Hurts like hell//Bughead

☠Capítulo cuarenta y ocho.☠

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Jughead se encontraba solo en su departamento. Días contados a mano para que Betty dejara el estado.

—¿Se puede?—preguntó Betty en el marco.

Jughead levantó la vista—Betty, no te había escuchado.—La rubia sonrió, acercándose a él.—Sabes, si quieres sexo, espérame en la cama.

La rubia soltó un suspiró y caminó hasta él, sentándose en la mesa, frente a él. Corriendo sus papeles. Jughead miró su falda.

—Creo que se lo que buscas.

—Si, respecto a eso... Debemos que... ir finalizando esto.

Jughead se recostó en el asiento—Si, lo se.—aseguró.—Se que estás por irte.

—¿Solo así?

—Pues, podemos tener más sexo de lo común. Espero que podamos, claro.—aseguró este sonriéndole.

La rubia lo miró serio—Quiero terminarlo, hoy.

Jughead suspiró—Bueno, en ese caso, necesitaré un buen trago.—este se levantó pero miró a la rubia, tocó su muslo—No corras a ningun lado, no aún—bromeó acariciando la pierna de Betty, este salió, dispuesto a tomar la bebida y servirla.

La computadora de Jughead sonó, y este no le dió importancia, pero Betty no logró desviar su mirada hacia esta. Era un mensaje con un archivo. "Día 102, Hal Cooper". La rubia ni siquiera miró a Jughead y apretó el archivo, el video comenzó a reproducirse.

Jughead se gira, dispuesto ver a Betty—Espero que estés quitan—este dejó de hablar al ver a la rubia mirar la computadora con lágrimas en los ojos—¿Qué diablos estas haciendo?.

Betty lo miró, pero por primera vez, Jughead no decifró aquella mirada; una mirada llena de odio, rencor, traición y dolor. La rubia se levantó negando.

—No lo has hecho.

Jughead miró el reloj y supo lo que Betty había visto.—Betty.

La rubia tomó aire con lágrimas para en un segundo, tomar la computadora de Jughead y empujarla. Y lo hizo con tanta fuera, que la golpeo contra la pared.—¿Qué diablos pasa por tu cabeza?—preguntó molesta y con lágrimas

El chico veía como la rubia estaba dispuesto a confrontarlo, este no tenía una pizca de arrepentimiento.—Es mi trabajo.

—¡Jugastes conmigo!—gritó con lágrimas.

Este negó—No. No lo hice, solo aproveché los beneficios que tenía contigo. Pero no te utilicé, no era ese el fin.

Betty se acercó a él con lágrimas—Eres una basura.

—No he hecho nada malo.

—¡¿Así has torturado a mi padre todo el tiempo?!

—Me pedistes que no lo lastimara—soltó Jughead, el cuál no tenía una pizca de arrepentimiento.

La rubia hecho una mirada al departamento y se llevó una mano al pecho, sabía que estaba muy rota, sin embargo, esa vez se sintió distinta; estaba furiosa, estaba molesta y se sentía traicionada.

—¡¿Torturas a mi padre con videos míos?!

—Debes saber que el verdadero dolor sale del punto débil.— Jughead miró a Betty—Tú y Polly eran el punto débil de tu padre. 

La rubia abrió su boca—No, con Polly no.

Jughead había aprovechado el poder consentido que tenía con Betty para hacerle la tortura a aquel hombre. Atarlo y que pase horas viendo fotos de Polly o videos de pequeñas, al igual que Betty, solo que... algunos de esos video eran actuales. Betty cantando, Betty riendo con sus amigos, Betty escribiendo en el periódico.