Capitulo 20

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-porque se trata de ti Eva. – dice y pone una mano sobre mi mejilla derecha, a su tacto me estremezco y cierro los ojos.
- como que se trata de mi? – le pregunto y entonces la intimidad que estábamos teniendo se esfuma y topo con pared.
-tengo que irme, necesitas descansar. – dice, entonces se estira y lo tengo tan cerca que siento su aliento sobre mis labios y cuando siento o pienso que va a besarme abre la puerta, entonces asiento y salgo del auto soltando lágrimas en silencio.
Veo como el auto se aleja de la mansión y entonces decido dar un paseo, necesito pensar y estando encerrada desde luego no lo voy a conseguir.
La única persona en la que estoy decidiendo confiar me deja tirada cuando más la necesito, y entonces me siento sola, uno siempre desea estar solo porque decimos sentirnos mejor, pero cuando realmente caes en la cuenta de que si estás solo y no por elección es terrible. No tengo amigos, era popular por el dinero, las cosas traídas de parís y de todas las cosas que el dinero de mis padres les ofrecía, no tengo familia, me han visto la cara de estúpida toda mi vida, no tengo nada, y el dinero que abrí en cuenta aparte desde hace dos años, que podría decir que es mío aunque al final de cuentas es de Cael e Irina, eso tampoco compra la felicidad, podría vivir una vida digna de gente de clase media para el resto de mi vida y es cuando surge mi pregunta ¿tendré resto de mi vida? ¿soy inmortal? Al parecer si soy todo lo que dijo, y eso es aún peor, pues gente muy poderosa nos está buscando para matarnos, es entonces que recuerdo que no estoy sola.
- Vallolet?- digo en voz alta llamando a alguien que no sé con certeza si existe.
- Vallolet, estás ahí? – hablo de nuevo y entonces me siento en una montañita de tierra que está cubierta de pasto.
- Siempre he estado aquí Eva. – dice y entonces salen lágrimas de felicidad y reconfortamiento mientras sonrío, su voz es tan femenina que me agrada.
- ¿Y por qué antes no habías aparecido? – digo mientras sigo llorando de felicidad de ya no sentirme tan sola.
- ¿Dime como explicas algo que no vez? – dice y entonces me confundo.
- Eva, para mi iba resultar difícil explicarte y por eso decidí estar en las sombras cuidándote. – dice y entonces comienzo a llorar de tristeza.
- ¿Qué hago vallolet? porque me siento tan destruida, traicionada, herida. – digo mientras la voz me tiembla y me falla entre veces y le digo que ya no puedo más.
- Eva, he esperado por ti miles de años, te he elegido porque tu espíritu y tu poder son los más fuertes en el mundo de lo sobre natural, pero tienes sentimientos que te hacen ser humana, retoma lo que le arrebataron a tus padres, y encuentra a la familia que te queda, pues yo aun tengo conexión con nuestra sangre. – dice de la manera más amable y cariñosa posible.
- Pero si estamos solas Vallolet...- digo sin poder terminar, pues la voz se me corta y cierro los ojos metiéndome en lo más profundo de mi conciencia y entonces la veo, a la pequeña loba blanco cenizo con los ojos color esmeralda, es entonces cuando ya no me siento sola y creo en todo lo que me dijo Eros, todo es real.
Dentro de mi conciencia Vallolet se acerca y me lame la mano, sonrío y me pongo de rodillas, todo se siente tan real como si ella estuviera frente a mi.
- De que hablas Eva, nos tenemos la una a la otra, incluso tenemos el apoyo de nuestro mate aunque el aun está en de...
No le dejo terminar porque la tomo del cuello y la abrazo, entonces lloro, sube una de sus patas en mi hombro y me siento mejor, entonces entendí que encontré a mi verdadera mejor amiga.
- Sé que debe ser difícil Eva, pero considero que deberías perdonar a esa gente que te cuido todos estos años, te trataron con amor, paciencia y te dieron todo lo que se les fue posible, sé que la confianza no es la misma, es por eso que debes separar los caminos e ir en un rumbo diferente, en busca de lo que debes ser, debes ser agradecida porque te toco una buena familia, porque en otras circunstancias pudo tocarte una vida llena de dolor y sufrimiento, además de que el perdón es para ti, porque alivias tu alma y con eso tienes paz.
Abro los ojos y ya está oscuro, me levanto y me sacudo, entro a la mansión en dirección al salón y ahí están todos, reunidos, con su tazón de palomitas, entonces cierro los ojos, respiro profundo y entro en el, atraigo la atención de todos.
- Podemos hablar. – digo en voz alto, Bestia y Trixie si levantan en dirección a la salida pero ni siquiera me miran, me duele, pero es que a ellos les dolió más que los tratara mal, y entonces me sentí peor, porque cuando yo no despertaba ellos estuvieron llorando y estuvieron en vela por mi.
Respiro profundamente y respiro para poder tener el control de mis lagrimas, aunque eso no basta, pues la voz me falla.
- Bestia, Trixie, pueden quedarse por favor. – ellos se detienen, pero no se voltean.
- Por favor... - digo y entonces mi voz no da para más, las lágrimas me traicionan y sales empapándome las mejillas. Ellos se dan la vuelto y me observan.
- Yo... yo sé que ustedes no se merecían que los tratara así.. pero, me sentí traicionada, herida, y no pensaba en el daño que les hacía a ustedes, es por eso que les digo que me perdonen...- digo con la voz entre cortada y cargada de desesperación.
Estando para frente a ellos y pidiendo disculpas, me sentía como una niña, indefensa, como cuando te pierdes en el centro comercial y comienzas a buscar a tu mamá y no la encuentras, lloras por todos lados y te alejas de todas las personas porque tienes miedo, hasta que encuentras a alguien vestido de policía y le pides ayuda, pero no dejas de llorar hasta que ves que tu mamá se acerca y lloras más. Al recordar que muchas veces me ocurrió eso en el centro comercial, y que yo no era la única desesperada por encontrar a mi madre, sino que también ella, lloraba y temblaba por encontrarme, ese recuerdo me hizo llorar más y doblarme de dolor.
Quizá los traté muy duro, y ellos solo me dieron el amor y el cariño que necesitaba para crecer, ellos se preocuparon por mi cuando estaba perdida, cuando estaba enferma y nunca hicieron distinción alguna entre mis hermanos y yo, estaba tan sumida en mis recuerdos que no me había percatado de que estaban hablándome.
- Eva, no sé qué te pasó, pero yo siempre te voy a querer, y siempre te voy a perdonar, aunque me dolió muchísimo la manera en que me trataste, de la forma más indiferente que jamás creí que llegara a pasar por lo unidos que éramos. – dice Ashton y entonces me abraza, y mi culpa aumenta más, ellos no saben lo que ocurre, seguro que les voy a romper el corazón si se los cuento, y lo menos que quiero es que ellos pierdan la imagen y la esencia de quien soy, no quiero que ellos me vean como una desconocida.
- Bestia, para eso es la familia, para amarse y perdonarse siempre, ese es el lazo de amor que nos va a unir para siempre. – termina de decir y entonces una lagrima rebelde sale de su ojo derecho, se la limpio para después volver a abrazarlo, fue un error tratarlos así, miro a Trixie por detrás de Ash y ella también se acerca para abrazarnos, creo que lo conveniente será solo hablar con Cael e Irina solos, Ashton y Trixie no tienen nada que ver en esto, pero si les debía una disculpa.
- Ahora si, pueden darnos un momento a solas por favor. – les digo y una lagrima salen de mi ojo izquierdo, me relamo los labios y me sorbo los mocos, entonces les doy una sonrisa y ellos asienten, me dan un abrazo y salen, espero hasta que ya no oigo sus corazones latiendo cerca y volteo a ver a mis padres.
Ellos me miran con preocupación y lágrimas en los ojos, no entiendo, les di una oportunidad de que me explicaran las cosas y no lo hicieron, ahora se las volveré a dar, pero esta vez con una decisión final.
-Cael, Irinia, mamá y papá... no entiendo...cual fue su razón... para... para que me lo hayan ocultado, hubiera entendido si me lo hubieran contado a los 15... pero ocultarlo a esta edad... no lo entiendo, por qué no lo dijeron? – pregunto entonces, no tengo miedo de la respuesta, pues entonces no creo que haya algo más horrible de lo que ya pasó.
Los miro esperando una respuesta, pero pasan unos minutos que parecen eternos, entonces asiento y me doy la vuelta para salir, entonces recuerdo cuales eran los principales motivos por los que entré aquí.
- Escuchen, sea... los motivos por lo que sean... los cuales los hayan llevado a ocultarme una verdad que ahora me quema... yo los... yo los perdono. – digo, pero a lo último sale en un susurro que estoy segura que no oyeron, pues se me quiebra la voz y es inestable mi respiración.
- Yo los perdono. – lo vuelvo a repetir en voz alta pero esta vez más reconfortada, les sonrío y entonces continuo.
- Pero... tengo que irme de casa. – digo llorando aún más fuerte, la noticia les cae de sorpresa porque es entonces cuando Irina se desata a llorar temblando sobre el hombro de Cael.
- Lo siento, pero tengo que irme.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora