Capitulo 21

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- Lo siento, pero tengo que irme. - les suelto, los observo solo un segundo y entonces doy media vuelta y salgo en dirección a mi habitación, tengo muchas maletas que hacer, solo llevaré lo necesario, pues no puedo llevarme toda la ropa, ni siquiera entrarían en cincuenta maletas la mitad de la ropa.
Entro en internet para buscar ventas de casas amplias y decentes alejadas de la ciudad, también consigo cajas para poner algunas de mis cosas personales y algunos objetos que quiero llevarme. Encuentro una cabaña perfecta en medio del bosque, con tres habitaciones, cada uno con sus respectivos baños, una cocina bastante amplia, sala de estar y pues todo el bosque en su alrededor.
- Es perfecta. – escucho ronronear a Vallolet, pues el bosque para ella es reconfortante y así podremos entrenar libremente de personas.
También comencé a buscar una empresa de mudanza, para trasladar los equipos de gimnasio que compré y que apenas llegaran, así me distraigo por horas comprado nuevas cosas para mi nueva casa, transfiero la mitad del dinero, y agendo cita para la entrega de papeles, mínimo en una semana estoy fuera de esta mansión, que a pesar de que es enorme, para mi cada vez se hace más pequeña, estaba tan sumida en las compras por internet que no me había dado cuenta que mi celular estaba timbrando, para después recibir un mensaje.
-puedo subir? – dice el mensaje de John, entonces me acerco a la ventana y lo veo, le sonrío y le hago seña de que suba, al subir me abraza y me huele.
- ya no huelo a perro hee. – le digo y entonces él sonríe agradablemente mientras niega.
- superalooo. – dice y avanza mientras me pega con su mano en la frente y entonces rio.
- qué haces aquí? – le pregunto ya que vi que se puso muy cómodo agarrando un jugo de mi mini refri y sentándose en mi cama.
- vine a visitarte. – dice y sonríe juguetonamente, hoy viene muy alegre.
- vas a mudarte? – me pregunta viendo tras de mí, entonces volteo y observo que dejé la página de mudanzas abierta.
-si. – digo y entonces se pone de pie y se acerca a la pantalla de la computadora, se sale de la página y observa mi nueva casa.
- por qué en el bosque? – me dice y entonces no sé qué responderle, aunque solo le diré cierta parte de la verdad.
- me gusta el aire libre y lejos de personas. – le digo y entonces enarca una ceja, entonces sonríe, le pregunto si quiere ver una película conmigo y asiente, entonces le digo que espere aquí y bajo a la cocina por palomitas y por más chucherías. Cuando estoy por salir Irina entra en la cocina y se me queda viendo, dejo las cosas en la isla y la abrazo, y ella se echa a llorar.
-Eva, hija, no quiero que te vayas. – dice y entonces se suelta a llorar más.
- mamá, es algo que ya decidí, no puedo quedarme, siento que este ya no es mi lugar y necesito salir a ser quien entonces debería ser. – le digo y sostengo su rostro mientras le limpio las lágrimas, es una mujer muy hermosa. Ella niega repetidamente.
- es te es tu hogar, hija, cuando te tuve en mis brazos por primera vez en el orfanato supe lo feliz que nos ibas a hacer a tu padre y a mí, y sabes, cuando eras pequeñita, tenías problemas respiratorios y no comías bien por no sé, nunca supimos, pero yo me quedaba en vela toda la noche, mientras te veía dormir, y te juré miles de veces que te protegería. – dice mientras llora más fuerte.
- mamá igual y esto tenía que pasar, digo irme de casa, ya soy mayor y necesito redirigir mi camino. – le digo y le sonrío.
- si hija, pero no así, debimos decírtelo, pero yo no podía, no creía poder soportar que ya no miraras como tu madre, que... tenía miedo de que tu amor por nosotros, por tu familia se esfumara. – dice y se dobla del dolor que le estoy causando.
- no no mamá, tu siempre lo serás, ese título no te lo quita nadie, tú me cuidaste y me protegiste, me diste amor, me curaste, me diste todo, me enseñaste a caminar, a comer, y siempre volvías por mí en los centros comerciales, esas son cosas que hacen las familias, eso es lo que hace una madre, tú eres mi madre y así serás siempre. – le digo, nos quedamos abrazando, lloro en silencio con ella, cuando por fin nos separamos le doy un beso en la frente y me despido.
Subo las escaleras como puedo y entonces comienzo a pensar como rayos voy a abrir la puerta, pues no tengo una tercera mano, espiro mi pie y le doy vuelta a la perrilla con él y así abro fácilmente. John me ve y se acerca a ayudarme, cierro la puerta, ponemos una película y nos comemos todos, me siento alado de el en la cama y sin darme cuenta me quedo dormida.
Cuando siento que me mueven abro los ojos.
-que ligero tienes el sueño. – me dice John terminando de levantarse de la cama.
- estabas babeándome. – dice y después se ríe, supongo que mi cara debe ser poesía.
-ya te vas? – le pregunto reincorporándome, supongo es más de media noche.
-querías que me quedara o algo así. – dice y enarca una ceja.
- pues podríamos platicar, sí. – le digo y le sonrío, nos sentamos en las sillas que están cerca de las ventanas.
- de acuerdo. – dice y entonces cruza las piernas, lo cual me rio porque se ve realmente guapo, le sonrío y volteo hacia abajo y me recojo un mechón de cabello que cae en mi frente.
- ¿Cuántos años tienes? – le pregunto para sacarle conversación, entonces el pánico surge en sus ojos y entonces sonríe confiado.
-siguiente pregunta. – dice mientras se ríe, entonces me rio y le pego un empujón, está sentado frente a mí, pero aun así puedo alcanzarlo.
- no no, responde. – le digo y entonces lo miro a los ojos, intenta ser misterioso, pero es como si pudiera leerle la mirada con los pensamientos.
- ahora jugamos a preguntas y respuestas heee. – dice y entonces titubeo para después asentir.
Pasamos una hora platicando, contando chistes, la oscuridad nos envolvía, a no ser por la lámpara de la mesita de noche, si estuviera en otras circunstancias creo que sería un ambiente romántico. John se pone de pie y dice que es momento de irse, los sigo hasta la ventana y quedamos frente a frente, demasiado cerca.
- ¿Enserio ya tienes que irte? – pregunto y pongo ojos de cachorro, él sonríe tiernamente y asiente.
Cuando está por saltar por la ventana, se da la vuelta y me besa, le sigo el beso y el coloca los brazos alrededor del cuello, me toma de la cintura para acercarnos más, ágilmente me toma de los muslos para cargarme sin esfuerzo alguno, como si pesara una pluma. Comienza a caminar conmigo encima hacia la cama, me restriego un poco contra él, cuando está parado al borde de la cama comienza a besarme el cuello, me baja el cierre de la parte de arriba del pijama, comienza besarme el cuello y a dejar pequeños mordiscos por la piel, le digo que me deje de pie y entonces me quito completamente el pijama de conejo, su mirada se vuelve lujuriosa ante mi cuerpo semi desnudo, pues solo estoy en bragas y en sostén. Me tiro encima de el de nuevo, nos besamos ferozmente, su lengua y la mía se unen en una pelea por llevar el mando del beso. John pone sus manos en mi trasero, haciendo que restriegue mi feminidad contra su masculinidad, al sentirlo me sale un gemido de la boca y el aprovecha para besarme de nuevo y meter su lengua, meto los dedos de mis manos en su melena rubia y lo jalo levemente. Desabrocha mi sostén y mis pechos quedan al descubierto, pasa la lengua por entre medio de ellos, se va agachando lentamente hasta depositarme en la cama, se coloca entre mis piernas y se dirige a mis pechos, en cuanto su lengua toca mi pezón una serie de sensaciones pasa por mi entre pierna haciendo que me sienta más excitada, coloca la mano en mi otro pecho y comienza a juguetear, después vuelve a mi boca y me sigue besan, poco a poco su mano va bajando hasta tocar el elástico de mis bragas, introduce los dedos dentro de ella hasta tocar mi clítoris, cuando comienza a jugar con el mi cuerpo se tensa y jadeo de excitación, lo beso con desesperación, eso fue una motivación para el, pues introduce sus dedos en mi interior y entonces gimo mientras arqueo mi espalda, como puedo le quito la playera y comienzo a besarle el pecho y mis manos acaricien su espalda, él se levanta, se quita los pantalones con el bóxer, observo su pene y lo tomo de sorpresa, comienzo a jugar con el masturbándolo, cierra sus ojos y de su boca comienzan a salir gemidos de su boca, el me besa y entonces vuelve a colocarse entre mis piernas, se introduce lentamente en mí, las primeras embestidas son leves pero rápidas, comienzo a besarle el cuello, paso las manos por detrás de su espalda arañándolo, paso la mano de nuevo y esta vez salen húmedas, observo y es sangre, pues mis uñas son puntiagudas, me acerco los dedos a los labios y me los lamo, a él le brillan los ojos al ver lo que hice, me dice que le bese el cuello y entonces lo hago, un deseo inmenso de morderlo se apodera de mí y entonces lo hago, y en mi boca se llena de sangre, comienzo a beber de el, mientras sus embestidas se vuelven más feroces bebo más sangre, eso me está ayudando a llegar más cerca del orgasmo, separo mi boca de su cuello y lo beso, el comienza besarme el cuello y entonces me muerde, al momento de que succiona de mi llego rápidamente al orgasmo, cuando ha terminado él también se separa de mi cuello y pasa la lengua de donde ha bebido de mí.
Me quedo dormida después de todo lo que hicimos pues terminé exhausta y bastante relajada.

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora