36: Pérdida De Cordura

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Fargan

Fargan

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La celda era fría, mis pies descalzos impedían mi correcto andar. Podía escuchar los gritos de la gente afuera, Goliath estaba en el escenario haciendo pedasos a algún desdichado guerrero de turno.

El rey aún no se atrevía a ponerme frente a frente con hombres armados, creía que era demasiado joven y alguno me darían muerte en un descuido, mi piel no era tan gruesa y ni mis colmillos tan afilados.

Mis manos estaban ligeramente manchadas de la sangre del lobo juvenil y salvaje que el rey ordenó hacerme frente.

A veces dudo que me vea como un igual a Goliath, no soy mas que un trofeo de la guerra.

Me pregunto si entre el público estará esa misma gente que mis padres juraron proteger. Quizás hiban para recordar el pasado, para ver lo que queda de un príncipe hijo de aquellos reyes que dieron su vida por ellos.

Mi padre pudo acabar con todo rápido, pero para ello tendría que haber enviado una enorme cantidad de guerreros contra el enemigo, vio los indicios de la guerra a la distancia, un enorme ejército que arremeteria contra nosotros, si hubiera enviado a sus tropas pocos hubieran sobrevivido, muchas madres serian víctimas de la muerte por tristeza.

Asi que fue por su cuenta, solo. El ultimo rey de las bestias, tenía el poder de acabar con un ejército entero, pero lo que no podía saber era que ya había un batallón cerca de nuestro hogar, un pequeño grupo de asesinos infiltrados y un ejército al otro lado de la montaña.

Nuestras tropas no supieron que hacer cuando el primer golpe llegó, sin el mandato del rey se convirtieron en carne de cordero para el festín de los lobos, mi madre intentó dirigirlos, pero sólo era una mujer de libros y diplomacia, supo que todo estaba perdido cuando les vio entrar en la ciudadela junto a una enorme bestia de pelaje rojo, un igual, la mujer supo que ese era el final.

Si mi padre hubiera enviado a las tropas el hubiera podido destruir ese cobarde ejército de ambos reyes enemigos, habría devorado el problema si no hubiera sido tan noble, al fin y al cabo lo que le mato no fue Lexosi, fue su propio espíritu generoso y las heridas previas a la pelea contra el rey fénix y la bestia criada por hombres.

La luz de luna se colaba entre la regillas superior, el olor a sangre me propinó que Goliath ya había terminado el espectáculo.

El sonido de la pesada celda abriéndose para dejar pasar al campeón me hizo girar la cabeza para verle.

Un enorme hombre de cabello oscuro, con largas garras curvas, colmillos enormes, su cuerpo y boca completamente empapados en sangre.

Demonio de Fuego [Fargexby] Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora