❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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Dos años después.
Luke y Calum corrían cual niños siguiéndose el uno al otro. Yo simplemente los observaba desde el sofá riendo mientras acariciaba mi barriga ahora algo grande. Un estruendo desde el pasillo de la entrada nos hace callar y Luke enseguida viene hacia mí, empujándome a la habitación.
— Quédate aquí, iré a ver. — me indica y yo asiento algo confundida por la situación.
Un Calum con una escoba en mano se adentra a la habitación junto a mi y Luke lo mira extrañado.
— Tú investiga mientras yo la protejo. — dice posicionandose detras de mí.
El rubio bufa y cuando se encuentra apunto de salir, un grito los hace brincar e ir corriendo a esconderse bajo las sabanas de la cama. La mujer responsable los mira desde la puerta con las manos en la cadera y ellos ríen avergonzados.
— Hola, mi amor. — La voz de Alessia y sus brazos alrededor de mi cuerpo me hacen reir.
— ¡Alessia!
— Que bien cuidan de Camila, eh, cobardes. — escupe ella y Calum de inmediato baja de la cama para llenarla de besos.
— ¿Y Shawn? — cuestiono puesto que hace unas horas ambos salieron de casa juntos.
— Recogiendo el desastre.
— ¿Desastre?
— Uh, es que tiro el jarrón de la entrada con las bolsas. — dice despreocupada.
— ¿El blanco? — ella asiente y salgo corriendo. Es el jarrón que papá nos dio como obsequio de bodas.
Voy a matarlo.
— Hola, bonita. — saluda con esa sonrisa que ha usado los últimos dos años cada que hace algo malo.
— Nada de bonita.
— Pero si eres preciosa. — se acerca a mi y me rodea con sus brazos.
El reconforte y paz que me provocan sus brazos hacen efecto de inmediato. Este chico en verdad me tiene a sus pies, no es posible que este tan perdida en él.
Ocasiones como estas son en las que me siento de nuevo con 17, tal y como la chica que solía perseguirlo y hacer el ridículo por él. Besa mi cabeza mientras da caricias a mi espalda y por un momento olvido que ha roto el jarrón.
— Peter.. — murmuro.
— ¿Si?
— Rompiste el jarrón, ¿cierto? — se aleja despacio y levanta las manos en señal de paz.
— Algo así.
— ¿Algo así? Shawn, es el jarrón que nos regalo papá.
— Lo sé pero puedo recomponerlo, papá no se dará cuenta.
