Capítulo 2

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*le da un Kakashi chikito*


  —Aún no tengo ninguna tarea para ti —me dijo Tsunade al entrar en su oficina tarde por la mañana, tal y como me habían dicho que hiciera. 

La miré, preguntándome por qué me llamaría entonces mientras esperaba a que siguiera hablando y así respondiera a mi pregunta.

  —Te he llamado porque un grupo del Anbu ha encontrado unos remanentes de tu antiguo pueblo.

  —¿Remanentes? —pregunté al no estar muy segura de a qué se refería, y claramente sorprendida de que mencionase mi pueblo natal.

  —Dos personas. Aunque la chica parece que ha perdido su memoria junto a la voz. ¡Shizune, déjalos entrar! —la llamó e instantáneamente la puerta se abrió detrás de mí.

Volví mi cabeza, obviamente curiosa por ver quiénes eran estas personas, pero también muy sorprendida ante semejante descubrimiento inesperado. 

  —¡(T/n)! —el chico, quien era algo más alto que yo y que tenía el cabello negro me llamó al lanzarse en un abrazo.

Me apretó fuerte contra su cuerpo, provocando una mueca en mí por la vergüenza ajena de la situación, además de dejarme algo desorientada. No le contesté el abrazo porque no tenía ni idea de quién era y por lo tanto era algo raro.

  —¡Estamos tan aliviados de que estés viva! Pensábamos que habías muerto —dijo, dejándome ir al fin. Aunque aún así dejó ambas manos sobre mis hombros.

Sus ojos oscuros miraban fijamente los míos con un brillo y una sonrisa. Le miré de vuelta, arqueando mi ceja inconscientemente.

  —(T/n), te he llamado —Tsunade procedió después de toser un poco —porque quiero que les des un pequeño tour durante su estancia.

  — ¿Han sido aceptados como ciudadanos? —pregunté, sacando mis ojos del chico y poniéndolos sobre ella, aunque él siguió observándome con felicidad. 

  —Seguimos investigando, pero por el momento aquí deberían sentirse a salvo.

'"Una guía turística? ¿En serio?" pensé y suspiré mentalmente "Bueno, tampoco es que pueda hacer mucho la verdad. Es una orden después de todo..."

Me incliné ante ella y salí de la oficina, los dos me siguieron de cerca.

  —No te acuerdas de nosotros, ¿verdad? —el chico me preguntó mientras salíamos de la base. 

Me sentí un poco mal. Estaban tan felices de que estuviera bien, y sin embargo yo no sabía ni quienes eran. 

  —No, lo siento. Solo me acuerdo de mis padres y mi mejor amigo.

  —Está bien —contestó él con desdén —Después de todo lo que tus padres hicieron por nosotros lo que importa es que estés bien.

Le miré por el rabillo del ojo "No parece mucho más mayor que yo. Quizás tenga 26 o 27". Luego miré a su lado, observando a la pequeña chica rubia que no había hablado, tal y como Tsunade había dicho. "Y definitivamente ella parece tan solo unos años menor que yo. ¿Qué debe tener? ¿Unos 16? ¿15? ¿Son hermanos? No se parecen en nada"

Por mi cabeza pasaban muchísimas preguntas mientras trataba de acordarme de ellos cuando era pequeña. Pero de verdad que no podía.

  —En fin, esta es la roca Hokage —dije tratando de cambiar el tema.

La chica de ojos verdes se quedó mirando a cada una de las caras, inspeccionándolas impresionada. 

  —¿Cómo conseguiste sobrevivir? —el chico me preguntó.

Mordí el interior de mi mejilla. Nunca pensaba en lo que ocurrió. Me lo había prohibido a mí misma. Simplemente era algo de lo que nunca hablaba y que siempre trataba de evitar. Pero él no paraba de hablar una y otra vez del tema. Sabía que probablemente no lo hacía con malas intenciones y que simplemente no sabía ni podía saber cómo me sentía respecto a ello. Pero aún así no podía evitar cabrearme un poco.

  —Perdón, ¿cuáles eran vuestros nombres? —les pregunté. 

