CATHERINE:
— Estas hermosa — sonreí pro su alago, la verdad es que el vestido no estaba mal, pero para mí opinión era muy ostentoso —, aún nos queda colocarte las joyas reales.
Arqueé una ceja ante sus palabras, el vestido era pesado de color negro y repleto de diminutos diamantes rojos desde los hombros hasta los pechos, luego de la cintura para abajo poseía patrones bordados con los mismos diamantes. El vestido se entallaba a todo mi cuerpo, poseía un escote discreto y se ajustaba a mi cintura para luego caer.
Mi cabello iba recogido en un elegante peinado y encima levaba la corona con la que fui coronada como princesa, Elizabeth me explicó que me cambiaran la corona en la ceremonia por una mucho más grande.
— Lily trae las joyas — al escuchar las palabras de Elizabeth la mujer asintió sin rechistar y desapareció de la habitación —, Alec está muy orgulloso de ti, después de todo lo que han pasado has actuado de una manera madura.
— No creo tener otra elección.
— Siempre hay más opciones, Catherine. Sabes... a Andrea no le agrada mucho la idea de tú coronación.
— Ah ¿sí?, ¿y se puede saber la razón?
— Creo que la sabes — respondió con obviedad mientras acomodaba su vestido —. Puede que las demás personas crean que entiendes poco de nuestro mundo pero siempre creí que sabes más de lo que haces notar, y creo que tonta no eres — una sonrisa sutil se deslizó por sus labios —. Es más, pienso que actúas muy bien tú papel.
Arqueé una ceja ante sus palabras, la verdad era que tenía razón; la mayoría de las veces el papel de "tonta" me sentaba a la perfección, muchas personas creían que por ser de esa manera no llegaba a entender ciertas cosas, cuando la verdad era que sabía y entendía más de lo que esperaban.
— Andrea esperó muchos años por ser coronada reina, no es que no le agrades...
— No le agrada la idea de que yo, una "humana" sea coronada reina.
— A eso me refiero — puntualizó —, Alec no lo ve y yo los sé porque convivo con ellos, pero tú sin conocerla ya sabías la verdad.
— De todos modos, esto es solo momentáneo...
Chasqueó su lengua y luego sonrió ampliamente: — ahí te equivocas, tienes que irte haciendo la idea de que serás reina hasta el fin de tus días, y por cómo me imagino las cosas, creo que te quedará toda una eternidad para gobernar.
— ¿Y a eso cómo lo sabes tú? — pregunté con cierta burla.
— Solo lo presiento.
Lily entró interrumpiendo mis palabras, en un cojín de terciopelo negro llevaba un juego completo de joyas. Era un collar, brazalete, anillo y aretes de rubíes, no eran tan grandes como me imaginaba, lo que agradecí mentalmente.
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Eternos II: Almas Eternas.
Vampire❝Te había clavado un puñal en el centro del corazón y ahora me tocaba ser a mí la herida. Me habías hecho recorrer el mundo a tu lado, y ahora ya no sé en qué lugar estamos parados. No importan los días, milenios o una eternidad, siempre serás mía.❞...