Hurts like hell//Bughead

☠Capítulo cuatro.☠

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    Al día siguiente, la rubia entró al periódico luego de clase. Sabía que en la escuela a esa hora quedaban pocas personas, y esa era su parte favorita.

Se sobresaltó cuando vió que había alguien sentado en su escritorio de espaldas.

—¿Puedo ayudarte en algo?—dijo mientras caminaba, dejando su bolso en la mesa. El chico se giró serio y Betty abrió su boca—¿Tú?

—Veo que eres bastante curiosa—dijo dejando un sobre en la mesa.

—¿Qué es esto?—preguntó.

Jughead caminó por el lugar echando un vistazo—Nada que tú no sepas.

Betty desconfiada abrió el sobre para leer—¿Qué ... como?—no sabía como preguntar.

—Vamos, no te hagas la sorpendida rubia.—soltó serio—Aunque debo decir que es divertido saber que tengo una admiradora fanática y acosadora.

—Yo... yo no buscaba de ti—soltó tartamudeando y Jughead levó su ceja seria—Bueno, pero, no fue casualidad. ¿Verdad?. Lo de la fiesta.

Jughead ignoró su comentario mientras tomaba un libro de ahí—También vengo a decirte que mi amigo dice que no pases todo el día en busca de nosotros. Me mandó a decirte que te agradecería si comienzas a mirar porno en vez de pasar todo el día en internet buscando cosas relacionaadas a la mafia—Betty estaba atónita—Ya sabes, su máquina suena todo el día con las notificaciones y me ha dicho que ayer estabas... bueno, algo inquieta.

—No puedes tener mis datos así—negó.

—Bueno, como poder, puedo. Lo puedes ver.

—Si de verdad eres un participante de una mafia, ¿Por qué me lo has dicho?. Podría llamar a la policia.

Jughead asintió—Si, si puedes.

—Vete—soltó Betty apoyando su mano en la mesa, quería tomar disimuladamente su celular.

—¿Se supone que quieres agarrar tu teléfono disimuladamente?—preguntó este divertido. —Déjame ayudarte—este se acercó y tomó el telefono de Betty pero esta dió un paso hacia atrás.—Toma, llama a la policía.

—¿Qué?—preguntó esta.

Jughead suspiró—¿La llamarás o no?

—No te entiendo.—negó la rubia—¿Por qué lo querrías que yo lo haga?.

El chico dejó el celular de la rubia—Bueno, no eres muy rápida en reacciones, un punto menos—comentó señalándola.

—Me iré yo—sotltó la rubia tartamudeando.

—¿Por qué te pones nerviosa?—preguntó—Ayer cuando hablamos no estabas así.

—No. Eres muy joven para estar en el lado oscuro .

Jughead rió—¿Acaso hay edad?—preguntó—Oye, yo solo vine a hablar.

—Me estás acosando—soltó.

—Bueno, creo que comparado a lo que hicistes tú ayer, no lo puedo llamar acoso.

Betty abrió sus ojos y respiró con dificultad, sin embargo, cuando se volteó a irse con miedo, el chico la tomó de la muñeca fuertemente. Este se apegó a su oído—Escucha, Elizabeth. Tengo un ojo sobre ti, cuida tus pasos. Te aseguró que la única pelea que querras tener conmigo, será con nuestras lenguas.

—Te puedo denunciar, soy menor.

Jughead se separó con una sonrisa divertida—No tengo fantasías contigo, rubia. Nisiquiera me provoca insomio no acostarme contigo, después de todo eres... una niña que es fácil de manipular por la sociedad.