Hurts like hell//Bughead

☠Capítulo veintisiete .☠

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En la noche, Betty miraba a Jughead.

—Vos estas enfermo de la cabeza—dijo esta asintiendo mientras lo veía a él seria.—No, de verdad necesitas que te traten porque estás muy mal.

Este rodeó sus ojos serio—¿Has terminado?

—No voy a ponerme ese vestido con esos zapatos.

Jughead tomó aire y cerro sus ojos.—Déjame explicarte, corazóncito—dijo burlón mientras la miraba—Iremos a un lugar donde trafican drogas y apuestan millones de dolares.

—¿Eso existe acá?. ¿En Riverdale?

Jughead la miró divertido—¿Vistes lo grande que es el mundo cuando sales de tu burbuja?—Betty lo miró seria—Pues, en fin, la idea principal es que entres tú representando a una mujer empoderada, sexy y casada.

—Tengo diecisiete años, Jughead.—le recordó.

Este tomó algo de su bolsillo e hizo una mueca—Tu identificación falsa dice que tienes 22 años.—este volvió a meter sus manos en su bolsillo para sacar dos anillos—Y estos dos dicen que estás casada. Uno de compromiso y otro es una sortija.

Betty tomó aire y parpadeó—¿Y puedo saber con quién estaré casada?

—Depende. Pueden ser cualquiera de mis amigo o yo, es algo que aún no hemos asegurado. Tal vez nunca aparezcamos.—Betty cerró sus ojos, recordando que era una mala idea.—Necesitarás acercarte a una mesa hasta el hombre que te mostraremos al llegar. Deberás distraerlo una hora en total mientras tendré a otras personas trabajando desde otro lado.—Betty asintió—Si no lo haces, alguno tendrá que intervenir.

—¿Y porqué no vas tú?—preguntó

Jughead levantó una ceja—Conmigo no tendrá ninguna razón de quedarse. En cambio, contigo si. No puede tocarte, creeme que no lo hará.—Betty asintió.—A mi me reconocerá, sin embargo, si tú lo distraes unos minutos, podré entrar yo y hacer que se quede un buen rato.

La rubia lo miró—¿Y debo usar ese vestido con esos zapatos?

Jughead lo miró y le sonrió—Vamos Betts, esto está hecho para ti. Te quedará genial.

Betty suspiro levantándose de la cama para caminar hasta el baño, tomando la ropa que tenía Jughead en su mano. Este le sonrió mientras esta pasaba por su lado.

Cuando Betty se vistió, se miró. No tenía mucha autoestima, pero ese vestido pegado a su cuerpo le quedaba muy bien.  Suspiró al ponerse los tacos, aunque agradeció que no eran tan altos. Al salir del baño, pudo ver a Jughead colocarse su traje.

—Pero miren al hombre de honores—bromeó esta.

El chico se giró y la miró de arriba a abajo, como si estuviera orgulloso.—Como lo he dicho, te queda genial.

—Generalmente no me gustan mi cuerpo, pero así se ve... bien.—confesó.

—No es tu cuerpo, es la ropa que usas—soltó este mirándola.—Es ropa... que no pega con tu cuerpo. Tú cuerpo es hermoso.

—oh, gracias por admitirlo.

—No estoy en tu vida para mentirte—confesó este acercándose a ella.

Betty lo miró, sin embargo este tomó la gomita de pelo para retirarla, dejando caer el pelo de la rubia. Ambos estaban serios, mirándose.

—Sostengo que el pelo suelto te queda mejor.—murmuró este. La miró para luego poner su mano en una mejilla de la rubia— Te hace ver más suelta—murmuró para llevar sus labios hasta el cuello de la rubia. Ella solamente cerró sus ojos. Esa era una debilidad y Jughead lo sabía.