Rompiendo el Corazón de Un Chico Malo || YoonMin || Adaptación

VIII. Asechalo a Él y a su Exnovio

Creí que se me saldría el corazón por la boca al ver a Min YoonGi de pie a varios metros del auto. Estaba aquí y su mirada en cualquier momento podría coincidir con la mía, o peor aún; con la de JungKook. Tenía que hacer algo.

—¡Kook! —le grité exaltado—. ¡Arranca!

Me miró confundido, como si yo estuviera loco. No le hice ni caso.

—¡Arranca! —volví a repetir con el mismo entusiasmo.

Jeon vaciló, pero arrancó el carro haciéndome caso.

—¿Qué pasa? —Me miró por un segundo—. ¡Ay virgen santa! Parece que hubieras visto a un fantasma.

—¡No! —grité todavía asustado—. Vi a un idiota.

La mirada de JungKook era todo un poema.

—¿A quién viste, Park?

—Min Suga, estaba en la acera al lado nuestro —me llevé la mano al pecho—. Me asusté, creí que iba a venir por mí.

Era cierto. Lo vi por unos segundos, pero bastó ese tiempo para que mi corazón latiera más rápido que nunca. Me bajó toda la sangre. Esperaba que no me hubiera visto.

—Necesito chocolate.

—Sí, siempre lo necesitas —rodó los ojos—. ¿Con quién estaba?

—No lo sé —me encogí de hombros. No quería decirle que lo vi con tres chicos y un par de chicas que no reconocí. Cambié de tema—. ¿Quieres venir a la fiesta de hoy?

Mi pregunta sonó más como una súplica. Quería ir con él, era la única manera que podía enfrentar a In, JK me inspiraba confianza. Y más aún frente a Min. Sin él no podría hacerlo.

—Depende de la hora —respondió mientras conducía—. Solo puedo hasta las once.

—Pero mañana es domingo. —Quería hacer una rabieta. No era justo. Pero... se me ocurrió una idea brillante—. ¿Y si te quedas a dormir en mi casa? Mamá estaría de acuerdo.

—Pero mi madre no —respondió mirándome a los ojos unos segundos antes de volver la vista al frente—. Pero tú podrías ir solo, te puedo dejar ahí.

—Es que no lo entiendes, no podría enfrentarme solo a JongIn, ya lo conocerás. ¿Qué dices?

—Sólo si tu mamá habla con la mía —Al instante supe que era algo seguro.

Nuestras madres se conocían años.

Lo abracé de lado aun cuando él conducía.

—Claro que sí.

—Necesitaremos un regalo —dijo luego de unos segundos.

Sonreí.

—Tengo el regalo perfecto —respondí con voz cantarina.

🍃🍃🍃

A Nochu le gustó lo que compré para In, dijo y lo cito: "Ojalá tuviera una mente como la tuya". Y debo decirlo; tiene razón, soy un genio. Luego de ver el ingenioso y precioso regalo, decidimos que era hora de alistarnos.

Por supuesto él estaba listo, solo faltaba yo. Lo dejé en mi sala viendo televisión y yo subí a mi habitación.

No sabía qué ponerme. Tal vez mamá tuviera algo en closet que le perteneciera a papá... Corrí a su habitación.

—Hola mamá —saludé al verla acostada en su cama viendo televisión—. Necesito algo formal para la fiesta, no tengo nada.

Ella me miró y al escucharme rodó los ojos.