❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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— ¿Ya te contentaste con Shawn?
— ¿Tú ya lo hiciste con Calum?
— Ni lo menciones, Mila, estoy tan enojada con él.
— ¡Agatha! ¡Agatha! — alguien grita de manera muy desgarradora, nos acercamos a dónde proviene el sonido, encontrándonos con Casey, que mira hacia arriba, — ¡Agatha, no te muevas!
Cuando ambas levantamos la mirada nos percatamos de la rubia que está en la azotea, justo en la orilla.
— ¡Agatha, quédate allí! ¡No te muevas, por favor! — grita una y otra vez. Varios alumnos salen de sus aulas para observar el escándalo.
— Alguien haga algo, no sé queden sólo mirando. — oigo a alguien detrás.
El profesor Paul, toca mi hombro, — ¿Qué es lo que ocurre? — pregunta y yo señalo hacia la dirección de Agatha.
— ¡Agatha, ya no te muevas! — grita y veo a Ashton empujar a algunos de nosotros para posicionarse al frente.
— Cálmate, Casey, yo iré por mi hermana — dice y lo veo correr hacia las escaleras.
Al poco tiempo vemos como Agatha es alada de la orilla por dos chicos, uno de ellos Ashton y el otro.. Shawn.
— Bien, chicos ya todo está bien. Vuelvan a clases. — ordena el profesor.
— ¿Qué le pasa a Agatha? — Nash pregunta, haciendo sus grupos como acostumbran.
— ¿Será que Shawn la dejó?
— No lo creo, Matt, Shawn estaba muy preocupado por ella. No ves que él aún no vuelve. — dice Jen señalando el lugar vacío del castaño.
— Agatha ha actuado muy extraño, ¿recuerdas que ayer te dije lo de la enfermería? — susurra Alessia.
— ¡Chicos! Los padres de Agatha vinieron a la escuela y están hablando con el director. — Aaron informa y Alessia da unos codazos para con su mirada señalar la puerta.
Ambas salimos corriendo en dirección a las oficinas del director.
— ¡Eres una desgracia, Agatha! — escuchamos gritos de una mujer y Alessia se asoma por la pequeña ventana de la puerta mientras yo sólo escucho.
— Mi hija se ha deprimido desde que está aquí, ¿y ahora le dan esta droga? ¡Podría morir!
— Señora Irwin, tranquilícese, yo sé porqué le dieron esa medicina. Vamos, Agatha, dilo.