Capitulo 23

3 1 0
                                    


- Eros... - dice mientras parece que va a caérsele la baba.
- ¿Qué? – le digo y frunzo el ceño.
- ¿Dices que nuestro mate es el amor de nuestras vidas, que nos ama de igual manera, que nos protegerá a toda costa y que nuestra unión es nuestra razón de existir, que será lo más importante, pero por qué Eros nos dejó tiradas el primer día que hablamos tú y yo? ¿Por qué no está aquí y porque me dejaste tener sexo con John sabiendo lo de Eros? – le pregunto y entonces me sentía muy enojada conmigo misma, ¿Por qué no lo supe? ¿por qué él no me lo dijo?
- Eva, él tiene algo importante que hacer...- lo dijo en susurro pues estoy segura que eso la entristece.
- Claro y somos su razón de existir, lo más importante para él. – le digo y siento un dolor en el pecho bastante fuerte, como cuando te enteras de algo que te desilusiona.
- No sé qué decirte Eva, tienes razón, pero mira, de algo si puedo responderte, cuando estamos con John nuestro juicio se nubla, es como si fuera parte de algo más grande que no logro comprender, cuando te elegí fue porque sentí tu espíritu mezclarse con el mío de una manera que no podía con nadie más, hasta ahora que Eros dijo que eras un Tri hibrido, es decir, eres vampiro, lobo y bruja, tienes tres tipos de sangre de descendencias poderosas, así que tu parte vampira necesita un compañero, sé que es raro porque es un enemigo natural, pero también corre por mis venas el vampirismo. – dice relamiéndose los bigotes.
- Creo que a ese tipo de compañeros les dicen tuacantantes, no es alguien que quiero o por quien daría mi vida, pero tu lado oscuro si lo haría, tendrás 3 difíciles situaciones, MI mate, el tuacantante y el alma gemela del brujo quien es con quien canalizas tu poder. – dice un poco triste por sus palabras.
- ¿Qué pasa? – le pregunto porque la noto desanimada.
- Es que no sé qué decisión tomarás, y tienes tres opciones y uno es por quien yo daría mi vida. – dice mientras se hace bolita y entonces entiendo que es mi momento de salir de mi conciencia.
Estoy tan confundida, la verdad es que aquellos que nacen siendo así les lleva toda una vida aprender y saber todas estas cosas, pero llevo alrededor de medio mes sabiendo esto y apenas sé lo que significa.
Me intimida que Trixie tenga que estar a merced de ese patán, ella sentirá la misma atracción o no estará obligada a sentir la misma atracción por el.
Han pasado dos días, y todas mis cosas ya están empacadas y listas, mañana viene el camión de la mudanza y creo que el señor Richard debió haber sacado todas sus cosas ayer por la mañana.
Mis padres me convencieron de que aceptara la tarjeta que ya me habían dado para mis gastos, la verdad es que no quisiera, pero la verdad no planeo trabajar hasta después, pues necesito comenzar a entrenar mis sentidos, mi condición física y mis poderes de bruja que aún estoy muy confundida, pues no es como que lo vaya a entrenar en un libro o en algún tutorial en internet.
Estaba cerrando la última caja en donde estaban parte de mis zapatos cuando mi madre entra, pues ataba la puerta abierta, en sus manos trae una caja igual de grandes como en las que estoy empacando, pero esta se ve un poco deteriorada.
- Hija, no esperaba que este tiempo llegara tan rápido, pero pues aquí está, cuando llegamos al orfanato por ti, nos entregaron una caja que habían dejado tus verdaderos padres, nunca la abrimos, pues creímos que era algo demasiado personal, algo que solo tu debías abrir.- me la entrega dejándola en la cama.
- Mamá, sabes que no me voy por siempre, vendré a verlos, es solo que necesito estar sola, conocerme, investigar acerca de mis padres. – le digo y resbala una lagrima rebelde de mi ojo izquierdo.
- ¿Y qué pasará con la universidad hija? – dice, y la verdad es que me hubiera gustado estudiar administración para seguir con las empresas de mi papá por ser hija hereditaria de la mayoría de las acciones, pero la verdad era que desde que me enteré no quiero hacerme cargo de algo que no me corresponde, no quiero adueñarme de algo que le pertenece a Trixie y Ash.
- Mamá, sobre eso, no puedo, es decir, tomaré un año, ya no quiero estudiar administración. – le digo y entonces sus ojos parecen que quieren salirse de orbitas.
- Pero que dices, hijaaa, la mayoría de las acciones son tuyas, debes ser tu quien las administre. – dice pausadamente, mi mamá sabe perfectamente como darles clase a sus reclamos, suspiro y entonces pienso dos veces lo que voy a decir, porque sé que esto es un tema delicado para ellos, creen firmemente que soy yo el orgullo y el que deberá realzar el apellido Zurita.
- Mamá, no creo que deba ser yo quien obtenga eso, Ash puede hacerlo, yo no soy sangre suya y... por derecho le corresponde. – mi mamá se hace hacia atrás indignada por mis palabras, estoy segura que le dolieron mis palabras, entonces sus ojos se llenan de lagrimas y sonríe agriamente.
- Entonces... entonces quieres decir que fue un error haberte adoptado. – dice enserio muy muy dolida.
- No mamá, no es eso, es solo que no puedo aceptarlo. – le digo, pero creo que estoy siendo demasiado egoísta con la persona que dio su vida, que se sacrificó tanto por mí.
- Eva, no sé por qué reaccionas de esa manera, piensas que fue un error, no sé, no sé por qué actúas de esa manera, pero nunca te señalamos Cael y yo, jamás te dimos la espalda, no tuvimos distinción alguna, tus hermanos se sentirían ofendidos de que tú no fueras su hermana, eres su ejemplo y te adoran, te amamos tanto todos que tu rechazo destruiría esta familia, solo porque estás enojada con el mundo, pero creo que no merecemos este desprecio. – dice titubeando y cargado de un sentimiento que no es propio de ella, se levanta y sale del cuarto.
Es obvio que me equivoqué, que, si fui egoísta, pero en cierta parte me siento rara, yo solita me cohíbo y me alejo, nadie me pidió que me fuera, nadie pidió que me alejara y nadie pidió que renunciara al puesto solo porque su sangre no corre por mis venas.
Busco un cúter que estaba en mi escritorio y corto la cinta con la que está sellada la caja. Mi corazón late al mil pensando en que habrá dentro de la caja, tomo el aspa y abro, lo que resalta a la vista es un enorme libro del tamaño de brazo, la pasta es café y parece muy viejo, tiene un aroma tan delicado, es femenino y casi desaparece el aroma, pero sigue ahí, mis ojos se llenan de lágrimas y mi respiración se altera, pues me da la sensación de que ese aroma es de aquella mujer que selló esta caja, de Erika, mi madre. Saco el libro y leo las palabras en dorado "sanguinem effuderit, ubi sit virtus", paso los dedos por él, son letras bordosas 3D, dejo el libro a un costado de mí y sigo revisando la caja, saco un paquete de al parecer cartas que están amarradas, deberían ser al menos unas 15 cartas, los leeré en otro momento, hay una caja cuadrada que es aterciopelada, la abro y observo una esmeralda en forma de lagrima, pero esta está sujetada por un borde que es de plata la cual tiene incrustado pequeños zafiros, es bellísimo, le doy la vuelta, y observo un pequeño lobo aullando a la media luna, esa luna es justo la que tengo en mi espalda, debajo de este dije hay una nota "cuando te sientas totalmente sola, háblale al talismán y pronuncia esto en voz alta "apparet qualis in pectore terga", mamá" las lágrimas que amenazaban con salir desbordaron mis ojos, la cara me ardía y mi respiración era muy alterada, me pongo el talismán y lo toco mientras cierro los ojos. Sigo buscando y hay tarros con hierbas que al parecer se secaron hace más de 18 años, supongo tiene algún hechizo, había tres fotos más Erika y yo, Emiliano y yo, y la ultima es de los tres juntos, Erika sonreía, se veía que era feliz y Emiliano la veía a ella el cual se veía totalmente enamorado de ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La sangre también también traicionaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora