ALEC LEVINNSON
— ¡Tiene que haber una maldita solución! — grité tirando todo lo que había sobre el escritorio. Brent ni se inmutó por mi ataque de ira, estaba acostumbrado a verme perder el control, en cambio Joseph y Gabriel abrieron sus ojos sorprendidos.
— Debes calmarte y dejar de gritar, despertarás a la bebé.
— Lo solucionaremos — mustilló con optimismo su mujer —, siempre hay una solución para todo.
— ¿Es que no entienden? Para esto no hay una jodida solución — sentí desesperación, después de tantos años volví a sentirme desesperado y jodidamente muerto de miedo. Iba a perder a Catherine y no podía hacer nada para evitarlo, no había nada en mis manos que pudiera hacer, yo Alec Levinnson un hombre poderoso e inmortal no podía hacer nada para salvar al amor de mi vida. Y mierda, es que quien sea que nos creó en este mundo me lo debía, me habían quitado tantas cosas a lo largo de mi inmortal vida, me habían arrebatado hasta mi propia alma, y ahora me quitarían a Catherine.
— Ya sabemos que no podemos convertirla — afirmó Brent dando por descartada aquella idea. La enfermedad de Catherine había avanzado tanto que era imposible convertirla en una de nosotros, su cuerpo no lo soportaría y todas sus células rechazarían a las nuestras. Aquella idea había quedado descartada desde que me di cuenta lo frágil que estaba, ella a duras penas estaba sobreviviendo con la ración de nuestra sangre y no soportaría mucho tiempo más — ¿Por qué carajos esperaste tanto para hacerlo?
— Ella no quería — expliqué con cierto enfado, estaba tan enfadado conmigo mismo por no haberla persuadido para que aceptara, aunque interiormente yo tampoco quería que dejase de ser humana. Habíamos hablado sobre este tema tantas veces, me sabía de memoria todas sus justificaciones para no aceptar, y a veces creía que ella en verdad deseaba morir, Catherine parecía tan consciente de que moriría que a veces me asustaba —. No podía obligarla.
— Claro que sí, sabes que todo esto podría haber sido diferente.
— ¡¿Crees que no lo sé, Brent!?
— ¡Y por qué carajos no lo hiciste!
— ¡Basta! — gritó Joseph antes de que pudiera abrir mi boca para mandar al diablo a Brent. No necesitaba que él me echase en cara lo cobarde que había sido por no haber tomado aquella decisión por ella, demasiadas noches me lo había planteado, pero luego recordaba que aquello no era una decisión mía, que Catherine jamás me perdonaría por arrebatarle su humanidad, por quitarle todo lo que era. Suficiente tenía con todas los errores que había cometido con ella, no podía soportar perderle para siempre, y que ironía, porque por no hacerlo ahora la estaba perdiendo de una forma mucho peor.
— Debemos calmarnos — intentó apaciguar el entorno Gabrielle, me alejé unos pasos y me senté en el sillón de mi oficina mientras Joseph deslizaba un vaso de whisky hacia mí —, podemos intentar ir con alguna bruja o...
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Eternos II: Almas Eternas.
Vampir❝Te había clavado un puñal en el centro del corazón y ahora me tocaba ser a mí la herida. Me habías hecho recorrer el mundo a tu lado, y ahora ya no sé en qué lugar estamos parados. No importan los días, milenios o una eternidad, siempre serás mía.❞...