Sujeto mi hacha con valentía, sabiendo a quien estoy por enfrentar. Suspiro profundo y con un grito ahogado voy hacia la pelea, empiezo a correr aunque las piernas me tiemblan hasta que un gran vikingo me detiene. Es Bocón.
--- ¿A dónde vas pequeña Astrid?.... Aun eres muy pequeña para estas peleas ¿no crees?
Genial nuevamente me vuelven a recordar que soy "pequeña" para pelear, tengo 7 años yo sé que puedo con eso soy vikinga después de todo. Un disparo de fuego se acerca a nosotros, me hago un lado y la bola de fuego nos pasa sin siquiera tocarnos. Vuelvo mi vista a Bocón quien me mira con una ceja levantada.
--- Yo quiero ir-- dije decidida tomando con mas fuerza mi hacha
--- No, tienes que volver con los demás, al Gran Salón
--- Está bien---- salgo enfadada de ese campo de batalla aferrándome a mi hacha. Al llegar encuentro a diferentes niños jugando y correteándose sin rumbo alguno, las madres que tratan de calmar a sus hijos pequeños los cuales no paran de llorar gracias los estruendos de allá afuera. Suspiro aburrida de ver esto, todo el tiempo o bueno cada vez que los dragones nos atacan, lo que ocurre muy seguido por aquí.
Trato de matar el tiempo recorriendo el Gran Salón, observo las pinturas colgadas en la pared, me paseo por las mesas y las personas tratando de descifrar a lo que se dedican, porque es obvio que para matar dragones no son buenos. Sigo paseándome con mucho aburrimiento hasta que en el fondo del Gran Salón logro distinguir una silueta debajo de una mesa. Me acerco para descubrir quien es esa persona, cuando estoy suficientemente cerca logro averiguar que es un niño abrazándose sus piernas mientras está temblando. Lo observo detenidamente, a juzgar por su apariencia y su cuerpo delgado él no era para nada alto, tenía un pelo castaño, y una vestimenta muy particular: playera de manga larga color verde, pantaloncillos marrones y un par de botas cubiertas de lodo. A decir verdad se veía muy lindo
Camine dos pasos más hacia él y carraspee para que el niño me viera. Alzo su mirada, en sus ojos verde esmeralda se notaba cierto miedo, podría burlarme de el pero en vez de eso decido presentarme.
--- Hola soy Astrid Hofferson.
---Hola--- contestó en voz baja con una voz melodiosa, tal vez demasiada para ser un chico.
--- ¿Cómo te llamas?
---Hipo
---Eres el más chico de todos--- solté de repente, es de tradición llamar Hipo al mas pequeño de una camada o generación y pues por lo que veo y me dijo acabo de confirmar mi teoría.
---Sí no se nota
--- Lo lamento no quería ser grosera---dije tratando de sonar amable
--- No importa me lo dicen todo el tiempo---- entonces antes de que le volviera a decir algo la voz chillona de Patán nos interrumpe. Y empieza a decir entre risas
---Oye Hipo, sigues llorando porque los dragones te van a comer. No temas, quien querría a un saco de huesos como tú, los dragones prefieren un mejor plato como yo ---- Y desde su última palabra los gemelos Brutacio y Brutilda le siguen el juego diciéndole cosas insultantes mientras que Patapez el niño más grande pero inofensivo de toda nuestra generación, se queda callado detrás de ellos. Sus comentarios me enojan bastante, estoy de acuerdo de que es gracioso que alguien le tema a los dragones pero de eso a burlarse de el por como es, esta mal muy mal, digo estoy segura de que el no había pedido nacer así.
--- Déjenlo en paz--- digo de repente obligándolos a callar
--- Porque lo defiendes. Solo míralo da tanta risa---- me volteo para una vez más observar a Hipo tan asustado y con la cabeza agachada. ¿Por qué hice eso? ¿Por qué lo defendí? No debería meterme en esto, fue muy estúpido lo que hice. Me doy media vuelta y me alejo de ahí intentado olvidar lo que acaba de pasar.
****
Me alisto para dormir me deshago mis trenzas rubias y me meto en la cama. El sueño comienza a vencerme, hasta que empiezo a recordar que olvide mi hacha en el gran salón. De un momento a otro me paro me pongo mis botas y me alisto para salir, claro sin hacer tanto ruido para no despertar a mi tío Finn...pero cuando abro la puerta me encuentro con el pequeño Hipo con mi hacha en sus manos que están a punto de caerse por el peso del arma.
--- ¿En dónde la encontraste?
--- La olvidaste en el gran salón y te la quise traer--- y justo antes de darles las gracias me doy cuenta de que viene acompañado.
--- ¿Es tu padre?
---Sí, aunque creo que ya lo conoces porque bueno es su isla.
Observo con determinación al acompañante de Hipo, abro los ojos al ver quien es el padre de Hipo, lo cual me deja atónita, ¿Es verdad? ¿Es posible que ese niño que encontré debajo de una mesa aterrorizado fuera el hijo del gran Estoico el Vasto? Había escuchado que el jefe tuvo descendencia y que él nunca salía por vergüenza pero jamás me imagine algo así. La voz de Estoico me hizo regresar en mi estado de shock
---Bueno...Hipo ya es hora vamos a casa
--- Ya voy papá...Hey Astrid me preguntaba si tal vez... no lo sé podríamos volver a vernos y tal vez pasar tiempo juntos.
--- Gracias Hipo pero no creo que sea muy posible porque tengo cosas más importantes que hacer---Al decir esa frase note como su cara cambio completamente, lo sé, soné demasiado fría y cruel pero la verdad es que no puedo permitir ningún tipo de distracción y mucho menos pasar tiempo con algún niño así que era necesario tomar aquella postura.
Despierto un tanto sobresaltada, todo fue un sueño y debo admitir que fue hermoso porque más que un sueño, fue un recuerdo, fue el momento en que mi vida cambio, fue el momento en que conocí a Hipo.
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Bueno hasta aquí el capitulo díganme que les parece. Porfa dejen sus comentarios. Gracias
Pd: yo subire los capitulos por dia chao
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La vida de Hipo y Astrid(hiccstrid)terminada
FanfictionLa historia se narra unos cuantos meses después de que Hipo derrotara a Drago, y lo nombraran Jefe, así como a Chimuelo el alfa de los dragones. Todo parece estar tranquilo y los aldeanos no pueden estar mas que felices, pues pronto se llevara a ca...