Demonio de Fuego [Fargexby] Omegaverse

Prologo

Staxx

Rondaba en ese oscuro bosque, buscaba el camino devuelta a mi hogar, el recuerdo de la fragancia dulce de mi omega me motivaba a seguir.

Pensar que mi pareja estaba completamente sola me desesperaba, hace unos días un nuevo alfa había llegado a la ciudad, no era uno normal. Lo supimos a la semana que llegó, cuando vimos un enorme híbrido de lobo y búho rondando con el cadáver de una oveja en el hocico, era tan grande que las patas del animal muerto no tocaban el suelo, esa noche los animales de todos se volvieron locos, pues la bestia emana un aura maligna y llena de odio.

Nuestro líder de la manada, Vegetta, nos dijo que tuviéramos cuidado con ese alfa, era evidente que el guerrero amatista tenía miedo, pues si esa cosa quería tomar el liderazgo le mataría para ocupar su lugar. Y siendo honestos el duelo acabaría a los pocos minutos.

Solíamos pensar que nuestro líder era insuperable. Pues se trata de un lobo negro de buen tamaño, pero la bestia que fue avistada podría ser del doble de volumen que nuestro alfa guardián.

Agradezco al cielo que esa bestia no vio a mi preciado Alexby, pues este se encontraba de viaje en ese entonces, y hoy había regresado. Por ello me esmeré en salir a cazar el más gordo y jugoso jabali en su honor y con el recibirle con un mangar. Mi omega si que adora comer carne.

- ¿que haces aquí de noche? - doy un brinco al escuchar la voz repentina.

- que susto - volteo para ver a el alfa que me propinó el susto de mi vida.

Era Luzu, un precioso alfa castaño, sus ojeras y rostro cansado le daban la apariencia extraña de ángel de la muerte.

-es peligroso -.

- caze un jabali para Alex -.

- oh ¿Qué ya esta de vuelta? -.

- noooo, lo caze para un Alex diferente, pues claro que esta devuelta - le dije sarcástico.

Luzu ríe y no tardo en acompañarle cayendo también en risas.

La mano del castaño derrepente cubrió mi boca y me empujó a unos arbustos cercanos, intente forcegear pero el coloco su dedo sobre su boca exigiendo desesperado mi silencio.

El sonido de pisadas me puso en alerta. Una enorme sombra de lobo se coloco contra la luna en la lejanía, parecía olisquear el cielo.

Miramos espectantes aquella sombra, se trataba del híbrido de búho, nos aterrorizaba la idea que nos viera, eramos alfas, se suponía que nada estaba por enzima de nosotros, pero nuestros lobos chillaban como cachorros ante ese demonio. Algo estaba severamente mal con esa cosa.