  —Me llamo Dai, y ella es Kaoru —contestó con una sonrisa mientras seguía mirándome, esperando a que le respondiera.

  —¿Y ? ¿Cómo sobreviviste tú? —le pregunté de vuelta. Realmente pensaba que yo era la única superviviente...

  —Kaoru quedó atrapada bajo las ruinas de su casa. Y yo me quedé inconsciente al principio por lo que pensaron que estaba muerto. Para cuando me desperté todo estaba destruido y en llamas. Escuché sus gritos y la ayudé a salir de allí. Estuvimos buscando supervivientes pero éramos los únicos. Tuvimos suerte supongo.

  —¿No era muda? —le pregunté, no entendiendo como podía haber gritado por ayuda.

  —Ahora lo está, pero creo que es por el trauma —hizo una pausa por un momento —¿Y tú? —me volvió a preguntar, claramente no olvidándose de la pregunta como había planeado que hiciera.

  —No me gusta recordar lo que pasó —dije severamente —Aquí está la floristería Yamanaka. No hay ningún sitio mejor que este si necesitas flores —añadí con un tono normal para cambiar de tema. 

  —Lo siento, tienes razón. Perder a tus padres debió ser duro, tendría que haberme dado cuenta. Perdón.

'Entonces cállate' no pude evitar pensar, sintiéndome mal al mismo tiempo porque estaba segura de que no lo estaba haciendo a propósito. 

  —¿Hay algún lugar en el que pueda comprar libros? —me preguntó.

Mi cara cambió rápidamente a una de felicidad y le sonreí amablemente. 

  —En realidad, está cerca de donde os quedaréis —le contesté, y nos dirigimos a la librería. 

Seguí mostrándole algunos de los lugares de los que aún me acordaba y que seguían en el mismo sitio después de estos años, hasta que finalmente llegamos a la librería. 

  —¿También eres una lectora ávida? —me preguntó Dai mientras yo inspeccionaba una estantería que tenía un par de libros aparentemente interesantes. 

  —No sé si diría ávida... —sonreí y reí tímidamente —Pero me gusta leer. ¿Vas a comprarte algo? —le pregunté al ver que llevaba un par de libros.

  —He visto estos, parecen guays —dijo mientras me enseñaba los dos tomos —A no ser que me recomiendes uno en específico —me sonrió dulcemente, lo que hizo que mis labios se curvaran en una sonrisa al sentirme emocionada de poder recomendar algunos de mis libros favoritos. 

  —Con gusto —dije, y le busqué un par de libros para que los mirase. 


Después de haber comprado nuestras respectivas novelas salimos del lugar y les enseñé su casa y la mía, así en caso de que necesitaran algo sabrían dónde estaba. Una vez llegué a mi casa dejé caer mi cuerpo sobre el sofá. Saqué uno de los nuevos libros de su bolsa y empecé a leerlo. Sin embargo, me costaba concentrarme. Lo cual era raro.

Suspiré y descansé mi cabeza sobre el sofá, dejando mi mirada fija en el techo y en mis alrededores. 'Probablemente solo sea que me he acostumbrada a estar siempre con gente' pensé, sintiéndome rara al estar sola en un sitio. 

De repente escuché unos golpes que provenían de mi habitación, rompiendo el silencio de mi casa lo que me sobresaltó. 

Dejé el libro en la mesita de centro y me dispuse a ir a la planta de arriba.

  —Es solo el viento —suspiré al ver unas cuantas ramas golpeando mi ventana —En qué momento me he convertido en una paranoica...

Decidí tomar una ducha, pese a que no conseguí dejar de lado esa sensación de que me seguían, y de estar siendo vigilada desde esta mañana, y desde ayer. Pero de nuevo, también me decía a mí misma que era debido a no estar acostumbrada a la vida de un jonin.

'Sep, solo necesito algo de tiempo para acostumbrarme' pensé mientras apagaba las luces de mi habitación y me estiraba en la cama, esperando a que el sueño me encontrase. 


Kakashi x Reader [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora