse más ligero, no dolía tanto, pensó que incluso podría ponerse de pie por su cuenta - ¿Qué pastillas eran? –

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Rin tenia pensamiento desbocados. Tenía el dedo en el gatillo y se veía simple, solo debía quitar el seguro y los sesos del hijo de puta pintarían hermosamente las paredes blancas... arte. Lo estaba pensando seriamente, tanto que ni siquiera estaba sintiendo como inconscientemente presionaba el arma cada vez más fuerte contra el cráneo de esa basura.

Al otro lado de la habitación todo estaban ocupados verificando el dinero, les dio un vistazo y acerco su rostro al oído de obeso, cuando este sintió la respiración aún desordenada de la mujer y el aumento de la presión del arma, comenzó a temblar, sabía que ella definitivamente tenía un motivo para matarlo.

-no lo hagas, después de que paguen no nos volveremos a ver-el hombre hablo tan pasito que fue difícil oírlo

- ¿tienes mamá o hijas? - le susurro Rin al hombre, este agacho su cabeza, casi buscando un escondite como un cobarde avestruz –respóndeme-

-tengo una hija y mi mamá aún vive- hablo casi con tartamudeo

- ¿has tocado a tu hija como lo hiciste conmigo? - la presión del arma en esta ocasión hizo que su cabeza tocara la pared, sus cachetes se estrellaron con lentitud –dime la verdad- los susurros de la mujer eran serenos pero tortuosos.

-no, nunca- su respuesta no tuvo duda ni vacilación parecía honesta

- ¿y a otras mujeres? Se honesto- mientras alejaba el arma de su cráneo y lo acercaba a su verga por encima del pantalón

Se encogió mas, quería cavar un agujero que llegara a la China y meter su estúpida cabeza, para nunca más salir. No respondió nada, su omisión fue una respuesta bastante concisa

-meate encima- Rin presionó el arma contra el miembro del hombre -ahora-

-maldita puta- susurro el gordo

Rin alejó el arma y quito el seguro, este movimiento si logró ser escuchado por los otros hombres

- ¡ahora! o ¿estas sordo? Hijo de puta- subió el tomo de voz para decir esto y llevó el arma nuevamente la verga del hombre

Todos en la habitación se quedaron en silencio, nadie movió un dedo, nadie pestañeo, la carcajada de Rin rompió el silencio sepulcral, puso el seguro nuevamente y le entrego el arma a Yamato, él la recibió y se acercó al hombre para colocarla nuevamente en su cráneo, al hacerlo piso algo húmedo en el suelo.

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-el dinero está completo, después pasa a la oficina para los acuerdos de pago y el contrato- dijo Itachi alzando la bolsa a su espalda -no sabía que tenías tan buenos amigos-

-yo tampoco lo sabía- dijo Kakashi mirando a los dos castaños que lo ayudaban a levantarse del suelo

DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora