Capitulo 22

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Cuando abro los ojos toco la cama buscando a John, pero entonces el resto de la cama está vacía, me levanto lentamente, veo que hay sangre en las cobijas, me levanto en dirección al baño envuelta en las cobijas, veo mi cuello y no hay nada, entonces recuerdo de que podría ser que es por lo que soy que me curo rápido o bien pudo ser un sueño de tanta excitación.

Han pasado por lo menos tres días desde la noche que pasé con John, y hoy es la cita con el dueño de mi nueva casa, estoy terminando de vestirme cuando tocan la puerta de la habitación, grito desde el cuarto de baño que pueden pasar y entra Trixie.
- Oye Eva, podee... - me mira y entonces se detiene a mirarme.
- ¿A dónde vas? – pregunta
- Voy a ver mi nueva casa. – le digo sonriente, a pesar de que ya hablé con ella de que no podía venir conmigo, de que las cosas así tienen que ser y que algún día ella lo hará también.
- ¿Puedo ir contigo? Puedo puedo puedo. – dice energéticamente brincando y sonriendo, entonces niego sonriendo.
- Está bien, anda a vestirte. – lo digo porque observo que sigue vestida con el pijama de unicornio.

Cuando llegamos a la propiedad Trixie está impaciente por salir del auto, dice que es hermoso, que da paz y que es muy espacioso, que aquí podría jugar a las escondites con sus amigos, en cuanto detengo el auto, observo que ya hay uno estacionado, salimos del auto y le digo que se comporte, entramos a la cabaña y es igual de hermosa que en la foto.
- Debo imaginar que usted es Eva Zurita. – dice y entonces volteo a ver al dueño mientras asiento.
- Si y ella es mi hermana Trixie Zurita. – el sonríe amablemente, es un señor alrededor de 45 años.
- Si gusta puedo mostrarle la cabaña en cada rincón de su interior y exterior. – dice y yo asiento, la verdad es que ese debió ser el proceso adecuado antes de comprarla, pero la verdad es que está en buena localidad y eso es lo que importa.
- Vamos Trixie- le digo porque andaba distraída contando no sé que cosa.
El señor Richard nos mostró cada parte de la cabaña, entonces nos dirigimos a la parte trasera en donde se encuentra a lo lejos un cobertizo que al parecer está un poco amplio. El señor Richard me pregunta que, si quiero la casa amueblada o si ellos, la cabaña es muy acogedora, pero la verdad es que haya cabeza de animales por doquier es un poco escalofriante, además de que hay un lobo y para mi persona eso ya es un poco insultante. Los muebles parecen un poco anticuados para toda la cabaña, y la verdad es que la quiero un poco más moderna, además de que ya compré por internet muebles y artefactos que me gustan un poco más.
Richard me entrega mis llaves y le doy el resto de dinero en un cheque, es el último pago y me dice que en dos días vendrá un camión de mudanza a llevarse las cosas, mientras como cortesía podría utilizar las cosas. El señor Richard se marcha y solo quedamos Trixie y yo, ella dice que va al patio a jugar y yo le digo que inspeccionaré mejor la casa, subo a la recamara principal, está bastante amplia, su cuarto de baño es muy bueno y tiene un cuarto de closet tambien. En el baño observo que la lamparilla está un poco reclinada, intento enderezarla, cuando lo hago la bañera que se suponía que estaba pegada al piso se mueve dejando espacio escaleras abajo, todo se ve muy oscuro, salgo de ahí y voy en dirección a mi auto, al parecer ahí tengo una linterna, regreso al cuarto de baño y me introduzco en las escaleras, al terminarlas, observo que hay un foco idéntico al que utilicé para abrirlo, lo muevo igual y la puerta se cierra quedando completamente oscuro. Sigo caminando, alrededor de 400 metros, observo que es como un laberinto que me lleva a un circulo con al menos 8 pasadizos más, camino al de en medio y avanzo lo que es al parecer 300 metros más, al final del túnel veo escaleras arriba que hay una puertecilla de madera, la abro y salgo, al principio me cuesta mantener los ojos abierto. Cuando por fin lo hago observo que salí en el interior de la cascada, pero al parecer hay una pequeña cueva, esto era una vía de escape de la cabaña y no sé a cuantos kilómetros estoy de ella.
Regreso por donde mismo, pues no quiero dejar a Trixie sola mucho tiempo en el bosque sola.
Cuando estoy en el primer escalon del cuarto de baño, muevo la lamparilla y esta se abre, subo rápido porque escucho que llaman a la puerta principal, pensaría que es Trixie pero la oigo jugar en el patio trasero, espero a que cierre el pasadizo y salgo en dirección a la puerta.
- Hola, en que puedo ayudarlo. – le pregunto a nuestra visita en cuanto abro la puerta.
- Pues en nada, pasaba por aquí y como nunca hay algún vehículo me dio curiosidad por quien es el inquilino. – dice este hombre misterioso, la verdad es que su voz se me hacía bastante conocida.
- Ehhh no soy ninguna inquilina, soy la nueva dueña de esta cabaña. – le digo sonriente.
- Me llamo Óscar Johncy, mucho gusto.- dice y me extiende la mano, y entonces recuerdo quien es este hombre, me dice que si lo invito a pasar, pero me niego, y entonces siento ese aroma que caracteriza a los hombres lobo, eso pone en alerta a Vallolet.
- Eva creo que debes despedirlo cuanto antes y decirle a Trixie que se meta, no es seguro para ella aquí. – dice Vallolet en mi interior.
- Heee mucho, Óscar, si me disculpas, estoy un poco ocupada por la mundanza. – le digo un poco grotesca pero su presencia me está poniendo los pelos de punta.
- Descuida, será después entonces, hasta lue... - no terminó de decir porque su vista se va detrás de mi, y está Trixie con unas flores de la mano, a Óscar le brillan los ojos, me interpongo entre el y ella y es mejor llevarme a Trixie de aquí, no quiero que le ocurra nada malo.
- Sis, hasta luego. – le digo y entonces le cierro la puerta, le hago a Trixie señal de que guarde silencio, esperamos unos minutos así de quietas y le digo que nos vamos, cierro la puerta y espero todo esté bien.

Cuando llegamos a casa subo rápido a mi habitación.
- Vallolet, hee Vallolet. – digo para hablar con ella, entonces me recuesto en la cama y cierro los ojos entrando en mi interior buscando a vallolet. La veo echada, cuando me ve levanta la cabeza.
- ¿Qué pasa? – me pregunta, me acerco demasiado a ella y me siento en mis pantorrillas.
- ¿Que ha sido lo de hace rato, por que reaccionó así Óscar con Trixie? – le pregunto impaciente de la respuesta.
- Escucha, hay algo que Eros te mencionó cuando te contaba la historia, lo cual ignoraste por completo, se trata de los Mates. – dice y entonces pongo cara de confusión, porque no recuerdo que Eros lo haya mencionado.
- Los mates son compañeros de vida, cuando lo encuentras sientes que estás con tu otra mitad, la diosa luna creó al lobo perfecto para mi y al humano perfecto para ti, en uno solo, daríamos nuestra vida por cuidarlo, así como el la daría por nosotros, sentimos unos celos irracionales, y no queremos que nadie más se acerque a lo que es nuestro, nuestra lealtad y amor es incondicional hacia él, así como el de el hacia nosotros. – dice y entonces estoy un poco confundida, y cuando entiendo casi me ahogo con mi propia saliva.
- ¿Me quieres decir que mi hermanita, que Trixie es Mate y compañera de vida de Óscar? – dice y entonces me hierbe la sangre de los celos.
- Eva tranquila, Óscar no le hará daño a Trixie, ella es su vida ahora, aunque no entiendo, ella es completamente humana, puede que sea un castigo divino de para Óscar por odiar a los humanos. – dice ella echándose
- No lo entiendo. – le digo nerviosa.
- No tienes que entenderlo Eva, si no aceptarlo, el no puede ir en contra de lo que siente. – dice y entonces recuerdo lo que dijo al inicio.
- Pero dijiste que la diosa luna crea al lobo perfecto, y si Trixie es humana, que es lo que pasa ahí.
- No lo sé Eva, es como nuestros padres, Emiliano no tenía un lobo y aun así se unieron porque se amaban al igual que la abuela Martha con el abuelo Zac y de ahí nace la pequeña Erika. – dice tratando de explicarlo.
- No quisiera encontrar a nuestro mate ahora. – le digo mientras resoplo.
- Ohh ya lo hicimos, nuestra cercanía es muy poca, pero con sentirlo cerca me deleito con su aroma. – dice mientras ronronea.
- Y quien es nuestro mate.
- Eros...

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora