❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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El almuerzo junto a Alessia es silencioso, Calum siempre ha sido el que alegra mi día pero hoy como de costumbre se ha sentado junto a Shawn y yo no quiero estar cerca de él, al menos no por ahora.
Mi mirada viaja hacia donde ambos están sentados encontrándome con que al lado de Shawn, Agatha está sentada.
— Ya no tengo hambre.
— Deberías darte cuenta, cartera. — susurra.
— ¿De qué hablas?
— Peter tocó el piano para ti.
— ¿Y tú cómo lo sabes? Pudo haber sido para Agatha.
— Imbecil, las vacas están volando y tú no lo notas. ¿Qué más quieres que el ingrato ese haga?
— ¿Cómo estás tan segura de que Shawn tocó el piano para mi, eh?
— Bueno, ya sabes, supongo yo porque dices que te sonrío. — titubea — Mendes no sonríe a menos que sea porqué va a molestarte, seguro está arrepentido de lo que hizo.
— No parece estarlo.
— Olvida a Agatha y céntrate en que Mendes en verdad luce arrepentido.
— ¿Sabes qué? En décimo grado, Agatha y él tocaron el piano juntos, todos decían que eran la pareja perfecta. — suspiro, — Ahora yo también lo creo.
— Ay, cartera— me abraza.
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El camino a casa es cansado, hoy no tengo que verme con Luke para estudiar pero me aventuro a simplemente ir a pie en vez de ir en bicicleta hoy.
Ni siquiera sé cómo debería de sentirme, es decir, si Shawn es completamente feliz con Agatha yo debería serlo también ¿no? Tal vez debo pasar página y superarlo de una vez por todas, puede que hasta podamos ser unos muy buenos amigos. Aunque para eso debo superarlo por completo y centrarme en lo importante: Subir mis calificaciones.
— Hola. — la voz de Shawn me saca de mis pensamientos. Se encuentra a mi lado y cómo acostumbra al ir a casa, en su bicicleta. — ¿Y tu bicicleta?
— Hoy no la traje. — miento, intentando safarme de esta situación.
— Te llevaré de vuelta a casa. — me observa fijamente y no entiendo el porqué, debería irse
— No, gracias, Shawn. — a lo lejos el sonido de una campana pero él no retira su mirada de mí.
— ¡Angelito! — la voz de la salvación me llama y aparece Luke de mi otro lado. — Ven, vamos a divertirnos. — palmea el pequeño asiento que hay en su bicicleta y yo asiento, haciendo lo que me pide sintiendo la mirada pesada de Shawn.
