Alex estaba en un rincón, mirando como todas las personas a su alrededor se divertían bueno algunas porque otras ya estaban demasiado jodidas por el alcohol. Su mejor amigo había organizado una fiesta y parecía estar todo el instituto invitado.
El chico de gorro tomó un último sorbo del vaso que estaba en su mano e hizo el intento de llegar a la mesa de tragos para poder tomar otro pero su camino fue interrumpido cuando sintió como alguien lo tomaba del brazo, giró para quedar frente a la persona que lo había detenido, con solo oler el perfume supo de quien se trataba, Lucía Sandoval.
-¿Ya te aburriste de tu amigo el idiota?.-pregunto con amargura. -No creí verte hoy.-confesó.
-No es mi amigo, es solo un compañero de la universidad.-explicó. -No tienes porque ponerte celoso, Alex.-sonrío de manera juguetona, poso sus manos alrededor del chico pero sin acercarse lo suficiente para dejar de verlo a la cara.
-Yo que creí que conocería a alguien, lastima ya no se podrá.-hizo un puchero.
-Entonces te dejo seguir buscando con quien revolcarte.-empujo al chico.
-Hey, Lu. Es broma, sabes que sólo tengo ojos para ti.-la tomo de la cintura mientras ella pasaba sus manos por detrás de su cuello.
-Vamos a otro lado, te extraño.-confesó con una sonrisa pícara.
-Te amo.-se acercó más a la chica.
-Como yo te amo a ti, novio.-beso al chico, un beso profundo y muy apasionado.