❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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SHAWN
Cuatro años después..
— En serio, ¿cuál es la diferencia entre el rojo y el borgoña? — cuestiono entre risas.
— ¿Qué mierda, Shawn?
— Por favor, dime que él no pregunto eso. — Harry cubre sus ojos con sus manos intentando contener la risa.
— Explíquenme. — digo dirigiéndome al castaño a mi lado.
— No le expliques nada, Niall. Hay que irnos ya. — El rizado se levanta y sale, adelantándose de ambos.
Un par de horas después Niall se queja sobre la felicitación que me dio el director y veo a Harry correr a su consultorio.
— No se vale, volviste hace poco y ya te felicito el director. — Niall dice a mi lado mientras salimos de la sala de juntas del hospital.
Hace unos meses volví luego de cuatro años en el hospital de la capital. Luego de finalmente aceptar la propuesta y que mi madre me alentará, lo hice. Nada me ataba a la ciudad, ya no.
Fue algo bueno, me dio mucha experiencia y ahora soy mejor que antes en lo que hago. Conseguí cumplir mi sueño y hago lo que siempre desee desde pequeño.
Estoy seguro de que si papá me viese estaría feliz por mi. Hoy salvo las vidas de padres de familia y algunas veces evito que niños terminen en mi misma situación. Siempre que los veo me veo reflejado.
Esa noche, un Shawn de siete años llorando en una sala de espera luego de enterarse de la muerte de su padre. No quiero verlo repetido. Trato siempre de dar lo mejor de mi en lo que hago.
— Al paso que vas, Shawn, el año que viene serás el director del hospital. — río, a veces Niall puede ser muy exagerado.
— Estás exagerando, tú eres igualmente bueno.
La figura familiar de alguien enfrente del pasillo me hace voltear y dejar de concentrarme en lo que dice el castaño a mi lado, aunque pasa tan rápido que no la puedo distinguir.
— ¿Estás bien? De pronto te pusiste pálido.
Creí verla.
— Si, estoy bien. — parpadeo un par de veces.
Cuando estamos frente a la cafetería del hospital me detengo. ¿Y si realmente era ella? No puedo perder la oportunidad de volverla a ver.
— ¿Seguro de qué estas bien?.
— Ahora vengo, adelántate ¿si? — no lo dejo responder porque salgo corriendo.
Debo verificar que no sea ella. La he buscado en todos los lugares posibles. Sus padres se mudaron y no hay ya ningún tipo de contacto entre sus padres y mi madre.
