Parte 12

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Habían llegado a la dirección que Yamato coloco en el GPS, Rin estaciono el auto y se quedó en silencio, el trayecto fue más corto de lo que ambos esperaban, la mirada de la mujer estaba puesta en el parque en frente del parabrisas y la de Yamato en las piernas de ella, al estar sentada la falda se subía ligeramente, la vista era enloquecedora, sutil y sensual.

Rin giró y lo notó la cara sonrojada del castaño, a pesar del movimiento rápido del hombre se percató de lo que veía, si tan solo las circunstancias fueran diferentes, ella seguramente se hubiera arriesgado, si tan solo no estuviese atada, si el amor que profesó no siguiera con ella anclado como una garrapata, estaría encima del chico probando sus labios, extrañaba tanto el tacto de otro en su piel, - pero el hubiera no existe- se recordó

Ella se perdió en sus pensamientos, en sus dudas y en el pasado, pero la voz del hombre la trajo al presente

- ¿quieres seguir? Vivo en esa torre- decía Yamato señalando lo edificios acompañado de un tono lleno de nervios

Rin se quitó el cinturón de seguridad y giro su cuerpo para quedar de frente a él - ¿estas proponiéndome sexo? Lo decía con un tono sereno

-no, no, no- negaba con la cabeza rápidamente y algo alterado –se ve que tampoco tuviste un día fácil- se quitó el cinturón de seguridad y tomo la misma posición que tenía ella, terminaron por quedar frente a frente –no quería hacerte sentir incomoda-

- ¿cocinas bien? - decía sacando las llaves del carro, Rin se moría del hambre, las galletas que le había dado a Yamato iban a ser su almuerzo, además de que se sentía extrañamente cómoda con el castaño

El asintió y le dijo -bastante-

Caminaron en un cómodo silencio hasta el apartamento de Yamato, cuando entraron Rin notó que era bastante amplio, le recordó al departamento en el que vivía hace varios años - ¿vives con alguien? –

El negó con la cabeza y se dirigió a la cocina –siéntate donde desees-

- ¿te ayudo con algo? - le dijo sentándose en la sala que se encontraba frente a la cocina

El negó con la cabeza y le dijo - ¿deseas algo en especial? –giro su cuerpo para ver la respuesta de la mujer, la encontró mirando a lo lejos esa fotografía, él también la miraba con mucha frecuencia

Ella lo miró y negó con la mano - ¿Por qué Yamato había ido con Kakashi si estaba tan enamorado? – pensó, se paró de su lugar y se dirigió al lugar de donde estaba la foto –se ven muy felices- sonrió pensando que en esa foto se veía puro amor, ambos sonreían de manera natural y emocionada, no pudo evitar sentir nostalgia, ella guardaba como tesoros fotografías de ese tipo.

-sí, lo éramos- dijo dándole la espalda y tomando algunos sartenes

Rin noto el dolor en esa respuesta, no sabía que decir, había sido muy imprudente

-lo siento, no debí preguntar-

-tranquila, creo que al final fue lo mejor- le respondió mientras sacaba verduras de la nevera –ya sabes, el alejarnos-

-no suenas muy convencido de eso-

-me lo repito con frecuencia, quizás algún día lo crea de verdad- le dijo sonriendo, se sentía muy cómodo con Rin ahí, hablando de cosas con las que no hablaba con nadie

-deberías empezar por no tener la foto ahí- le dijo tomando el portarretratos en sus manos, ella era de esas personas que predicaba, pero nunca aplicaba, el pasado vivía con ella a diario, su chaqueta vinotinto era una prueba de ello. Se acercó a él y se la entregó en la mano que no tenía el cuchillo, él la recibió, la miro por última vez en la noche y la guardo en un cajón de la cocina.

No tocaron el tema más, tampoco hablaron. Eran calma, tranquilidad y paz para el otro, ahora Rin entendía por que se sentía identificada y en confianza con él, eran casi un reflejo del otro.

Mientras comían Yamato reviso su celular y recordó los mensajes con Kakashi

- ¿me acompañarías mañana a recoger mis cosas al lugar de tu amigo? – decía Yamato mirándose los pies, llevaba puestos unas sandalias plásticas que alguna enfermera le dio, cuando vio que saldría descalzó.

Rin dudó, no quería volver a ver a Kakashi, pero tenía una deuda con Yamato, era obvio que él debía sentirse más incómodo con la presencia del peliplateado –claro, ¿te recojo aquí? – el asintió

-gracias- le dijo el castaño

-no, es lo mínimo que puedo hacer después de todo-

-no, gracias por mostrarme tu brazo, hoy no me sentí tan solo- le sonrió

Rin no pudo responder, después del día tan inesperado, hablar con él también la hizo sentirse mejor, por lo menos cuando su presencia la acompañaba.

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El dolor en sus costillas era impresionante, nunca se imaginó que la persona a la que tenía que amenazar para recoger el dinero estuviera con otros 4 hombres, el arma sin duda le hubiera dado una gran ventaja, solamente con sus puños y una varilla que encontró no pudo hacerles frente. Lo dejaron inconsciente en medio del callejón, cuando empezó a volver en sí, pensó en el mierdero en el que se había metido, no podría ir al lugar de su jefe con las manos vacías, ahora prefería que lo hubieran matada hubiese sido más sencillo.

Camino hecho mierda hasta una avenida, logro tomar un taxi con mucha dificultad. Debía recuperar ese dinero o su jefe se lo cobraría a él con sangre, pero esa noche no sería debía recuperarse antes.

DISTURBIA (Kakarin) (Kakayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora