Capitulo 12

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Capitulo 12
-Eva...- dice mi nombre apenas con un susurro
-Eros...- digo su nombre en un tono de desaprobación por lo que le harán a la pobre chica.
Salgo del rio sin pudor alguno, pues ya me vio completamente desnuda y pues qué más da, más ridícula me voy a ver tapándome con nada, algo cambia en su mirada que la ensombrece y le da brillo, se acerca y le pongo una mano enfrente haciéndole la seña de que pare.
-no... - le digo moviendo la cabeza en seña negativa, quien es realmente? Porque lo conozco de un mes y no sé más nada que su nombre, el cual unos matones al parecer lo mencionaron como el rey, el se detiene, bastante obediente a mi parecer.
-que sucede? - me pregunta bastante confundido, en cierta parte tiene derecho a estar confundido la otra me saca de quicio pensar algo que no sé, pero es mejor preguntar.
-te suena Óscar? - le digo dando directamente al grano, si hay algo que tengo es que soy bastante directa.
- de que lo conoces? Por qué me lo dices?- me hace preguntas tras preguntas pero no responde ninguna, entonces como no contesta sigo de larga, estando desnuda estoy caminando como modelo y se siente bien, aunque solo haya un espectador, digo no es que quiera que hubiesen mas, escucho que respira en resignación y gruñe.
- óscar es mi hermano menor, ¿de dónde lo conoces?- que vea que no es tan difícil responder unas cuantas preguntas, chasqueo la lengua y doy media vuelta, para mi sorpresa solo me miraba la cara, es que acaso no le parezco atractiva? Digo no es que quiera parecerle deseable o que me estuviese mirando el cuerpo, pero mínimo que haya algo de des... ya mejor me concentro en lo importante.
Le conté todo lo que me había pasado y todo lo que había escuchado y el solo me mirada y prestaba atención, cuando terminé de contarle el solo asentía y miraba un punto fijo en el suelo, enserio no le parezco para nada deseable, si ni es que me mira. Doy media vuelta cansada de su silencia, si antes me sentía cómoda ante su mirada estando desnuda ahora ya no, tengo frio, mi cuerpo se ha secado ya y me siento incomoda.
- A dónde vas?- me pregunta pero apenas se acaba de dar cuenta de que estoy titiritando de frio, pues hoy la mañana es muy fresca.
- A casa, la verdad es que tengo frio y me siento incomoda- le digo dándole la espalda, y escucho su nada extraña risa egocéntrica y entonces pero su critica.
- Hace unos minutos no parecías estar incomoda pequeña cachorra- dice entre risas pero yo sigo caminando, no podía creer que había besado a este tipo enserio.
- Espera.. espera.. tu marca, ahora es dorada, sabes he investigado de ella y...- lo interrumpo sin darme la vuelta.
- ya basta Eros, no quiero seguir jugando al gato y al ratón contigo,  ya me he cansado de eso, déjame en paz, no quiero saber más de ti, entiendes- digo y retomo mi camino hacia la mansión, he de decir que me dolió más de lo que esperaba lo que le dije, una parte de mi quería regresar y mimarlo, cuidarlo y protegerlo de lo que sea, casi como la misma situación que con John, pero esta es más fuerte.
Estoy a nada de llegar a la mansión, y la verdad es que me siento triste, deprimida, mi pecho arde y mi respiración me quema, es como si me hiciera falta algo o alguien y no quiero pensar que ese alguien es quien acabo de decirle que no quiero saber más nada de él. Estaba pensando en entrar por la entrada principal, pero teniendo en cuenta que aun pueda haber gente, aunque pasa más del medio día, estoy segura que ya no habrá nadie, pero prefiero ser precavido y mejor entrar por donde salté, siendo una persona normal, este cuadro, de alguien entrando por la ventana y desnuda se ve aterrador, pero creo que nadie me está viendo y es mi casa.
Cuando entro, veo que alguien está sentado en mi cama con vista a la puerta, mi primer instinto es cubrirme con las cortinas y entonces que voltea y es John, que hace el aquí?
-hasta que por fin llegas, ¿dónde estabas? ¿Estás bien?- me dice hasta que se percata de que estoy desnuda e intenta verme a los ojos, es que acaso tampoco le parezco atractiva? Que rayos¡
- me pasas mi bata de baño que está ahí en el perchero- le digo y le doy una sonrisa nerviosa, me la pasa y me cubro totalmente hasta amarrarme a la cintura los lazos de la bata.
- que es ese olor? - se acerca a mí y entonces un olor nauseabundo llega a mis fosas nasales, pero en tanto me acostumbro desaparece y el olor de su sangre me seduce.
- Eva en donde estuviste, hueles a perro mojado.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora