Cuando te conocí

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Después de un par de meses por fin Alex se reencontraría con su mejor amigo o como solían decirse "hermano de otra madre".
Ambos estaban muy emocionados por verse, nunca se habían separado por mucho tiempo pero entendían que estudiar en universidades diferentes tenía sus pros y sus contras.

Daniel estaba invitado a una fiesta que haría un compañero de la universidad para festejar el fin de semestre, era la primera de muchas fiestas a las que iría y lo mejor era que podía llevar a su mejor amigo en esta ocasión. Celebrar junto a él como en los viejos tiempos y porque no conocer a alguien ahí.

-Por fin llegas, bro.-dijo Daniel mientras abrazaba a su amigo.
-Lo siento, se retrasó el vuelo.-explicó el chico de ojos verdes.
-Mi auto está por allá.-señaló la parte izquierda del estacionamiento.-vamos que tenemos una fiesta en la noche.-añadió mientras caminaba hacia su auto.
-Estoy muy cansado para ir de fiesta.-susurró el chico siguiéndole el paso a Dani.
-No aceptare un no por respuesta, ya me conoces, ahorita duermes y estarás como nuevo para la noche.-dijo con seguridad mientras subía al auto.

Los chicos llegando a casa de Daniel comieron algo y descansaron. El lugar era amplio, tenía dos habitaciones por lo cual Dani ofreció una al ojiverde, después de arreglar las cosas en el cuarto se dispusieron a conversar un rato.
-Estoy muy cansado solo quiero dormir.-dijo el chico de ojos verdes mientras se tumbaba en la cama.
-Duerme estarás como nuevo en unas horas.-afirmó.-No puedes abandonarme en esto, eres un deportista y amas las fiestas, no puedes decirle que no a una.-añadió sarcásticamente.

El resto del día Alex durmió, el viaje lo había agotado por completo. Pero tenía razón su amigo, después de dormir un par de horas se sintió como nuevo y comenzó a alistarse para la fiesta junto con Daniel.
-No lo sé Dani...no conozco a nadie en esa fiesta.-dijo Alex más para él que para Daniel.
-Eso se arregla muy fácil, te los presentaré. Todos son muy agradables y quizás conoces a alguien especial ahí.-explicó el chico de rizos.
-Estoy listo, ¿nos vamos?.-pregunto mientras abría la puerta para salir.
-No habrá nadie que se te resista en esa fiesta, quien podría decirle no al mejor jugador de fútbol americano de Miami.-dijo entre risas Daniel mientras salía de la casa.

*Chat entre Mariana y Daniel*
-Ya estamos en la fiesta, ¿donde estás tú?
-Voy en camino, en unos minutos estoy ahí.
-Nos buscas cuando llegues.

Pasaban de las nueve y la fiesta ya estaba en su punto, la música a todo volumen, los chicos bailando y bebiendo como si no hubiera mañana. Mariana y Lucia ya se encontraban bailando, esperando a su amigo Daniel que como siempre llegaría tarde.
Las chicas se acercaron a la mesa de tragos cuando de pronto vieron a alguien acercarse a ellas, al principio creyeron que era Daniel pero no tardaron mucho en darse cuenta que se trataba de Benjamín el chico con el cual Lucia había salido un par de veces pero no habían llegado a nada más que ser amigos, aunque el chico aún no aceptaba el haber sido bateado por la hermosa chica de ojos verdes.
-¿Lucia podemos bailar?.-pregunto el chico, se notaba que ya estaba pasado de copas.
-Quizás después Benjamín, no quiero dejar sola a Mariana.-se excusó mientras miraba a la chica a su lado.
-En un rato vuelvo entonces.-mencionó mientras se alejaba y entraba a la pista de baile.

Después de unos minutos los chicos por fin llegaron al lugar donde era la fiesta pero no veían por ningún lado a Mariana o Lucia. Daniel describió a las chicas y pidió a Alex que si las veía le avisara, mientras ambos se sumergían en la pista de baile para poder llegar a la mesa de tragos pero el camino del chico de ojos verdes se vio interrumpido cuando chocó con un cuerpo más pequeño que el suyo.
-Discúlpame, no te vi.-dijo en seguida el ojiverde mientras la chica daba la vuelta para quedar frente a frente.
-No te preocupes, son cosas que pasan.-respondió con una sonrisa, mirando al chico a los ojos. Ambos se quedaron anonadados mirándose hasta que apareció Daniel para romper la magia del momento.
-Ya se conocieron, que bien.-dijo Daniel tomando a ambos de las manos para alejarlos un poco de la multitud.-¿Donde está Mariana?.-pregunto buscándola con la mirada en la pista de baile.
-Aqui estoy.-contestó una voz detrás de él.-Tu eres el famosísimo jugador de americano.-dijo Mariana refiriéndose a Alex mientras lo miraba de pies a cabeza con una sonrisa coqueta.
-No sabia que era famoso.-mencionó en un tono gracioso.-Soy Alex.-añadió mientras saludaba a ambas chicas con un beso en la mejilla.
Después de conversar un rato el ojiverde saco a bailar a Lucia, bailaron por mucho tiempo, de todo tipo de canciones tanto movidas como lentas, se notaba a kilómetros que esos dos se atraían y ellos estaban conscientes de eso.
Pero la felicidad no les duró mucho cuando Benjamín se dio cuenta de lo que pasaba, se apresuró a llegar junto a ellos y separarlos, empujando a Alex lejos de la hermosa chica.
-¿Que te pasa Benjamín?, tú y yo no somos nada, deja de molestar.-dijo Lucia alejándose de la multitud.
-Me dijiste que no a mí pero con este desconocido ni lo dudaste.-comentó con molestia mientras jalaba a la chica del brazo para que se detuviera.
-Tú y yo solo salimos un par de veces, ya supéralalo.-explicó tratando de soltarse del agarre del chico.-Suéltame, no quiero nada contigo.-añadió con fastidio.
-¿Eres sordo o que?, no escuchaste que te dijo que la soltaras.-dijo una voz detrás de Benjamín haciendo que este volteara.
-Ya llegó el héroe.-comentó con ironía.-no te metas donde nadie te..-no pudo terminar porque lo interrumpieron.
-Me meto porque ella es mi cita de esta noche y no deberías tratar así a ninguna mujer.-dijo de manera firme y segura mientras tomaba a la chica de la mano para poder avanzar.
Benjamín no lo pensó ni dos veces cuando camino hacia el chico y lo empujó nuevamente pero esta vez con mayor fuerza dejándolo en el suelo siendo esa razón suficiente para que Alex se levantara y le pegara tremendo puñetazo en la cara al chico. No tardo mucho en que todas las personas en la fiesta estuvieran alrededor de la pelea gritando y animando para que ambos chicos siguieran golpeándose. Cuando Daniel pudo ver quienes eran los que se estaban peleando, camino de prisa junto con otro compañero para separarlos, después de unos forcejeos pudo lograrlo y llevó a Alex fuera de la casa. Ya había visto a Alex enojado pero nunca tanto como en esa ocasión, después de que el ojiverde le contara como pasaron las cosas Daniel lo entendió mejor y le agradeció por ayudar a su amiga en ese mal momento.
-¿Te gusta Lu?.-pregunto el chico de rizos.
-Es demasiado hermosa e increíble como persona por lo que pude darme cuenta.-respondió con un largo suspiro.
-¿Eso piensas de mí?.-pregunto una voz detrás de los chicos.-Tu tampoco estás tan mal.-añadió entre risas acercándose a los chicos.
-Creo que yo mejor vuelvo a la fiesta, Alex ve a casa a curarte eso.-dijo mientras sacaba las llaves y se las entregaba al ojiverde. -Pórtense bien, nos vemos mañana.-añadió mientras se alejaba.

Los chicos de ojos verdes tomaron un taxi hasta casa de Daniel, la chica se ofreció a limpiar las heridas de Alex y él no se pudo negar a eso. Estaban en la sala curando sus heridas y conversando un poco.
-Quedaste muy mal, ya no eres tan guapo.-dijo la chica bromeando.
-Y hubieras visto cómo quedó el otro.-explicó entre risas mientras un quejido salía de su boca por que la chica le presionó uno de los golpes en la cara.
-Gracias por defenderme, de verdad.-mencionó Lucia mientras acariciaba su mejilla. -Por cierto no respondiste la pregunta de Daniel sobre si yo te gustaba.-añadió.
-Me gustaste desde que te vi, fuera de que eres muy linda, eres sumamente interesante y me basto solo una noche para hasta agarrarme a golpes por ti.-agregó con una sonrisa.
-Los golpes no son la solución pero Benjamín se lo merecía. Tú también me gustas, a pesar de que me golpearas al conocernos creo que fue un poco lindo por cómo nos miramos después de eso.-agregó mientras se acercaba al rostro de Alex.
Tenerse tan cerca les aceleraba el corazón y después de mirarse un par de segundos a los ojos, sellaron el momento uniendo sus labios en un lento pero muy largo beso. Sentían algo más que atracción, estaban enamorados y desbordaban amor por todas partes.

Luciale (one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora