Viernes por la noche, los padres de Lucia salieron de la ciudad por asuntos de trabajo dejando a la chica cuidando a su hermano menor en casa. Había una fiesta en casa de Sol para despedirla debido a que en dos días viajaba a México con fecha indefinida para volver.
La ojiverde contrato una niñera para poder asistir a la fiesta de su amiga, era su mejor amiga no podía no ir. Al llegar a la fiesta estuvo un rato con sus amigas las porristas y Sol. Todas las chicas a excepción de ella estaban bailando. Lucia estaba en la mesa de tragos esperando su bebida cuando se acerco un chico pidiendo una cerveza. Era Alex el chico del cual estaba enamorada desde el primer año de high school pero con quien jamás había sido capaz de mantener una conversación. A pesar de que tenían amigos en común y algunas clases juntos, solo se conocían de vista.
-Hola, Lucia. No sabia que vendrías.-comenta el chico girando para quedar frente a la ojiverde.
-¿Alex?.-dijo extrañada y asombrada de que la saludara.
-Creo que nunca habíamos hablado, pero es buen momento para hacerlo.-sugirió.
-Lo es.-respondió junto a una sonrisa amigable.
Ambos chicos conversaron unos minutos hasta que después de Alex insistirle un poco a la ojiverde de bailar ella acepto y se dirigieron a la pista. Cada uno por separado bailaba increíble pero juntos eran una bomba. Todos a su alrededor los miraban asombrados pero animaban a la pareja a seguir con el baile. Después de varias canciones decidieron salir al jardín a tomar un poco de aire. Ser las estrellas de la pista era demasiado agotador.
-Hace mucho que no me divertía tanto.-confeso el chico sentándose en una banca con la respiración un poco agitada aún.
-Yo tampoco.-acepto sentándose junto a él.
La música sonaba de fondo pero ellos permanecían en silencio, un silencio para nada incomodo si no más bien un silencio agradable. Eran los únicos en el jardín y agradecían eso.
-Esto es un poco raro, ¿no crees?.-dijo terminando con el silencio.
-¿A que te refieres?.-pregunto confundido.
-Digo, nosotros no habíamos hablado nunca y ahora parece como si fuéramos amigos desde hace tiempo.-explico la chica un tanto nerviosa.
-No considero que sea algo raro. Si antes no te hablaba era porque me daba pena pero siempre quise hacerlo.-confeso bajando la mirada.
-¿Pena?, ¿pena de que?.-Frunció el ceño.
-Me gustas desde hace tiempo, Lucia.-confeso en voz baja pero lo suficiente para que la chica a su lado escuchara.
-¿Estas bromeando?, déjate de juegos Alex.-cuestiono.
-No, Lucia. Esto es en serio, me gustas desde que te conocí, desde el primer día de clases.-explico girándose para poder ver a la chica a los ojos. -No estoy bromeando tampoco es un juego.-añadió.
-Tu también me gustas, Alex.-confeso antes de tomar el rostro del chico y unir sus labios en un tan esperado beso. Se separaron por aire pero sin alejarse demasiado uno del otro, estando a escasos centímetros de distancias, se sonrieron tiernamente.
-Por fin.-dijo una voz a sus espaldas, haciendo girar a ambos. -Todos pensábamos que jamás se declararían su amor. Pero yo aún tenia esperanza en ustedes.-confeso.
Era Daniel el mejor amigo de Alex, detrás de él estaban algunos de los amigos de los ojiverdes muy contentos de que por fin ese par de tortolitos estuvieran juntos. Al parecer todos sabían de sus sentimientos menos ellos.
