Capitulo 2

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Gracia a Dios la clase aún no ha comenzado, aunque ya estoy en las ultimas no debería de importarme, pues solo faltan dos semanas, y esta es la última de la evaluación y la otra sería de recoger calificaciones, como sé que en todas tengo 10 por ser la mejor alumna de todo el colegio no me preocupo por asistir, estoy tan sumida en mis pensamientos que me pongo a recordar la mirada de mi padre, mi marca de media luna en mi hombro y en lo extraño que se ha estado comportado mi cuerpo; creo que mejo no debería pensar en eso si no más bien, mejor debería pensar en que en 3 semanas es mi cumpleaños numero 18.
- Seguro que es aquí donde te dijo tu estúpida amiga.- escucho decir a un hombre, aunque la habitación está en silencio, ya que el maestro comenzó a dar los exámenes a evaluar, volteo hacia la ventana y ubico a 3 hombres y todos vestidos de negro, a decir verdad los 3 son bastante atractivos.
- Como sabemos a quien estamos buscando, si no sabemos quien es, si es hombre o mujer.- dejo de escuchar cuando el timbre suena lastimando mi oído, entrego mi examen y salgo,.
Afuera me espera jayden, mi novio, quien es el más guapo y deseado de todo el colegio, que también es un ingenuo porque lo he engañado como con tres chicos, me besa y nos dirigimos a la cafetería en donde está nuestra mesa reservada de siempre por ser los más populares.
Mis 4 amigas se acercan entre ellas, mi mejor amiga Andy, aun me quedaba pensando en lo que escuché, pues era imposible, estaban fuera del salón y sobre todo estaban del otro lado de la calle.
- Que te ocurre pequeña gatita.- me susurra Jay cerca del cuello, nunca antes me había sucedido, pero esta vez me dio asco la cercanía de Jayden, y me quemaba su aliento que tenía un olor extraño, como si hubiera fumado marihuana.
Me levanto sin decir nada y me alejo de la mesa, últimamente he hecho eso, pero es que no soporto la cercanía de Jayden ni de ningún otro, con eso decir que me he tenido en abstinencia en una semana.
El pasillo es solitario, pues desde el suicidio de Ana nadie a querido andar por aquí, entonces cuando veo a verónica doblar por el pasillo en dirección hacia mi, me doy la vuelta y mejor regreso por donde vine.
Escucho pasos apresurados y me toma por el cabello.
-a dónde vas con tanto afán estúpida niña- verónica siempre ha sentido odio hacia mí, si yo soy odiosa ella lo es aún más, somos enemigas por naturaleza. Le doy un codazo en el estomago sacándole el aire y la aviento por el aire, me sorprendo porque realmente tengo demasiada fuerza, ella se estampa en la pared y no sé que es lo que cruje más fuerte, si su cabeza o la pared; volteo por la ventana y veo que los tres hombres me estaban observando en forma de aprobación y asombro, había algo en su mirada que no podía descifrar pero que hacia que el bello de mi nuca se erizara, cuando reacciono, observo que Verónica está tirada en el suelo desangrándose, podré odiarla pero no quiero ir a la cárcel.
Cuando me acerco soy incapaz de moverme y hacer lo que quería, pues al ver la sangre su aroma inunda mis fosas nasales abriéndome el apetito, mis manos están manchadas de sangre, me llevo los dedos a los labios y paso la lengua en ellos, es como si fuera el elixir de la vida, cierro los ojos dejando que el olor y el sabor me embriaguen por completo; cuando vuelvo a la realidad recordar lo que había hecho hace unos segundo me dio nauseas, arrastro como puedo a verónica en dirección a la enfermería, no entiendo, si fui tan fuerte para aventarla ¿Por qué no estoy siendo tan fuerte para levantarla? Es un tanto irónico.
La directora está tan impresionada con mi supuesta fuerza, por lo que quiere revisar las cámaras de seguridad y corroborar lo que estoy diciendo, aunque me avergonzaré en cuanto se dé cuenta lo mucho que disfruté la sangre de verónica, estamos viendo como ella me toma del cabello y yo la aviento, y justo después de ver como se estampa en la pared, la pantalla queda en negro, creo que tanto que no quería que lo viera y la suerte está a mi favor.
Me dice que me vaya a casa, que descanse y que no preocupe por regresar por mis calificaciones, que ellos se los envían a mi tutor, pero que no se me olvide pagar la última colegiatura y los tramites de graduación.
Cuando salgo al estacionamiento a esperar a mi madre, pues la han llamado, ella pita y sale corriendo de su auto y me abraza}, me toquetea el cuerpo para cerciorarse de que esté completa y bien.
-mamá estoy bien, no pasa nada- le digo separándola de mi, me da mucho abrazos y besos, y comienza a llorar.
-hey, por que lloras mama?- le digo limpiándole las mejillas con mis delgados dedos.
Ella niega y me abraza, tan fuerte que apenas siento que puedo respirar, cuando ella me suelta me siento mareada y todo se torna negro, creo que me he desmayado.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora