❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tomo mi teléfono y presionó en llamar al número de mi vecino.
— Hola, Shawn. No es importante sólo estaba pensando en que hace mucho no volvemos a casa en bici.
— Deja de hablar como si viviéramos juntos.
Me levanto y acerco a la ventana, su cortina esta cerrada.
— ¿Quieres abrir la ventana y mirarme?
— ¿Crees que estoy loco?
— Acabo de terminar de leer "La Chica Del Tren" Jamás me sentí tan confundida, al principio no entendía nada y era tan lenta que me dieron ganas de dejar de leerla pero luego se puso tan interesante que no pude dejar de leerlo y luego Kamal, todo el libro estuve sospechando de él aunque también de Mac, — suspiro y me acuesto en la cama —En fin, en otras cosas, hoy cuando llegué a casa, mamá había hecho sopa ¿sabes el calor que hace? Dios, de no haber sido porque me obligo a comerla no lo hubiera hecho y hubiese comido un cereal. Odio la sopa en tiempos de calor. ¿Tú no?
No se escucha nada a la línea.
— ¿Shawn?
Sigue sin escucharse así que separo el teléfono de mi oreja para verificar no haber colgado por accidente y no lo he hecho.
— ¿Shawn?
Supongo que se durmió así que cuelgo y apago mi luz para dormir.
De nuevo me encuentro en la pista, estoy aprovechándome un poco de esto ya que cada que puedo salgo con la excusa de tener que entrenar y así pierdo clases.
Esta vez literalmente mis dos amigos se me pegaron como cadillos e inventaron que era para que en caso de que me desmayara, ellos me ayudarían.
— ¡Anda, floja! — Calum grita desde lo alto de las gradas y Alessia empieza a contar para que corra.
De nuevo no puedo saltar las vallas así que sigo empujándolas hasta que llego a la marca.
— Dios, Mila, tienes que saltarlas. — niego y ella avanza levantando las vallas.
— Si tú tampoco puedes ¿cómo me pides que haga eso?
— ¿Qué dices, cartera? Claro que puedo.
— A ver.
Chasquea los dedos y señala hacia las gradas para que me siente, lo hago. Sale y sólo puedo mirar esto sorprendida, ella salta todas y cada una sin hacer que caigan.
Mierda, ¿no sé supone que medimos lo mismo?
Pero entonces ella cae y tanto Calum que estaba a punto de dormir, como yo salimos corriendo hacia ella. Empieza a quejarse e intento ayudarla a levantarse pero mi amigo me empuja.
