Brazalete

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Alex llegó a su casa después del instituto e inmediatamente subió a su habitación, encerrándose en ella. Era su cueva, nadie lo entendía pero lo aceptaban.
-¡Mijo, te llegó un paquete!.-avisó Remedios desde las escaleras. -Esta en la sala si...-No terminó de hablar pues el ojiverde salió disparado en su dirección. Tomó el paquete entre sus manos y regresó a su habitación.
-Gracias, Ma.-gritó estando ya en su habitación. Abrió la caja, hallando una más pequeña en su interior. Se trataba de un brazalete, lo puso en su muñeca y comenzó a inspeccionarlo.

Se trataba de un brazalete metálico con bastante botones y una especie de holograma se desprendía de el. Este comenzó a emitir un ruido y el chico después de apretar un par de botones pudo contestar lo que parecía ser una llamada, la imagen de Lucía se dispersó por todo el techo de su habitación.
-¿Te estás divirtiendo?.-pregunto juguetona.
-No estoy para tus bromas.-susurró.
-¿Porque susurramos?.-dijo en el mismo tono que el chico.
-Mi madre esta en la sala y estoy seguro que puede escucharnos.-susurró nuevamente. La chica soltó una carcajada pero de inmediato tapó su boca para no ser descubiertos.
-¿Ya aprendiste a usarlo?.-pregunto curiosa pero el chico negó rápidamente.
-El botón de la izquierda contesta las llamadas, el de la derecha es para hacerlas, el botón rojo es para enviar o recibir información, el botón azul me llama directamente a mi.-se encogió de hombros después de explicar.

Alex miraba el brazalete y con atención escuchaba las indicaciones de la chica pero al escuchar las últimas palabras levantó su cabeza y la miró confundido.
-¿Por que llamarte directamente a ti?
-Te he salvado muchas veces, es solo por si necesitas mi ayuda.-dijo con desinterés.
-Bueno...cambiando un poco del tema, yo, yo quería saber...si estas libre está noche, podría ir o tú, vamos.-tartamudeo totalmente nervioso y con el rostro rojo.
-Pasa por mi a las 8.-ordenó y Alex asintió levemente acompañado de una gran sonrisa en sus rostro. -Adiós, Rivera.-se despidió antes de terminar la llamada.

El chico de ojos verdes se reprendió mentalmente por haber hecho el ridículo enfrente de Lucía pero no quito la gran sonrisa en su rostro por tener una cita con la ojiverde.

Luciale (one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora