Capitulo 10

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Hoy es el día, hoy es mi cumpleaños, y en 5 horas comenzará la fiesta que he organizado, mis padres decidieron llevarse a Trixie y Ash de dia de campo para dejarme la casa sola.
Hay meseros por todos lados, el dj está instalándose y los chefs están preparando bocadillos, salgo a la alberca y veo que está la barra de bebidas con un barman, juguetes inflables pistolas y bombas de espuma, siempre dije que mis 18 sería algo en grande, tipo proyecto x.
Subo a mi habitación y observo cual de todos los vestidos que me mandó mi tia de Francia será el elegido, ya que lo elegí me meto al cuarto de baño, y me meto en la tina, las burbujas masajean mi piel y me relaja, ya después de un buen tipo me enrrollo en la toalla y amarro una a mi cabello, salgo a mi habitación y estoy dispuesta a ponerme las bragas pero escucho un golpe tras de mi.
-feliz cumpleaños cachorra- entro en pánico al oír la voz de Eros a mis espaldas, doy un brinco y me aferro a la toalla como si mi vida dependiera de ello.
-carajos Johncy que haces aquí, que no te dejé claro que no quería verte y menos hoy- le digo bastante rápido que mis palabras se tropiezan y estoy casi segura de que no se entendió. El se ríe haciendo viéndose bastante atractivo.
-tranquila nena, sé que soy bastante atractivo pero solo quería pasar unas horas contigo antes de la fiesta, prometo no arruilarlo.- me dice y en su mirada se nota que se está esforzando.
-no habrá otra manera de deshacerme de ti cierto.- le digo y el niega sonriente.
-está bien.- lo digo, pero al ver que sigue parado frente a mi le digo
-al menos dame privacidad.- le digo y seguidamente le muestro con ambos brazos el camino a la puerta, el abre los ojos y su mirada cambia, no me percataba de nada hasta que me sentí incomoda y entonces me doy cuenta que al levantar los brazos la toalla se me ha caído, rápidamente de agacho y la recojo, estoy segura que estoy mas roja que un tomate.
El se acerca, me toma de los cachetes, pega su frente a la mia, miro sus labios y me muerdo los mios, y entonces me besa, agarro con una mano la toalla y con la otra le pongo la otra en la mejilla, y nos besamos con ternura, con delicadeza y hasta diría que con amor. Nos separamos por falta de aire, nuestras frentes siguen pegadas y nuestras respiraciones se mezclan.
-sal por favor- le digo susurrando en sus labios, me da un pequeño beso casto en los labios y sale.
Me quedo ahí parada, una parte de mí no quería que él se fuera, que no me abandonara, pero tenía el tiempo encima y necesitaba terminar de organizar todo.
Cuando termino de maquillarme, de peinarme y vestirme salgo, creí que Eros estaría esperándome fuera de la habitación, pero claro que no, estaba husmeando por toda la casa, cuando bajo al salón veo que tenía el álbum de fotos que decía Eva.
-hey, que tienes ahí- le digo e intento arrebatárselo- y veo que era mis fotos de recién nacida, me cargaba alguien que no conocía, luego de cuando tenía unos meses de nacida, una señora me tenía en brazos con unos alrededores de 12 niños más grandes, nunca me había detenido a ver estas fotos y me sorprende que sea yo, ¿Quién es ella? ¿Quiénes son ellos? Eros parecía conocer a la mujer que me tenía en brazos recién nacida.
-la conoces?- le pregunto, pero sé que es una tontería.
-pero que digo, si solo eres unos años mayor que yo- le digo enseguida antes de que pensara de que soy una boba.
-tan solo cuatro pequeña cachorra.- dice y mete la foto de nuevo al álbum. Después le preguntaré a mis padres, pues eso si me ha dejado bastante intrigado.
Para mi sorpresa Eros me hace de desayunar, corremos por toda la casa para ver que todo esté bien, recibe una llamada y su semblante cambia, me dice que tiene que irse.
Falta una hora para que empiece, aunque algunos ya están llegando, ciertamente a algunos no los conozco pero no me importa, entre más gente mejor es el ambiente.
Siento algo diferente, aromas diferentes el lugar se vuelve denso, estoy casi segura que no utilice alguna droga, la casa ya estaba atestada de gente, y volteó a la entrada, veo a John, Dave, Scott y Will, parecen percatarse de mi mirada porque sonríen y se acercan, cuando están demasiado cerca sus miradas se vuelven cargadas de algo que no entiendo, como si me odiaran, y también hay confusión en ellas.
-estuviste con Eros esta tarde- me grita Dave por encima de la música.
-Por qué?- me pregunto de igual manera sintiéndome a la defensiva, no entiendo porque me estoy comportando así, ellos son mis amigos.
-hueles diferente, estás diferente- me dicen pero no entiendo que ocurre, miro a john, su mirada es de cariño pero igual siento que está tenso.
-si estuve con el, pero tranquilos, el no vendrá, vamos a beber algo.- les digo para calmarlos, y les brillan los ojos cuando les digo que bebamos algo.
Miro la hora y falta media hora para que la fiesta esté en su punto, yo bailaba con john, bebíamos, y cada vez nos acercábamos más, jugábamos a alejarnos y a acercarnos al punto de que nuestras respiraciones se mezclaban, no entendía que pasaba pero me gustaba estar así con el, juguetear, y al paso que bebíamos más libres nos sentíamos, en un movimiento me estiro hacia atrás y el me muerde el cuello con ligera suavidad, lo agarro de los cabellos dorados y lo beso, de una manera apasionada, desesperada y agresiva, lo besaba en el cuello, y entonces lo sentía, lo mordí ligeramente creo yo, entonces la sensación del elixir al probar la sangre de verónica volvía, pero esta, era diez veces mejor, como si me hiera flotar, como si mi vida dependiera del sabor, y quisiera protegerlo con mi vida. Me detuve cuando la gente comenzó a contar en reversa de diez, supongo es media noche, aunque la gente no tenga ni la menor idea de que es lo que se está celebrando. Cuando iban por el 5 mi piel comienza a arder y comienza a faltarme el aire, escucho como los huesos de mi cuello comienzan a quebrarse al igual que cada uno, quería gritar, pero siendo Eva Zurita no quería que me tacharan de fenómeno.
No entendía que estaba pasándome, así que salgo corriendo hacia mi habitación, me encierro con seguro, estaba quemándome, estaba rompiéndome y el dolor era inhumano, me estaba ahogando y solo quería una cosa, salir huyendo al bosque, y así lo hice, creí que me lastimaría más de lo que mis huesos se rompen ya, salgo corriendo en no sé qué dirección pero me sentía libre, me sentía bien mientras escuchaba cada uno de mis huesos romperse y entonces cuando siento que ya no puedo más me desmayo.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora