Hurts like hell//Bughead

☠Capítulo treinta y ocho.☠

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La rubia subió a la habitación para ponerse una remera de Jughead y unas calsas que había dejado una vez. Jughead la había obligado a traer una muda.

Esta suspiró para bajar nuevamente y servirse un vaso de agua, pero tampoco quería mirar la televisión.
Tomó las pastillas para verlas. "Elegir un horario cómodo", miró el reloj, 5 pm. Tal vez esa hora era la mejor, esta tragó la pastilla para tomar aire. Dejó el vaso para entrar al lugar donde estaba Jughead con sus papeles. Este no levantó su mirada.

—Quiero tener sexo. Quiero que me toques—soltó esta quitándole los papeles de sus manos.—Cuando me tocas, no siento miedo.—esta se sentó en sus piernas.

Jughead la miró serio mientras ponía sus manos en los muslos de Betty—¿Se te ha pasado el capricho?.

—Quiero tener sexo contigo—soltó seria—Pero luego, quiero que me lleves con mi padre.

Este suspiró—Bien.

—¿Bien?—preguntó confundida.

—Si, es tu padre. 

Betty bajó sus manos hasta el cierre de Jughead, tocando su torso desnudo. Desde que se había quitado la camisa, no se había puesto otra cosa. Esta lo bajó completamente y lo miró.

—¿Qué esconde tu mirada, pequeña?—preguntó con una leve sonrisa mirándola.

La rubia solamente se separó para agacharse frente a él.

(...) 

Más tarde, ambos estaban en la cama, desnudos. Jughead acariciaba su hombro.

—¿Qué miras?—preguntó la rubia divertida

—Pues, todas las partes de tu cuerpo que están descubiertas.—tomó un suspiro—Mañana tienes clases, ¿segura que quieres ir a ver a tu padre ahora?. Podríamos pasar lo que queda del día desnudos en la cama, y luego ir el viernes o sábado. Te aseguro que tu padre no se irá a ningun lado.—esto último lo dijo con diversión.

—Pero yo quiero tener respuestas. Yo no he hecho nada, ¿Por qué me quieren a mi?—de verdad se reflejaba angustia y preocupación.

Este suspiró tocando su hombro—Lo sé, pero nadie te hará nada.

—¿Cómo estás seguro?—este levantó una ceja y la rubia solamente soltó un suspiro.—Pero, no quiero depender de ti, Jughead.

—Pues, te aseguro que a mi no me molesta.

—Yo quiero vivir. En unos meses me planeao ir  a una universidad, tu seguirás con tu vida y ... yo quiero aprender a vivir sola.

Este hizo un silencio—Creo que deberías saber que una vez que entras, nunca sales. ¿No te ha quedado claro?

Betty se sentó en la cama confundida—¿De qué hablas?

Este suspiró—No puedo retenerte, Betty. No lo haré, pero debes saber que cada movimiento que hagas en tu vida, yo lo sabré. Sabes muchas cosas de mi, de la mafia y por seguridad debemos controlarte. A veces no por ti, si no por nosotros.

—Bueno, veo que nunca tendré una vida tranquila ni normal—soltó volviéndose a acostar.

—Seamos sinceros, tu tenías una vida de mentira planeada.

Betty tragó saliva—Creo que tienes razón.

—No lo creas, lo tengo. Siempre lo hago.

Betty tomó aire y lo miró—¿Por qué haces todo por mi?. No lo entiendo.