Su madre le había pedido que hiciera la compra de la semana, así que el chico de gorro se montó en su auto y condujo hacia el supermercado. Estacionó el auto a unos pocos metros de la entrada de la tienda para no tener que caminar tanto con todas las bolsas después. Tonto no era.
Camino hacia la entrada, notando a la distancia a una hermosa chica que parecía esperar a alguien. Camino un poco más lento para poder observar mejor a la chica, de pronto vio como un par de chicos pasaban frente a él hacia donde estaba la chica.
-Nena.-dijo uno de los chicos cuando llegó cerca pero ella lo ignoró y volvió a mirar su teléfono. -¿Qué haces tan solita? Si puedes estar conmigo.El chico de gorro no lo dudo y se acercó al pequeño grupo de chicos.
-¿Se te ofrece algo? O porque estás molestando a mi novia.-dijo de manera firme. -Si la sigues molestando terminarás sin dientes.-advirtió mientras tomaba la mano de la chica.
-¿si?.-murmuró burlándose. -¿Qué me vas a hacer?.-reto. El ojiverde lanzó el primer golpe, dejando al chico en el suelo, sus amigos lo levantaron y se lo llevaron lejos de la pareja.
-Gracias por eso.-dijo dando un leve apretón en su mano.
-De nada, eso que ellos hacen debería estar prohibido, seguro que ellos salen a la calle y nadie los acosa de tal forma.-cuestiono.
-Ya llegó mi taxi.-avisó. -Por cierto soy Lucía.-dio un beso al chico en la mejilla y camino hacia el auto que la esperaba.
-Yo soy Alex, cuídate.-se despidió.
-Nos vemos pronto, Alex.-dijo antes de que el auto se pudiera en marcha.