Capitulo 7

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Mi espalda choca contra la pared y el me acorrala, sonríe y me huele ¿me está oliendo? Que enfermo, la puerta se abre y veo a una energética Trixie queriendo ver películas conmigo, volteo hacia delante y no hay nada, seguro lo imaginé, podrían ser traumas severos por los episodios fuertes en mi vida.
Se suponía que iba a ver películas con Trixie pero ella se quedó dormida en cuanto la abracé; seguro ya es más de media noche y no puedo dormir, puedo escuchar la tranquilidad del bosque, los grillos cantar y uno que otro búho graznar.
Salgo de la cama y me pongo ropa deportiva, no sé que estoy haciendo pero algo dentro de mi quiere hacerlo, salir a correr y sentir el viento en mi cabello, espero no perderme otra vez, aunque me aseguro de llevar una tarjeta conmigo.
Me detengo bastante sedienta, pues he corrido por más de una hora o eso creo, según mi reloj digital. Veo que me acerco al rio en el cual salté hace algunas horas, será que me haga daño si me meto a bañar a esta hora? De igual forma lo haré, siento mi cuerpo arder demasiado.
Estoy nadando más o menos una hora hasta que oigo el crujir de una rama, puede que sea algún animal, aunque lo que más miedo me da son los humanos antes que los animales.
Salgo del rio en ropa interior pero observo a todos lados para cerciorarme de que nadie esté de mirón. A lo lejos diviso a el ojiazul observándome cada movimiento, estoy segura de que no se ha dado cuenta de que ya lo vi así que decido hablar.
-aparte de egocéntrico acosador.- lo saco de los pensamientos y me mira con asombro.
-que eres?- me dice saltando del árbol tan alto que creí que iba a matarse, pero este tipo tiene instintos suicidas o que?
-como que que soy? Pues una marcianita que viene de marte- le digo burlona a su estupida pregunta.
Doy media vuelta para buscar mi otro tenis cuando se acerca demasiado rápido a mi y me toma del brazo impidiendo que me mueva, carajo vamos de nuevo con lo de agarrar el brazo, que manía la suya.
-que tienes ahí? Que es eso?- me pregunta pasando los dedos por mi marca de nacimiento provocando que algo recorra mi cuerpo y que mis bellos se ericen.
-no me toques- lo empujo de nuevo pero esta vez no surge el mismo efecto que hace unas horas
-quien eres? – me pregutna de nuevo, pero esta vez le contesto para ver si esta vez me dice su nombre.
- Eva, mi nombre es Eva- le digo esperando una respuesta pero solo se queda mudo analizando que en verdad no sea una marciana.
-Eva que?- me dice en un tono más mandón, este que se cree, le digo mi nombre y el no me dice nada, así ya no juego.
-esperas que te diga mi nombre y tu no tienes la decencia de decirme el tuyo, si claro.- sigo avanzando caminando en dirección a mi casa, esta vez hay algo que si hice, presté atención a la vuelta.
-Johncy, Eros Johncy. – me dice y entonces me detengo, sonrio ampliamente al notar que cayó en mi juego, me doy media vuelta.
-Eva Zurita, mucho gusto. – le tiendo la mano, el parece pensarlo y entonces le levanto una ceja y el estira su mano para estrechar la mía, entonces lo que pasó la tarde anterior volvió a ocurrir, desde la punta de mis dedos hasta mi espina dorsal sintió un cosquilleo que me hizo estremecerme, me siento como niña chiquita en el pasto y lo observo desde abajo, me mira y le sonrio.
-que haces? - me dice un poco sorprendido por mi reacción y creo que entendio con mi mirada.
-piensas que después de estar contigo una hora, me salvas la vida, estuve en tu casa y nos presentamos voy a sentarme a compartir mi vida contigo.- dice pero al darse cuenta de su error se da la vuelta.
-entonces si era real..- digo susurrando mientras me pongo de pie, me sentí pequeña e invadida, cuando el se da la vuelta, entonces lo vi, era el, esa parte de mi sueño era el, en la oscuridad podía ver perfectamente pero la luz de la luna le daba un brillo raro.
-eres tu...- le digo susurrando mientras doy pasos hacia atrás, mis ojos se llenan de lagrimas y mi labio inferior comienza a temblar.
-no puede ser, eras tu..- digo muy muy bajito, apenas audible y entonces pierdo conciencia de nuevo.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora