❝ Incluso si jamás nos hubiésemos encontrado, siempre llevarías mi corazón contigo. ❞
Camila está enamorada de su vecino y compañero de clase, Shawn. Conseguir enamorarlo ha sido su objetivo desde siempre pero cuando Luke aparece en su vida junto...
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— ¿Qué le regalarás a Mendes para Navidad? ¿Ahorraste algo? — pregunta Alessia tras de mi, mientras observo las distintas tarjetas que hay.
— Mila.. ¿sólo le darás una triste tarjeta? — toma una de las tantas de la estantería y me siento mal por sólo poder regalar algo así.
— No tengo ni dinero ni ideas, ¿y si le dibujo algo? ¡Un cómic! — digo emocionada pues es lo que más me gusta hacer.
— No creo que él lea tu cómic.
— Cierto..
— Bueno, mi pequeña cartera, me compadeceré de ti, te ayudaré. — Entrelaza nuestras manos, llevándome a una tienda de telas y manualidades.
Al entrar me dirige hacia la sección de estambres y me encuentro completamente confundida.
— Téjele una bufanda.
— ¿Una bufanda? ¿Por qué?
— Porque nada es mejor que portar la bufanda tejida por una chica.
— ¿Eh? Pero sí yo no sé tener.
— Fácil, busca en internet. Vámonos ya al instituto, cartera. — Después de pagar, salimos de aquella tienda, apresurándonos para no llegar tarde. Cosa que logramos y al entrar al pasillo principal, al ver a nuestro amigo, ambas nos acercamos a él.
— ¡Calum!
— ¿Qué quieres, enana?
— Tengo frío, préstame tus guantes. — Al salir de casa esta mañana, mamá me ha dicho que no los olvidase pero claramente lo hice y ahora el frío es increíble.
— ¿Por qué?
— Te invite a tomar un helado e hice tus tareas en noveno grado, ¿qué más quieres? — Algunos alumnos pasan corriendo por el pasillo mientras yo intento que Calum desista.
— ¡Avanza rápido, Camila! — Shawn, que no había notado que estaba junto a nosotros, me llama.
— ¿Qué pasa? — pregunto, poniéndome a su lado.
— Qué camines, estás muy atrás.
— ¿Cómo sigue tu mano? — pregunto al ver que ésta ya no esta vendada.
— Mejor.
— ¿Qué planes hay para Navidad?
— Ninguno.
— Ok, ¡Calum! — exclamo al ver que él y Alessia están lejos y corro hacia ellos para seguir molestando a Cal.
— Odio mi vida.
— ¿Qué te pasa, Cal? — cuestiona mi amiga mientras retira su gorro y lo pone junto a su bandeja de comida.