❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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— Dios, el último año es tan cansado.
— Eso mismo dices todos los días, cartera. — dice y ambas nos acercamos a la salida del instituto.
— Claro que no.
— ¿Luke no estaba descansando? — pregunta ante el hecho de que hoy ha faltado a clases cómo usualmente lo haría si estuviera entrenando.
— Si.. — un hombre a lo lejos mueve sus brazos de un lado a otro y éste se me hace conocido. A medida que nos acercamos lo distingo.
Es el padre de Luke.
Me apunta y hace señas para acercarme, cosa que hago.
— Camila. — saluda.
— ¿Me habla? — pregunto algo confundida.
— No has comido aún, ¿verdad? — niego, — Ven, vamos a comer algo.
No muy convencida voy junto a él hasta uno de los restaurantes cerca del instituto. Cuando ambos ya estamos en una mesa y el hombre ha pedido de comer, me dispongo a preguntar:
— ¿Qué hacemos aquí? — él suspira y empuja el plato frente a mí.
— Vamos, come.
Lo miro un tanto confundida pero ambos damos el primer bocado. Tiene la mirada gacha y algo triste.
— Camila, debo pedirte un favor.
— Claro, ¿qué pasa?
Se toma un momento para responder aún sin mirarme.
— Luke no está bien. — dice con la voz débil y la preocupación se adentra en mí. — Se desgarró el músculo del hombro y la lesión es más grave de lo que suponíamos. El equipo llamo y dijo que.. — Comienza a llorar y yo también lo hago, — Ya no hay esperanza.
Eso me hace sentir peor que antes.. Él es la mejor persona que podría conocer y ahora no podrá cumplir su sueño. No merece esto..
— Me preocupa su estado emocional, Camila — dice mientras limpia sus lágrimas, — Ustedes son muy buenos amigos, él te quiere mucho y yo no soy capaz de subirle el ánimo, ¿podrías hacerlo por mí? Pídele que vea el lado bueno.
¿Cómo se supone que lo haré?
— En el peor de los casos, puede dar el examen para la universidad, ¿no? — asiento despacio y limpio las lágrimas con el dorso de mi mano.
— No se preocupe, haré lo posible por hablar con él, todos sus amigos lo ayudaremos.
— Muchísimas gracias, Camila, eres una bendición para mi familia.
En el regreso a casa voy cabizbaja pensando en cómo le diré, cómo reaccionará. ¿Cómo haré que ella vea el lado bueno si yo no lo hago?
Al estar a unos pasos de casa, veo a Shawn y apresuro mi paso.