☠Capítulo veinticuatro.☠

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La rubia confundida y con miedo caminó hasta el hospital donde estaba su madre. Su pecho se movía agitadamente, no podía creer el haber visto a Jughead así. Ella... ella no estaba de acuerdo con la violencia.

—Mamá, por favor, despierta—rogó arrodillada en la camilla—Por favor, te necesito. Necesito despertarme y que tu estés ahí, por favor. Extraño que me despiertes antes de ir a clases, extraño que me hagas el café por las mañanas, extraño que al llegar a casa tenga el almuerzo hecho; extraño el estar ambas viendo películas, las peleas, tus rezongos porque me quedo hasta tarde o porque olvidé hacer alguna tarea. Mamá, te extraño. Te necesito. Necesito volver el tiempo y necesito que te hayas quedado el día que me has dado el té antes de dormir, necesito no haber ido a aquella fiesta. Por favor mamá, te necesito. Necesito que me des tu beso de buenas noches o de buenos días. Necesito que me digas que me amas o que me digas lo orgullosa que estás de mi, por favor.—esta dejó lágrimas caer y se mordió su labio—Necesito que me digas que vas a estar bien, necesito que me digas que puedo seguir. Necesito algo para saber que debo seguir y que tú seguirás conmigo.

Y fue en ese momento, cuando se encontraba rogando de rodillas al lado de la camilla, tomando la mano de su madre y con lágrimas empapando sus mejillas, que una sombra se puso en cuclillas a su lado y puso una mano en su hombro.

Betty lo vió, junto a ella. Se quedó completamente confundida al ver a Jughead a su lado.

—Las personas necesitan tiempo para sanar—murmuró.

—¿Y tú que sabes de esto, Jughead?—preguntó.

Jughead le dió una leve sonrisa, compasiva pero triste a la rubia.—Tal vez no tendré muchos sentimientos ni emociones—confesó—Pero porque alguien las tomó y se las llevó con ella. Me las arrebató.

Betty lo miró y negó—¿Y si comienzas a volver a crearlas en ves de destruir las demás?—más que una pregunta, había sonado como un pedido.

—Lo intentaré—aseguró para abrazar a la rubia, la cuál siguió llorando en su pecho. Ambos arrodillados al lado de la camilla de la mujer en estado de coma.—De verdad siento lo de tu madre.

—No—negó esta separándose—Se que no lo haces, y no te culpo. Apenas puedes sentir para ti mismo, no vas a hacerlo para los demás.

—Eres bastante cruel en proporción con tu tamaño—soltó mirándola algo divertido.

—Lo sé—soltó esta.

Jughead limpió las lágrimas de la chica—¿Vamos?

Esta negó—No Jughead, no quiero lo que tenemos más. No quiero ser sexo. Me gustaría ser alguien para alguien.

—No te invitaba a tener sexo. Te iba a invitar a ver una película a mi departamento.

—¿Qué?—la rubia lo miró confundida.

—No son nuevas las películas, era de cuando yo tenía unos quince años. Pero... todavía eras pequeña para ver esas películas—bromó divertido.

Betty soltó una risa levantándose y miró a su madre para volver a mirarlo—¿Tu departamento dejó de ser un ring de lucha?

Este hizo una mueca—Esa fue una excepción, no pasa usualmente.

La rubia lo miró con una leve sonrisa y besó la frente de su madre—Estarás bien, mamá. Descanza. Yo te esperaré.

Jughead miró a Betty y le dió una leve sonrisa para así, ambos caminar hasta el auto de Jughead y fue un viaje silencioso. Ninguno de los dos hablaba. Al llegar, ambos se miraron algo incómodos. Nunca había estado en sus planes pasar tiempo sin sexo.

Hurts like hell//BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora