❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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— Esto es genial, Mila — de vuelve mi celular a mi mochila. Espere todo el fin de semana para poder mostrarle el mensaje que recibí de Shawn,— Pero no te hagas ilusiones, ese hombre es un impredecible y quién sabe, tal vez hace esto por amable, ya sabes — empieza a mover sus manos, — puede que le guste alguna otra chica del curso.
Saco la paleta de mi boca, — Pero ¿y sí es una señal? ¿Qué tal y si le gusto?
— Karla, sueñas muy alto ¿y sabes qué? Cuando caigas no creo poderte atrapar — confundida dejo de mirar hacia el florero del aula de Arte para mirarla y ella con su cabeza señala hacia la ventana.
Shawn y Agatha están en el jardinero charlando sobre no sé qué. Cuando estoy a punto de ir hacia ellos Calum aparece frente a nosotras.
— Camila, — hace una reverencia para luego tomar la mano de la morena a mi lado, — Mi divina salvación, mi luz — besa su mano y Alessia la quita al instante.
— Iug, ¿qué quieres, Hood?.
Toca su pecho de forma dramática para luego hablar, — ¿Por quién me tomas, ah?
— Habla ya.
Pone una de las tantas sillas del lugar enfrente de nosotras, — Bien, estaba en el centro y le compré esto a un señor. Miren — saca un papel y la morena lo toma.
Ella frunce el ceño para luego darme el papel a mí, parece ser un raspadito — ¿Y qué con eso?
— Pues ¿no lo ven?, — pregunta desesperado ambas negamos — he ganado, el señor dijo que podíamos recoger el premio en esta dirección.
Vuelve a sacar un papel pero esta vez me lo da a mí, pongo de nuevo la paleta en mi boca y leo el papel, esto es cerca de la escuela, — Quiero que me acompañen.
— Ni mierda que te acompaño, no me arriesgo a que me pase algo. Estás solo en esto.
Alessia hace el amague de salir pero la detiene, — Por favor, Alee.
Hace un puchero pero no le gana ya que ella se niega— No, es una estafa.
— Si Cam va, ¿tu vas? — Ella voltea hacia mi.
— Ay, por Dios, Cal, esa chica — me apunta sin aún dejar de ver a Calum — es más fácil de convencer que tú.
Frunciendo el ceño vuelvo a sacar la paleta, — Olvidan que aún estoy aquí — me levanto y cruzo los brazos sobre mi pecho.
